13 ago 2004

La miseria crece y sus causas se ocultan

Por Wilfredo Moreno

Las quejas por la miseria de la mayoría de los colombianos las oímos y leemos a diario, y las suelen proferir personas de gran peso político y mediático.

¿Qué fue lo que llevo al país a esa situación de pobreza? Para no alargar la historia valdría la pena que volviéramos a un periodo más o menos reciente, cuando Colombia era un país pobre pero estable, cuando los pobres sabían qué les podría deparar el día siguiente.

Era la Colombia de antes de la Constitución del 91, cuando las políticas "macro" eran relativamente bien manejadas y se gastaba lo que el país podía conseguir. En esos tiempos, pensar en crisis económicas o en incrementos extraordinarios de la cantidad de pobres, tal como se ha visto en los años recientes, no eran cosas que figuraran en el libreto del colombiano más pesimista.

Esos tiempos tal vez habrían sido los más propicios para un debate serio sobre la forma de alcanzar la prosperidad con equidad. Hablar de eso ahora es ficción cuando lo hacen personas serias y demagogia oportunista cuando lo hacen los desaprensivos.

No se puede hablar de reducir la miseria, ni siquiera de detenerla, cuando las causas de los males siguen operando. Lo primero que se debe hacer es identificar el mal de males, que no es otro que las garantías y prebendas que se repartieron a diestra y siniestra sin saber cómo conseguir el dinero.

¿Habrá quien no haya oído a los “abanderados de lo social” prometiendo beneficios para todos sin saber de dónde van a sacar los recursos y, peor aún, sin siquiera entender cómo producirlos, porque ése nunca ha sido su campo?

El primer paso que se da para llevar a una nación a la bancarrota es gastar más de lo que se puede conseguir y ése es nuestro problema: la irresponsabilidad de quienes reparten entre ellos beneficios en perjuicio de las mayorías.

Así, ya sabemos cómo empezó todo. Seguro que un a un pobre actual le gustaría que volvieran los años en que la Constitución no le daba tantos beneficios en el papel pero su realidad de pobre era mas llevadera que la de ahora.

Esos beneficios puramente retóricos son los que están matando a los pobres. Quien lo dude, sólo tiene que ver las cifras de la miseria actual.

Suscitar discusiones sobre eso sin mirar el pasado es un claro síntoma de demagogia: lo único que se busca es sacar provecho de la miseria que esos mismos personajes crean para soliviantar a las víctimas.

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