Por Jaime Castro Ramírez
Lo esencial en la política es la decencia en la práctica procedimental. Ejercer la democracia exige dignidad para poder obtener la dignidad de la democracia. Cuando se usan conductas de otro estilo solo contribuyen a pervertir el camino de la ley, y en consecuencia, a darle consistencia frágil a los derechos y valores democráticos.
Valoración de los votos en Colombia segunda vuelta presidencial 2014
Empezar por decir que fue una contienda electoral completamente desigual en materia de los medios de que disponía cada campaña para realizar su trabajo político. La campaña reeleccionista utilizó todo el poder oficial y económico con la llamada ‘mermelada corrupta’ para comprar voluntades representadas en centenares de miles de votos, y utilizó los medios masivos de comunicación para hacer una desmedida publicidad, además del explícito sesgo político a su favor de la mayoría de estos medios. Este tipo de ventajas de la campaña reeleccionista, que algunas rayaron en la ilegalidad, le dieron un triunfo a Santos incluida cierta incógnita sobre la debida legitimidad, pero por supuesto que perjudicaron la campaña del contendor Oscar Iván Zuluaga.
Los votos de la reelección dejaron al reelegido presidente muy maltrecho en cuanto a un estado de enajenación política enorme, pues como decidió aliarse sin importar con quién, por lo tanto quedó con grandes compromisos políticos: con los liberales, con parte de los conservadores, con los verdes, con los progresistas, con el partido de la ‘U’, con Cambio Radical, con el grupo de Antanas Mockus, y peor aún, con las FARC, y con toda la izquierda (incluido Gustavo Petro con sus ambiciones políticas) que en forma incoherente lo apoyaron para reelegirlo pero a la vez anunciándole que le harán oposición al gobierno.
La pregunta es: ¿qué autonomía tendrá el gobernante para organizar gobernabilidad? Pregunta de difícil respuesta para el reelegido presidente, pues la autonomía la perdió en razón a que la mayoría de estos disímiles y oportunistas apoyos le exigen cuotas burocráticas ministeriales como reciprocidad política. Anotando que a pesar de todo este diverso andamiaje de apoyos, la ventaja que obtuvo Santos fue únicamente de 900 mil votos: 7 millones 900 mil votos, contra 7 millones del contendor.
Significado de alternativa de poder
En segundo lugar, analizando el valor político de los 7 millones de votos del Centro Democrático y su candidato Zuluaga, pues es procedente empezar diciendo que hay que otorgarles el sello de ‘votos limpios’, es decir, verdaderos votos decentes de opinión, conseguidos como debe ser, sin más “ayuda” que en base al programa de gobierno que fue expuesto en la campaña, y también votos de inconformidad con el primer gobierno de Santos y su falta de resultados tangibles para mostrarle al pueblo. Esta es una trascendental particularidad que tiene un grande significado político en la medida que quedó completamente dividida la opinión, valga decir, entre votos que hipotecaron el poder y por consiguiente la acción del gobierno reelecto, y votos libres que tienen por supuesto un peso específico dentro del nuevo panorama político nacional, pues los 7 millones de votos de Zuluaga se constituyen en verdadera alternativa de poder, y desde luego influirán dentro del esquema de oposición política al nuevo gobierno.
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