Por @ruiz_senior
¿Cuál será el próximo presidente de Colombia y a quiénes representará? Desde hace tiempo hay continuas maquinaciones de los grupos de poder para imponer su estrategia, y entre ellas destaca el engaño. Detrás de toda la historia colombiana del último siglo hay unos "poderes fácticos" que juegan en la sombra y lo deciden todo, por una parte el clan oligárquico, por la otra la mafia comunista, con grandes recursos e influencia. Parece que esos poderes planean imponer a un sucesor de Duque elegido por gente que no quiere que el país tome el rumbo de Venezuela, como ocurrió con Juan Manuel Santos y en el país vecino con Hugo Chávez, que juraba no ser comunista.
Como es bien sabido, la antigua Cadena Radial Colombiana existe ahora separada, por una parte, la radio que pertenece al grupo Prisa (cuyos medios en España son abiertos propagandistas de las FARC), y por el otro la televisión, que pertenece al Grupo Santodomingo, organización relacionada con el clan de los López-Samper cuyos medios hacen en Colombia lo mismo que los del grupo Prisa en España. La parodia del título de la película de Sergio Cabrera es lícita porque hay muchos otros cómplices de la mafia de la cocaína y el secuestro, pero en realidad siguen el patrón del clan oligárquico.
Las elecciones recientes
En 2018 Petro obtuvo más de ocho millones de votos, y si se hubieran sumado los de Fajardo habría ganado la presidencia. Ya expliqué en una ocasión que Santos buscaba la elección de Duque y que sin el engaño de las encuestas el presidente sería Fajardo. El desconcertante entusiasmo que despertaba Duque entre los más feroces perseguidores de Uribe refuerza esa sospecha. En 2019 el bando cubano ganó las tres principales alcaldías, seguramente gracias a las "maquinarias" y a los recursos fabulosos con que cuentan para "engrasarlas", de modo que las perspectivas de triunfo que tienen son enormes. Pero es imposible tapar la realidad de Venezuela, de los crímenes de las bandas terroristas o de la relación de la llamada izquierda con ambos fenómenos. Si vuelve a haber una segunda vuelta como en 2018 el candidato cubano volverá a perder.
La función de la propaganda
Es decir, los cubanos y sus agentes colombianos intentan a toda costa desligarse de Petro y promover a un candidato con un perfil menos abiertamente comunista. Fajardo podría ser una opción, aunque también se puede pensar en Claudia López, en Alejandro Gaviria o en algún otro. Ése es el sentido de las críticas de Coronel, María Jimena Duzán y Daniel Samper Ospina al exalcalde. Es difícil saber qué sentido tiene el cambio de orientación de Semana, pero ese espectáculo continuo del enfrentamiento de los exaltados de Petro y los "tibios" tiene el sentido de buscar una "polarización" que termine definiendo al conjunto social, pues el uribismo ya queda criminalizado por las costosas campañas de calumnias y descrito como "extrema derecha" por los medios.
Las elecciones recientes
En 2018 Petro obtuvo más de ocho millones de votos, y si se hubieran sumado los de Fajardo habría ganado la presidencia. Ya expliqué en una ocasión que Santos buscaba la elección de Duque y que sin el engaño de las encuestas el presidente sería Fajardo. El desconcertante entusiasmo que despertaba Duque entre los más feroces perseguidores de Uribe refuerza esa sospecha. En 2019 el bando cubano ganó las tres principales alcaldías, seguramente gracias a las "maquinarias" y a los recursos fabulosos con que cuentan para "engrasarlas", de modo que las perspectivas de triunfo que tienen son enormes. Pero es imposible tapar la realidad de Venezuela, de los crímenes de las bandas terroristas o de la relación de la llamada izquierda con ambos fenómenos. Si vuelve a haber una segunda vuelta como en 2018 el candidato cubano volverá a perder.
La función de la propaganda
Es decir, los cubanos y sus agentes colombianos intentan a toda costa desligarse de Petro y promover a un candidato con un perfil menos abiertamente comunista. Fajardo podría ser una opción, aunque también se puede pensar en Claudia López, en Alejandro Gaviria o en algún otro. Ése es el sentido de las críticas de Coronel, María Jimena Duzán y Daniel Samper Ospina al exalcalde. Es difícil saber qué sentido tiene el cambio de orientación de Semana, pero ese espectáculo continuo del enfrentamiento de los exaltados de Petro y los "tibios" tiene el sentido de buscar una "polarización" que termine definiendo al conjunto social, pues el uribismo ya queda criminalizado por las costosas campañas de calumnias y descrito como "extrema derecha" por los medios.
