10 jul 2005

La prensa del domingo

Mientras uno hojea la prensa colombiana un domingo, espera que del resumen salga algo que nos oriente sobre lo que le está pasando al país. Al menos sobre lo que quieren los poderosos.

Porque es lo primero que hay que entender, que la prensa es de los poderosos y la leen los poderosos. Y al ser libre, propiedad privada, tiene unas certezas sobre su futuro y una capacidad de espera que no tiene el gobierno ni ninguna autoridad. Si un columnista miente o tuerce las cosas, no es lo mismo que si lo hiciera un funcionario elegido. A este último le caería la prensa.

En las sociedades desarrolladas ese fenómeno se equilibra por el factor mercado: los órganos de prensa objetivos, respetuosos con el lector y orientados al bien común tienen a la larga grandes expectativas de éxito mientras que los manipuladores se desprestigian. En Colombia no es así porque, como en las sociedades esclavistas de la Antigüedad, la ciudadanía sólo corresponde en la práctica a una parte más bien minoritaria de la sociedad: la que presenta tutelas, la que tiene parientes en cargos públicos, la que exhibe diplomas y tiene quien la libre de todas las labores ingratas.

Ese statu quo se reproduce de forma natural, como que cada persona salva el pellejo o se libra de la exclusión aceptando su función servil y aprovechándose de los de abajo, como en un juego de pirámide: el cortesano que le limpia las motas del vestido a Santodomingo tiene un subalterno que corre solícito, agitando el coxis, a comprarle cigarrillos o a retirarle la bacinilla, y éste ejerce su venganza sobre la pobre que se mata haciendo ochenta cosas en su casa, la cual en su barrio o en su pueblo también es una señorita que mira por encima del hombro a la chusma.

Un columnista como D'Artagnan no sería tomado en serio en un país donde realmente haya una democracia liberal. En Colombia es muy importante porque de las intrigas que cuenta sacan los lectores conclusiones muy importantes acerca de los políticos a los que conviene arrimarse. Claro, su interés es suprapartidista y con la mayor naturalidad le recomienda a Uribe que se retire por su propio bien, sin por ello dejar de respetar a las FARC y a sus líderes y voceros. Hoy se ocupa de la diplomacia, de las habladurías al respecto, sin que todo lo mezquino que lo llena deje de ser evidente para el lector no-lagarto.

Entre la sarta de opositores de El Espectador destaca muy especialmente el inefable delfín Cepeda II: ¡nunca hemos estado tan mal en materia de derechos humanos, y todo el problema es que se confunda a los opositores con los guerrilleros! Claro que esos opositores no son otros que sus leales, los que forman la clientela que organizó su padre a punta de matanzas cometidas por los niños de entonces, hoy ya creciditos y organizados en frentes como el Manuel Cepeda Vargas.

Yo siempre me pregunto ¿por qué un personaje así tiene una columna en ese periódico del mayor magnate de Colombia? Pero ¿qué decir del resto? Álvaro Camacho Guizado, antes del IEPRI y ahora directivo de un Think tank de la Universidad de Los Andes va por el mismo camino, como Lisandro Duque, Alfredo Molano y muchos otros columnistas de ese medio.

Otro escrito destacable de El Espectador es el de Alejandro Gaviria, el cual intenta refutar a quienes temen que la sentencia que tumbará la reforma de la reelección hará daño a la economía. Lo que pasa es que su argumento deja ver sus notorias limitaciones: dice que como la política de seguridad es compartida por la inmensa mayoría, no habrá quien la cambie. Eso es una solemne tontería. Primero, la gente quiere que se golpee a la guerrilla, pero si hubiera una campaña de atentados eficaz, como probablemente la habrá para favorecer al candidato antiuribista, la gente quiere que la libren del peligro, y para tranquilizarla lo menos apropiado es un gobierno firme y garantista: apoyarán a uno que dé la mitad del poder a las FARC para poder salir a la calle, o a uno que mate a todos los mamertos, para sentir que el peligro se ha esfumado.

Pero incluso sin esa campaña, los amigos de las FARC son poderosísimos y cuentan con recursos multimillonarios para engrasar la maquinaria. Suponiendo que ganara las elecciones Serpa, soltaría cuatro discursos "enérgicos" contra las FARC hasta que éstas se avienen a negociar y se resignan a recibir sólo un departamento, y a lo mejor a renunciar a cometer más secuestros, no hablemos de soltar a todos los secuestrados, pero si la cosa estuviera tan mal también lo harían. El Caquetá para las FARC y una nueva negociación, "esta vez en serio". Podrían suspenderse las fumigaciones, por puro prurito ecologista, a cambio del fin del secuestro, o cualquier medida así.

