La verdad es que cínicos siempre hay, en todas partes, y ciertas condiciones sociales generan miserables de toda laya, pero si hay unas pocas personas decentes que puedan detectarlos su labor es mucho más difícil. En una discusión de hoy en el blog de Atrabilioso hizo presencia de nuevo un personaje característico, el cual nos resulta de una utilidad extraordinaria porque los lectores de otros ambientes pueden saber qué es lo que se enseña en la Universidad Nacional, de qué manera se envilece el lenguaje para introducir sobreentendidos de los que sale que el asesinato en masa que cometen las guerrillas comunistas es una tarea de justicia. Ahora está al alcance de los lectores esa belleza.
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