Cherchez la femme
Esta expresión francesa, "Busquen a la mujer" es un lugar común de los folletines detectivescos: se supone que el móvil de un crimen suele ser el interés por una mujer. Para dilucidar cuál es el plan de los cubanos hay que preguntarse dónde están sus representantes oficiales, que no son otros los que llevan casi cincuenta años en la labor de entregar a ese régimen el Estado colombiano, desde que crearon el M-19 y fundaron Alternativa. ¡Sorpresa! No están con Petro, los principales redactores de esa revista, además de García Márquez, Enrique Santos Calderón, Antonio Caballero y Daniel Samper Pizano son columnistas de Los Danieles y distantes de Petro. También otras figuras de la "izquierda" universitaria y aun afines a las FARC, como Ángela Robledo, se alejan de la Colombia Humana, donde aterrizan los desprestigiados uribistas Benedetti y Barreras.
La segunda vuelta
La clave es la segunda vuelta de 2022. Las "maquinarias" (léase "el dinero de la cocaína") apoyarán a Petro en la medida en que el paso a segunda vuelta del candidato "tibio" esté asegurado. Si resulta que un candidato uribista o afín tiene grandes perspectivas de pasar a segunda vuelta, los esfuerzos de la propaganda a favor de ese candidato se multiplicarán y las "maquinarias" serán menos generosas con Petro. Si hay una segunda vuelta entre el "tibio" y el "derechista", Petro, que ya se habrá asegurado una buena porción del Congreso gracias a los votos comprados de siempre, se sacrificará y apoyará al que salve al país del retorno del "matarife". Pero obviamente lo que preferirían los cubanos y sus gerentes en Colombia sería una segunda vuelta entre Petro y el "tibio" que sea. Cuanto más opaco sea su poder, mejor para ellos.
El otro equipo
¿Qué hay enfrente del bando cubano? Hay una mayoría de colombianos que no quisieran vivir como en Venezuela ni sometidos a los narcoterroristas, pero su representación política es confusa. No se puede decir que sea el Centro Democrático porque este partido respalda la JEP y el acuerdo de La Habana. Y porque, para formarse una idea de su importancia, en las elecciones de 2018 obtuvo un 16,44% de los votos en las legislativas y su candidato no llegó al 40% en la primera vuelta de las presidenciales pese a no tener rivales en su área del espectro político. La hegemonía que alcanzó Uribe en sus gobiernos ya está totalmente desdibujada porque de ella no salió ninguna organización coherente ni ningún medio de comunicación que no se prestara a servir a Santos y a las FARC. Y porque nadie entiende qué motivos tenía realmente para abrirle a Santos el camino a la presidencia. Ni la traición al NO del plebiscito de 2016. No obstante, no habrá oposición a los cubanos sin contar con el uribismo, y parece que la única opción de atraer a las multitudes que apoyaron a Uribe sea lanzar a su hijo mayor como candidato, más conocido y más coherente que los líderes de ese partido. Pero hace falta atraer a más sectores, toda la "derecha" debe llegar a un consenso, más que a unas "primarias" en las que se haga hincapié en las diferencias. En una elección normal es muy improbable que Alejandro Char o "Fico" Gutiérrez le ganen al hijo de Uribe, pero no es muy seguro que sus partidarios no vayan a ser seducidos por el candidato "tibio" en medio de formidables campañas de propaganda.
Pastrana y Vargas Lleras
Mientras que el nieto del presidente del periodo 1966-1970 denunciaba los crímenes de las FARC en el Congreso, el hijo del presidente del periodo 1970-1974 complacía a los terroristas para conseguir que firmaran la paz. En las elecciones de 2014, Vargas Lleras acompañó a Santos como candidato a la vicepresidencia y por tanto respaldó una cesión a los terroristas mucho mayor que la que en su día efectuaba Pastrana, el cual criticó esa negociación con más firmeza y coherencia que el uribismo. Parece que Vargas Lleras era rehén de Santos, que podría haberlo hundido en prisión por alguna corruptela (seguro que los que viven enterándose de esas cosas conocen el caso mejor que yo). Los Char son sus socios en la costa y de algún modo la candidatura de uno de ellos es la oferta de ese gestor de componendas para las próximas elecciones. Parece poco probable que Char supere al hijo de Uribe en unas primarias, pero la campaña propia podría servir para alejar a sus partidarios del uribismo. Más sensato sería lanzar una candidatura conjunta. Y respecto de Pastrana y lo que sea el conservatismo, también hay que integrarlos de alguna manera. Que nadie se confunda, sin esa unidad no habrá modo de vencer a las fuerzas unidas del M-19 (ahora llamado Partido Verde) y la Colombia Humana en una segunda vuelta.