La paz siempre es más popular que la guerra, y contando con los medios de comunicación para persuadir a la gente, esa mayoría se quedaría en nada. Sin ir más lejos, el apoyo a la política de firmeza contra ETA era mayor en España que en Colombia, y ciertamente los portavoces de ETA no dominan los periódicos ni las televisiones. Pues bastó que subiera Zapatero, gracias a una gran masacre islamista, y al cabo de nada se alió con ETA para aislar al PP. Hoy mismo ya se lee en la prensa que ETA expulsó a su antigua dirección por pedir el abandono de la lucha armada. Claro, como ahora tienen aire y nuevas esperanzas...

Pero eso sólo la política de seguridad. ¿Qué clase de política económica aplicaría Serpa? Si A. Gaviria cree que eso no asustaría a los mercados, se está dejando ofuscar por algún rencor contra el otro Gaviria, el consejero, y está empezando a decir tonterías.

En Semana, no podía fallar, salen los inefables Caballero y Abad cobrando la masacre de Londres. No podía faltar. Cuando yo empiezo diciendo que la prensa en Colombia representa a una minoría poderosa me refiero a que en otros países se vería de otro modo el terrorismo: en Colombia lo apoyan los grandes medios, y créanme que a nadie lo obligan a leer a Caballero ni a estar de acuerdo con él. Es que nuestras clases altas están formadas por delincuentes.

Pero mejor todavía es Daniel Coronell, el hombre-basilisco que hace nada denunciaba como grave episodio de corrupción que un señor hubiera ocupado un cargo mintiendo sobre su título, haciendo el panegírico de Piedad Córdoba: ni el fraude electoral ni los elogios a Tirofijo son pecados comparables a falsear el título. Pero eso no es una rareza de Coronell, sino algo predominante en Colombia. Exactamente la mentalidad tradicional: en cuanto uno es castellano viejo, de sangre limpia, de estirpe noble, ya tiene derecho a violar, matar, robar, despilfarrar lo ajeno, mentir... lo que sea. Eso sí, que no se cuele ningún impostor.

El El Tiempo hay un artículo de Salud Hernández sobre la esposa de un secuestrado. Aparte de culpar al gobierno, tampoco hay ningún gran aporte de la señora. Más interesante es López Michelsen, proponiendo a la oposición apostar a la segunda vuelta, una estrategia que les podría resultar: por una parte se presentan toda clase de candidatos orientados a determinado público y relacionados con clientelas específicas, de modo que todos arañen votos uribistas: algún godo, algún pastranista, Vargas Lleras, Pardo, Mockus, Peñalosa, Rivera, incluso... Para la segunda vuelta se unen alrededor del que mejor quede, obviamente el oficialista liberal, obviamente dueño de los recursos de maquinaria.

Un "sofisma de distracción", puesto que la Corte ya ha declarado inexequible la reforma. Es decir, ya tiene una excusa para hacerlo, y con toda certeza lo hará.

Aparte, el previsible Otty Patiño, pidiendo que se negocie con los narcotraficantes, seguramente porque cuando ellos asaltaron el Palacio de Justicia por encargo de Pablo Escobar tenían miras más altas.

No sé, como dije al principio, hay una gran afinidad ideológica entre los lectores de prensa, y el fondo de eso son los conflictos de la historia, que siendo antiquísimos y anacrónicos, están sin resolver. Al que dude de eso le pregunto una cosa: ¿por qué el producto cultural más característico que consumen los colombianos, las telenovelas, tratan de un mundo ajeno a la realidad de la mayoría, un mundo perdido y clausurado, de grandes hacendados ociosos, muñequitas volubles y hombres rudos que las seducen?

Tanto en la cabeza de los lectores como en la realidad del "conflicto" y en las discusiones parlamentarias sigue predominando el mundo de las telenovelas, la duda de si queremos ser un país liberal o volver al cómodo orden antiguo. Y es que los beneficiarios de ese orden antiguo son por lo general los que leen la prensa. Eso es lo que está en juego cuando Caballero clama contra la dominación cultural imperialista y la imposición de valores. Eso que es de antes de la guerra de secesión, ese conflicto entre el principio republicano y el confort de la Basura Blanca, que emprenderá la guerra que sea con tal de mantener sus privilegios.

