5 ago 2004

Las insensateces del bando oligárquico

Por Wilfredo Moreno

El desespero de los jefes del bando oligárquico es tal que van de locura en locura. Podrían haberse pronunciado en contra de la visita de los líderes paramilitares al Congreso mucho antes de que ocurriera, por ejemplo cuando fueron los "elenos", pero no, esperaron hasta el último momento para poner el grito en el cielo, como un padre que permaneciera impasible al saber que su hija hace el amor con uno y otro hombre, y se echara a llorar de angustia y dolor el día que resultara embarazada.

Lo peor son los argumentos que usaron para descalificar esa visita, los mismos que podrían haber usado para oponerse a la paz con el M-19. Pero entonces no lo hicieron, al contrario, apoyaron con entusiasmo esa negociación.

Lo más feo son los comentarios de los “amigos” de la democracia: según Alfredo Rangel, los paramilitares deben ir al Congreso sólo cuando tengan voluntad de respetar las instituciones, cosa que no hacen los del M-19, que, junto al resto del Polo Democrático hacen eco político a los actos horripilantes de las FARC y presionan para una paz que no es mas que el fortalecimiento de la izquierda en todos sus frentes en desmedro de la democracia.

No creo que Rangel desconozca eso sino más bien que busca el árbol que da más sombra, y el poder en Colombia gira en torno a la izquierda, lo cual se puede comprobar analizando los medios de los oligarcas: El Espectador, El Tiempo, Semana, Cambio, Caracol Radio Caracol TV, etcétera. En todos ellos se chantajea y hostiga al gobierno de Uribe, se tergiversan los hechos y se difunden insidias en su contra.

Después de formar en un vaso de agua una turbulencia que habría borrado del mapa a su amada Cuba si lograra llegar hasta allá, sale como del sombrero de Mandrake el mago la noticia de que Uribe era socio de Pablo Escobar, nada menos que publicada por el señor Contreras, el inquisidor mercenario pagado por la oligarquía colombiana para hacerle daño a Uribe desde el odiado “imperio”.

El Tiempo publicó esto: "Estados Unidos trata de minimizar la unión Uribe-Escobar", como si tal dato fuera algo cierto y no lo que sale de un documento que el señor Contreras manipula como quiere.

Lo increíble es que todavía salga gente como Raúl Reyes a decir que la oligarquía está con Uribe y no con ellos, como se puede comprobar con sólo abrir la prensa Colombiana.

Pero ¿qué es lo ha llevado a la oligarquía a perderse en ese mar de insensateces? Es la falta de un candidato propio que pueda llegar al poder, no sólo para frenar las aspiraciones de Uribe a la reelección sino para lo que vendrá después.

Apostaron fuerte por Garzón, el cual resultó mejor como candidato que ejerciendo un cargo. Bogotá "le quedó grande"; además, en cuanto se abre la discusión sobre pensiones, el alcalde sale mal librado porque la gente no quiere pagar por otros que no cotizaron y se pensionaron jóvenes con mesadas millonarias. Durante la carrera a la alcaldía nadie le recordó eso, pero en una eventual elección presidencial no se lo perdonarían, menos ahora que el tema pensional está en boca de todos los colombianos

El pasado y el cambio de actitud de la gente también perjudican a Navarro Wolf, un antiguo guerrillero, que antes pasaba inadvertido gracias a la frivolidad con que los colombianos reaccionaban ante eso, cosa que es muy diferente ahora. Pastrana dice que gracias a él hoy todos los colombianos hablan del problema de la violencia, cosa que antes no se hacía pues se miraba el "conflicto" como algo que afectaba a unos campesinos que pertenecían a la otra Colombia. No sé si eso pasó gracias a Pastrana, pero que se habla de violencia y guerrilla en todos los lugares de Colombia es algo cierto, lo cual no conviene al ex guerrillero Navarro ni a los demás personajes de la izquierda.

Otro candidato alternativo podría ser Mockus, pero es un hombre que tiene vínculos con las universidades publicas, semilleros de ideólogos de izquierda en actividad. Es demasiado tolerante para mantener a raya a los violentos, cosa que la gente le exigirá a cualquier candidato que tenga aspiraciones presidenciales. Mockus lo quiere arreglar todo con pedagogía, cosa que no aceptan los psicópatas, que son los que producen la violencia en Colombia.

En fin: la oligarquía se quedó sin candidatos, ni hablar de Serpa que ya es caduco en política. Ahora sólo les queda ensuciar el nombre de quien les dañó la fiestecita. Santodomingo y otros están desesperados por no poder volver a los buenos tiempos en que ponían presidentes.

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El fenómeno oligárquico colombiano es variable y por tanto difícil de definir, parece no tener bases, puede estar por momentos dirigido o representado por Julio Mario Santodomingo (el día que Pastrana amenazó con cerrar el Congreso, todo el Partido Liberal, empezando por Horacio Serpa, corrieron a las oficinas del magnate a recibir órdenes); otras veces su portavoz es Enrique Santos Calderón, dueño de la cadena mediática escrita mas importante del país, que por eso es en muchas ocasiones el capo, y así sucesivamente. Por debajo de ellos están los mandos medios y los que quieren hacer parte de la "rosca", por eso si Alfredo Rangel un día piensa en su futuro, llega a la conclusión de que Colombia está muy lejos de ser un país moderno y por tanto es mejor unirse a la mentalidad antigua para asegurarse un futuro personal, cosa que hacen muchos otros. Para entrar a la "rosca" se necesita ser útil, por eso se puede ver que los ataques al gobierno de Uribe vienen de todos los frentes.

Creo que lo que motiva estas confabulaciones contra Uribe es el temor a encontrarse en una nueva sociedad que no podrán controlar. No saben cuánto puede cambiar Uribe las cosas, unas veces piensan que el fenómeno Uribe se irá desvaneciendo y otras veces creen que el descontento nacional lo encarnará Uribe por el tiempo suficiente para hacerles daño. Por eso se oyen cosas como que el gobierno de Uribe no tiene política social o que es igual a los demás politiqueros corruptos porque ya da puestos por favores. Con eso se pretende borrar de la cabeza de la gente la esperanza que representa este gobierno, convencerla de que Uribe no representa al pueblo, de que es un engaño.

En Colombia no hay verdaderos amigos de la guerrilla, lo que hay es una costumbre de acomodarse a su existencia. A las personas de mentalidad antigua, que son las que manejan el país, les conviene que haya guerrilla, porque todos sus argumentos se basan en no salir de la rutina, y ya tienen un diccionario elaborado desde hace mucho. Así, lucha guerrillera es igual a reivindicación social o lucha social o existencia de miseria. Hay miseria porque hay “productividad” y además la “productividad” es culpable de la desigualdad.

Si la guerrilla se vuelve mala, como es el caso en estos momentos, hay que invertir en lo “social” para no darle motivos de lucha; es decir, es un circulo vicioso, si no me creen, lean el editorial del día de hoy en el periódico El Tiempo "El doctor Tutela". Ahí se muestra a las EPS privadas (productivas) como generadoras de miseria, de dolor, de sufrimiento y a los jueces como doctores-salvadores por medio de la tutela.

La productividad es lo que hace moderno a un país, y contra eso están los antiguos clérigos, que son quienes manejan a Colombia.

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