14 abr 2015

El puño en alto de Santos

Por Jaime Castro Ramírez


El actuar de las personas identifica su personalidad, y por supuesto que es la forma de conocer el criterio con el cual proceden en sus relaciones con la sociedad. Ese actuar puede ser de diversa índole, llámese lenguaje de expresiones habladas, en cuyo caso hay que darle la interpretación acorde al perfil del individuo, o sea, que lo que dice puede ser verdadero en la medida de su porte de decencia y sinceridad, o puede ser falso como suele ser la actuación de los traidores; pero a ese mismo individuo hay que interpretarle también su lenguaje de expresiones simbólicas, o de gestos, lo que significa que en cualquiera de los casos es identificable la intención buena o mala con que procede.

Lo verdaderamente preocupante ocurre cuando las conductas inapropiadas son acogidas como comportamiento, abierto o soterrado, por personas a quienes se les ha otorgado poder para gobernar, pues con esas actitudes puede trascender el engaño a todo el conjunto de la población que está bajo su gobierno; pero además con el agravante de estar actuando en contravía de lo prometido a la voluntad popular para lograr el apoyo político electoral con el cual es elegido.

Preocupante mensaje simbólico del presidente Santos
Existen simbolismos que identifican buenas causas, como por ejemplo para significar beneficios sociales, cultura ciudadana, campañas cívicas, causas patrióticas, etc., pero también existen simbolismos de significado perverso que pueden conllevar un grado de trascendencia impredecible para la sociedad, y más aun si se trata de trascendencia de significado ideológico.

El socialismo tiene su símbolo que es el puño en alto para promover causas ideológicas revolucionarias, las cuales el mundo entero sabe a qué han conducido en materia de resultados para la sociedad. Al igual que se parece al símbolo del comunismo que es el martillo y la hoz con un puño en alto.

La realidad es que este tipo de simbolismos históricamente lo que han significado es el fracaso político, social y económico para los pueblos que alguna vez acogieron este sistema político de gobierno, razón por la cual el socialismo-comunismo colapsó en el mundo con la caída del régimen soviético y sus satélites en otras latitudes, pues la razón no pudo ser otra que la ruina política, económica, y por supuesto social, que es lo que saben administrar esos regímenes. Como bien lo dijo un demócrata visionario de las circunstancias políticas, Churchill, para identificar lo que verdaderamente significa este sistema político:


Pues resulta que el presidente de la república de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón, apareció en la foto protocolaria de presidentes de la séptima cumbre de las Américas realizada en Panamá, haciendo la señal simbólica del puño en alto que igualmente hacían los señores Raúl Castro de Cuba y Nicolás Maduro de Venezuela (léase, influenciado por ellos), mientras que los demás presidentes, de los 35 que asistieron a la cumbre, hacían la señal de saludo con la mano extendida.

Para los buenos entendedores del direccionamiento político que se observa como consecuencia de las concesiones que el gobierno proyecta hacerles a las Farc en respuesta a las exigencias de estos individuos en los diálogos de la Habana, esta señal simbólica que manda Santos, asociada a la de sus veedores del proceso de paz (Cuba y Venezuela), es muy preocupante, pues esto podría indicar para dónde lleva al país, y puede significar el futuro político, económico y social de los colombianos, pues simplemente puede ser la pauta para después materializar lo que se comenta en ciertos círculos políticos sobre la entrega del país al socialismo-comunismo como resultado de la negociación de ‘paz’.

A propósito, quienes afirman que Colombia va para otra Venezuela, razón suficiente pueden tener en su apreciación como resultado del respectivo análisis político.

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