Una vez despejadas las dudas sobre la posibilidad del presidente Uribe de presentarse a la reelección la cuestión candente es la firma del TLC, tal vez el verdadero legado de Uribe y el terreno en que es más decisivo el combate contra las almas en pena que pretenden arrastrarnos al pasado proteccionista y mercantilista, esos terratenientes parasitarios, esos empresarios nada compe- titivos, esos piratas farmacéuticos que creen que son Prometeo en un patio de prisión y sólo son los que nos tienen presos, esos mamarrachos que quieren obligarnos a consumir su bazofia televisiva, todos en parte disfrazados de patriotas continentales y en parte de defensores del empleo. El fin del ALCA es sobre todo una oportunidad, pues los países que quieren formar un bloque aparte son sobre todo competidores nuestros en la exportación de bienes y servicios a los tres grandes países de Norteamérica.