6 comentarios:

Atrabilioso dijo...

Respetado Jaime:
En este recorrido sobre la prensa dominical, pasaron desapercibidas dos verdaderas joyas de Ramiro Bejarano, el columnista de El Espectador que además es abogado de Daniel Coronell en un pleito contra el estado por 11 mil millones de pesos.
Bejarano publicó en su columna las siguientes mentiras:
1:"La razón de lo que está pasando no puede ser solamente que algunos personajes en ejercicio del derecho a la defensa, como César Gaviria, hayan tenido que poner los puntos sobre las íes al presidente". Fíjese que en esta frase se hace manifiesta su queja sobre los victimarios que posan de víctimas: el que disparó primero fue Gaviria y el Presidente, en uso de la defensa, le respondió como debía. Ahora, según la visión particular, mentirosa e irresponsable de Bejarano, es el agredido.
2." ¿Dónde andaba el episcopado cuando el presidente Uribe se vino lanza en ristre contra el partido liberal, sin duda el gesto más cercano a la vieja política de que hayamos tenido noticia en los últimos tiempos?" En esta, Bejarano cree que el gesto viejo es retirarse de las maquinarias, la aplanadora y la corrupción del partido de traquetos (así los definió Piedad). Desorienta nuevamente: Uribe estableció una distancia bien importante de semejante nido de corruptos y eso es nuevo en un Presidente, porque ahí siguen los anteriores, bien pegados a la maquinaria, al clientelismo y a la corrupción.
3. "Lo cual no es más que una indebida intervención en actividades políticas que les están del todo vedadas de acuerdo con el Concordato celebrado con la Santa Sede". Bejarano olvida que la Corte Constitucional acabó con el Concordato y solo quedaron algunos puntos relacionados con aspectos legales de funcionamiento. Entonces, está mintiendo.
4."Adenda N° 2. ¿Será verdad que, después del concepto adverso del Procurador, el Gobierno organizará marchas semanales con sus partidarios, para que le quede “claro” a la Corte Constitucional lo que podría pasarle a ella y al país si cae la reelección? Cuando el río suena, piedras trae. Como no me extrañaría que se esté impulsando esa insólita, amenazante y antidemocrática estrategia, es bueno que alguien les recuerde a los alegres promotores de tales caminatas, que ello tipifica el delito de asonada. Claro, a menos que el código penal uribista diga lo contrario".
Este es el comentario en el que el izquierdista Bejarano peló el cobre y mostró su verdadero talante: que un grupo de manifestantes se pronuncien sobre un tema es un derecho fundamental que ahora este leguleyo mamerto quiere eliminar con la amenaza de cometer el delito de Asonada. Este intrépido aprendiz de derecho entra a prejuzgar una manifestación y de inmediato supone que las exigencias de los manifestantes serán violentas, pues según el Código Penal, el artículo 469 define la asonada así: los que en forma tumultuaria exigieren VIOLENTAMENTE de la autoridad la ejecución u omisión de algún acto propio de sus funciones.
Entonces, la posición antidemocrática es de Bejarano, que pretende con amenazas evitar el pronunciamiento y la manifestación de la nación frente a un tema que nos atañe a todos.
Estas fueron algunas de las graves amenazas que lanza Bejarano, porque la interpretación es muy simple: si se reunen yo los denuncio por asonada. En toda sociedad democrática existe el derecho a manifestarse. Que ahora el paladín ignorante de su propio oficio venga a hacer semejante amenaza es un despropósito que el país tiene que rechazar.
Un abrazo.

Ruiz_Senior dijo...

Respuesta a Atrabilioso: Gracias por informarme de la demanda de Coronell y el papel de Bejarano como abogado. Se me ocurre que podría hacerse una película de serie negra con los ases del samperismo: Bejarano, Coronell, Gómez Méndez, María Emma Mejía, Martha Catalina Daniels, Piedad Córdoba. Si hubiera recursos y talento la película se podría hacer, buscando a actores parecidos a los personajes (aunque el que se pareciera a Coronell tendría que salir del mismo infierno), importando si hace falta maquilladores buenos y preparando bien a los actores.