El programa de gobierno
El otro equipo
¿Qué hay enfrente del bando cubano? Hay una mayoría de colombianos que no quisieran vivir como en Venezuela ni sometidos a los narcoterroristas, pero su representación política es confusa. No se puede decir que sea el Centro Democrático porque este partido respalda la JEP y el acuerdo de La Habana. Y porque, para formarse una idea de su importancia, en las elecciones de 2018 obtuvo un 16,44% de los votos en las legislativas y su candidato no llegó al 40% en la primera vuelta de las presidenciales pese a no tener rivales en su área del espectro político. La hegemonía que alcanzó Uribe en sus gobiernos ya está totalmente desdibujada porque de ella no salió ninguna organización coherente ni ningún medio de comunicación que no se prestara a servir a Santos y a las FARC. Y porque nadie entiende qué motivos tenía realmente para abrirle a Santos el camino a la presidencia. Ni la traición al NO del plebiscito de 2016. No obstante, no habrá oposición a los cubanos sin contar con el uribismo, y parece que la única opción de atraer a las multitudes que apoyaron a Uribe sea lanzar a su hijo mayor como candidato, más conocido y más coherente que los líderes de ese partido. Pero hace falta atraer a más sectores, toda la "derecha" debe llegar a un consenso, más que a unas "primarias" en las que se haga hincapié en las diferencias. En una elección normal es muy improbable que Alejandro Char o "Fico" Gutiérrez le ganen al hijo de Uribe, pero no es muy seguro que sus partidarios no vayan a ser seducidos por el candidato "tibio" en medio de formidables campañas de propaganda.
Pastrana y Vargas Lleras
Mientras que el nieto del presidente del periodo 1966-1970 denunciaba los crímenes de las FARC en el Congreso, el hijo del presidente del periodo 1970-1974 complacía a los terroristas para conseguir que firmaran la paz. En las elecciones de 2014, Vargas Lleras acompañó a Santos como candidato a la vicepresidencia y por tanto respaldó una cesión a los terroristas mucho mayor que la que en su día efectuaba Pastrana, el cual criticó esa negociación con más firmeza y coherencia que el uribismo. Parece que Vargas Lleras era rehén de Santos, que podría haberlo hundido en prisión por alguna corruptela (seguro que los que viven enterándose de esas cosas conocen el caso mejor que yo). Los Char son sus socios en la costa y de algún modo la candidatura de uno de ellos es la oferta de ese gestor de componendas para las próximas elecciones. Parece poco probable que Char supere al hijo de Uribe en unas primarias, pero la campaña propia podría servir para alejar a sus partidarios del uribismo. Más sensato sería lanzar una candidatura conjunta. Y respecto de Pastrana y lo que sea el conservatismo, también hay que integrarlos de alguna manera. Que nadie se confunda, sin esa unidad no habrá modo de vencer a las fuerzas unidas del M-19 (ahora llamado Partido Verde) y la Colombia Humana en una segunda vuelta.
El programa de gobierno
Tampoco cabe confundirse acerca de las banderas que debería llevar el bando anticubano: la persecución efectiva al narcotráfico, la supresión de la JEP y otras consecuencias funestas del acuerdo de La Habana, la ruptura de relaciones con Cuba y la reforma judicial que permita evaluar la labor de las altas cortes en los últimos treinta años. Es decir, el votante debe tener claro que los "tibios" lo comparten todo con Petro y la pelea entre ellos es un espectáculo con el que pretenden hacer olvidar las cuestiones decisivas, como el narcotráfico. El candidato que quiera hacerles oposición debe proponer a los votantes que elijan entre el narcotráfico y la ley, entre el sometimiento a los criminales de La Habana y la libertad, entre la eficiencia económica y el crimen organizado. En mi opinión, sólo con esa propaganda y ese discurso será posible impedir que en 2022 el presidente sea el que decidan los columnistas de Los Danieles. Peor ahora que ese candidato será el que cuente con el apoyo del gobierno estadounidense. De hecho, aun logrando una gran unidad de todos los "no santistas" será muy difícil ganar la presidencia, y la alternativa es un infierno peor que Venezuela.
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