Haciendo a un lado a esas joyitas, la discusión sobre quién empezó las agresiones primero entre Gaviria y Uribe, lo de menos es quién empezó. Nadie tiene en una república ningún deber de lealtad, todos tienen derecho a pensar que gobernarían mejor que el gobernante. El problema con Gaviria no es que critique al presidente sino el bando en que está. Mi punto de vista es que el magma ideológico de la izquierda cada día más se vuelve el representante de la cultura tradicional, incluida la peor politiquería. Por eso el nieto de Rojas Pinilla termina militando en las filas de gente formada en el Partido Comunista, como los Garzones. Gaviria y su amigo Pardo son sólo los últimos.

No es que la ideología del oligarca ultramontano sea el mismo de Jojoy, es que ambos son igualmente anacrónicos, igualmente resistentes a la modernidad.

Pero las críticas ácidas y las descalificaciones son lo normal en todas las democracias. Son lo que garantiza que haya competencia, que la gente evalúe a los políticos y sus ideas.

Leyendo su comentario sobre el concordato recuerdo por qué no leí a Bejarano: es que el derecho a veces recuerda al cálculo aritmético, hay una astucia para no dejarse robar, para que las cuentas que le presentan a uno no resulten falseadas. Tiene mérito defenderse en esos cálculos, pero no leería explicaciones de esas cuentas. Las columnas de Bejarano son alegatos de leguleyo experto en llevar el agua a su molino. Esa agua de las razones que va a considerar un magistrado y demás me aburre profundamente. El derecho es una farsa cuando no tiene ningún sustento moral, cuando sólo es habilidad para elaborar retruécanos. Y las farsas malas las evito.

Eso, las manifestaciones como asonadas. Un ejemplo. A mí me hace pensar en algo que sí es importante. ¿Está usted en contra de las asonadas o en contra de las asonadas que no le convienen? Porque cuando los argumentos morales no son universales sino útiles según la circunstancia se está en la más profunda inmoralidad. Y es lo que pasa con nuestros leguleyos, que no están contra las asonadas ni por la legalidad ni por nada más que sus negocios e intereses.

Y si Bejarano está contra las asonadas, ¿a que alguien que pueda buscarlo (ahora El Espectador de hace varios años no se puede bajar de internet) lo encuentra fácilmente, su comentario con motivo de la verdadera asonada que organizaron los sindicatos cuando el ministro Santos, en el gobierno de Pastrana, hizo aprobar en el Congreso el acto 012 (creo), que limitaba los aumentos de sueldos a los empleados estatales? O bien aquella en que participó Piedad Córdoba en Cartagena.

Bueno: Bejarano es un canalla tedioso y en última instancia un tipo extremadamente vulgar. Creo que es el menos interesante de los que escribe en El Espectador.

Un abrazo.

Atrabilioso dijo...

Cuando escribía el comentario recordé la asonada en Cartagena. Pero fíjese que el tema de Bejarano lleva implícita una amenaza: si lo hacen, los denuncio. Es que la izquierda se parece cada día más a las pesadillas que critica...

Anónimo dijo...

Javier.

El caso de los nietos de Rojas Pinillas es el colmo de los colmos ¿Qué pasaría si el general golpista estuviera vivo viendo esa traición? Los nietos aliados con los guerrilleros (llamados chusmeros en esos tiempos) a que el un día persiguió.


El punto que toca Alejandro Gaviria para afirmar que a economía Colombiana no le pasara nada si se cae la reelección es equivoco, el problema no es si quien remplace a Uribe siga con sus Políticas económicas o no, es otro, tener apoyo popular para hacer las reformas, Uribe tiene un apoyo popular gigantesco y a pesar de todo muchas reformas no fueron aprobadas por el Congreso y las que pasaron lo hicieron a medias ¿Quién garantiza que el próximo que será visto como el fruto de la traición mas cochina aprobara algo? No tendrá apoyo popular y lo más posiblemente es que estará en el medio de una crisis inmensa.


Lo que no estoy de acuerdo es con el análisis que hace Jaime sobre la Reelección, para el ya esta hundida y eso no es cierto. Se debe recordar que el papel de la Corte es defender los intereses de quienes los pusieron en esos puestos, tumbar la reelección puede ser peor para ellos que aprobarla, en estos momentos los “Honorables” magistrados están entre sumas y restas y de los pros y contras que perjudiquen mas a los beneficiarios del status quo saldrá la decisión final.

Tumbar la reelección puede convertir a Uribe en un mártir donde podrá hacerle mas daño a los poderosos fuera de la Presidencia que en ella, esperar que baje en popularidad y así tumbarla no es ninguna clase de garantía, por que la solo decisión en si puede volcar a toda la rebeldía a que favorezca al actual Presidente y así reventar los termómetros que sirven para medir la popularidad.

Hacer lo que ellos llaman la “Salida Salomónica” tampoco es la solución, sencillamente por que la gente es la que quiere decidir y la mayoría quieren ver a Uribe en las próximas elecciones y no después de cuatro años, otra cosa es que se piensa que Cesar Gaviria al ser Candidato frenara no solo el nerviosismo del mercado sino también a las masas, percepción equivocada.

Ruiz_Senior dijo...

Respuesta a Javier:

Muy acertado su comentario sobre Alejandro Gaviria, aunque hay que recordar que el hombre ya empieza equivocándose con la política de seguridad, sobre la que se podría decir lo mismo que dice usted sobre la política económica.

Sobre la Corte usted expresa más o menos lo que pensaba yo hace poco. Pero ahora me parece muy optimista respecto al uribismo, que es lealtad a un caudillo por parte de gente ideológicamente muy dispersa, y acerca de la Corte Constitucional, que es campeona mundial en atrevimiento.

Un artículo reciente de Fernando Londoño lo explica todo. Es decir, los nexos personales y familiares de Maya Villazón con los magistrados.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Un saludo
Les saludo muy amablemente a tod@s l@s miembros de este blog. Siempre los leo y quería hoy dedicar un poco de tiempo para hacer una corta aclaración.

No soy samperista y hace más de 9 años no tengo ninguna relación política con el señor samper, desde su gobierno encontré en él un ser humano lo suficientemente oscuro y falto de ética que me llevó a romper tanto relaciones personales como políticas. Hagan un simple registro de prensa de todos estos años y jamás he tenido un comentario agradable sobre ernesto samper, y aún creo que es un individuo sin ética y que sólo le interesa el interés personal, así que por favor le ruego ser riguroso y conocer la realidad política para no volver a cometer estos errores propiciados más por descargas emocionales que por hechos veraces.

En cuanto al tema de la votación al congreso, soy respetuosa de las instituciones democráticas y acepto el fallo del consejo de estado. Pero a mi no me sacaron ni por corrupta, ni por falsificadora de votos, ni por clientelista, ni politiquera, el reconteo encuentra que en algunas mesas se anularon unos votos y se aprobaron otros erróneamente y otros fraudulentamente.
Siendo quien entró de última tenía las mayores posibilidades de salir pero jamás indica fraude por mi parte.
En las anulaciondes de mesas, a personas como el senador luis alfredo ramos le anularon 27.000 votos y no salió, a Germán Vargas 25.000 votos y tampoco salió, a Antonio navarro 17.000 votos, a carlos gaviria 11.000 votos, cuando a mi sólo me fueron anulados 2.500 votos, por errores en las actas. Si el análisis fuera tan a la ligera como lo quieren hacer ver, la corrupción está es en otro lado, que a uno le anulen 2.500 es muy diferente a que le anulen 27.000.

todo esto sin contar que como lo denuncié en su momento, la guerrilla quemó más de 50 urnas en diferentes municipios del Chocó, que demuestra el ´número tan reducido de votos que saqué en uno de los departamentos donde más votos obtengo, y en el caso del bajo cauca y el cauca, donde los paramilitares amenazaron a los habitantes si votaban por mi. En municipios donde históricamente obtenía 5.000 votos sólo obtuve 65, esto también debe ser motivo de análisis.
Con respeto de todos mis colegas, si fuera clientelísta, politiquera y corrupta sacaría los votos que sacan otros, pero ni corrupta, ni politiquera, ni clientelista soy y para mi conseguir un voto es a punta de discurso, de obras, de trabajo de sudor.

3. de todas maneras me emociona enormemente poder escribir en su blog, sin duda las nuevas tecnologías para la comunicación son una obseción para mí y especialmente cuando la gente tiene la posibilidad de escribir lo que piensa e interactuar con un mar de gente.

bueno un abrazo, gracias por leer mis comentarios

Piedad cordoba
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