23 ene 2006

La dulce Compañía

Es muy difícil saber lo que espera el gobierno de la negociación con el ELN y da casi miedo imaginarse que alguien puede estar pensando seriamente que en algún momento esos asesinos se deciden a renunciar a su lucha. Sería un error fatal. En cuanto algún dirigente diera pasos decididos hacia la desmovilización, pronto habría alguien que se rebelaría y condenaría a muerte al «traidor» y retomaría las banderas del Che y Camilo. Es que si los secuestros no fueran rentables y factibles tampoco habría que negociar nada. No habría guerrillas.
______Pues lo que sostiene a las guerrillas aparte del hecho de que pueden operar por el relieve y la vegetación del país, es algo que está lejos del monte, en las ciudades y aun en otros países: la legitimación. Mientras haya millones de personas que creen que la revolución cubana y sus imitaciones son caminos de redención para los pobres, cosa que ha salido de nuevo a flote con ocasión de la investidura de Evo Morales, los guerrilleros encontrarán apoyos en el exterior, y aun en Colombia.
______Como ocurre con frecuencia, el problema no es de unas minorías violentas sino de los valores de la sociedad. Sigue habiendo en Colombia millones de antiamericanos y muchísima admiración por Chávez y Castro y el Che y Camilo. Pero hay algo aún peor: el silencio respecto a esas motivaciones de la guerrilla y sus aliados. Es porque las sociedades modernas están determinadas por el periodismo, y en Colombia una de las principales tareas de los medios es ocultar la obvia relación que hay entre la red de ONG de izquierda y las guerrillas.
______Pero en el caso del ELN es aún más grave: se olvida el entorno que lo protege casi desde que nació, el de la Compañía de Jesús y su vasto conglomerado de intereses. En realidad se puede decir que el ELN no es más que una «actualización» local de la Teología de la Liberación, la doctrina de varios sectores clericales, sobre todo de los jesuitas, que pretendía conducir a los católicos a un sometimiento a tiranías de tipo castrista. Sea por la influencia de la religión, sea por miedo al poder económico de la Compañía o por no querer correr la suerte del obispo de Arauca, todo el mundo oculta esa relación.
______En primer lugar hay una relación teórica: fue el jesuita español Ignacio Ellacuría, asesinado en El Salvador, el que formuló la teoría de la «violencia estructural», según la cual la propiedad establecía una violencia sobre el «desposeído» que hacía que el asesinato en caso de insurrección se pudiera considerar «legítima defensa». Es una de las teorías que alentaron durante mucho tiempo todas las monstruosas guerras civiles centroamericanas, en las que casi siempre hubo una dirección ligada a la Compañía.
______En el caso colombiano es lo mismo, y tal vez aún peor: no hay nada que haga el ELN y que no esté expuesto en los textos del Cinep, sencillamente, el ELN es la fuerza de choque del Cinep y el gobierno de algún modo tiene que saberlo. La única negociación que tiene sentido es entre el gobierno y la Compañía de Jesús. ¿De qué van a responder los lamentables sicarios con los que está negociando el gobierno? No han hecho otra cosa que cumplir órdenes.
______Lo más interesante de todo eso es que precisamente los jesuitas fueron toda la vida los peores conspiradores reaccionarios, a tal punto que en cuanto en algún lugar se establecía un régimen liberal, tarde o temprano expulsaba a los jesuitas. Lo hizo primero el rey español Carlos III en 1768, después el presidente liberal José Hilario López en 1850. La tradición dura hasta la guerra civil española, pues a fin de cuentas los jesuitas eran los mentores de Onésimo Redondo, uno de los fundadores de la Falange española.
______Es que las guerrillas comunistas sólo son expresión de elementos retrógrados que aborrecen la modernidad y no tienen ningún reparo en explotar la violencia y el terror para conservar su dominio. No hay muchas diferencias profundas entre dirigir el ELN y alentar a los protofascistas españoles, en uno y otro caso quien realmente gana poder es la Compañía.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

CINEP desea una victoria de la guerrilla, no lo dudo. Basta leer Noche y Niebla para constatar que CINEP no cree en la realidad de los combates entre FFMM y guerrilla ("supuestos" siempre), no señala a la guerrilla como responsable de nada sino cuando otras fuentes ya han divulgado la realidad (consignando la mayoría de los casos a la bizarra no-categoria de "combatientes" como si fueran desconocidos), y no cree en la posibilidad del actuar paramilitar sin el comando y control directo del estado. CINEP cree además, como señala Jaime, que el capitalismo es violencia y en nada se diferencia del peor terrorismo ensangrentado....miento, cree que el capitalismo es peor porque el terrorismo de la guerrilla se apunta a un sistema para ellos mejor.

Todo muy cierto. Pero de allí a que CINEP y afines manejan a la guerrilla (o sea la pobre fracción de la guerrilla conocida como ELN) es mucho trecho. Como siempre, sostengo que la intelectualidad colombiana no maneja a la guerrilla. La guerrilla tampoco maneja a la intelectualidad colombiana. Tienen coincidencias en cuanto al proyecto totalitario que dicen soñar (menos mal que no son sinceros ni unos ni otros sobre este punto) pero sencillamente no hay nada que me haga creer que hay nexos concretos. (Claro que el PCC, y la UP y A Luchar en su época, son excepciones. Y quizás una que otra ONG de hoy aunque el CINEP y OFP no.) Si alguien me pregunta cómo es que soy tan cándido, he aquí el ejemplo del estado colombiano y el paramilitarismo. Tienen el mismo proyecto hasta cierto punto, y lo digo sin problemas porque el proyecto es también el mío : una Colombia sin guerrilla. Pero eso no implica y jamás ha implicado que se reúnan a coordinar. (Claro que hay excepciones: militares, políticos, empresarios.) Cada cual trabaja su granja. Unos son asesinos, otros son escribidores. Es el milagro del mercado, versión colombiana: en las economías libres las empresas no se comunican entre sí para fijar el precio del mercado (hasta se les castiga por comunicarse), pero ahí está el precio del mercado. En Colombia la gente demuestra cierto genio para trabajar, solidariamente pero sin coordinación, para destruir el pais.

Qué significa todo esto en cuanto a negociaciones? Significa que la idea de negociar con el CINEP no deja de ser un mal chiste, y no dudo que Jaime se la invoca como tal. O se negocia con la misma guerrilla, o no se negocia. Las opciones me son indiferentes en esta coyuntura porque no conducirán a nada, pero eso es tema de otro comentario.

D. dijo...

Sí, el gobierno tiene que negociar con el ELN. Yo sí creo que este es el momento adecuado para negociar con esa guerrilla, porque está debilitada y no esperan tener una oportunidad para fortalecerse en varios años.

Para mí lo positivo de una negociación con el ELN, es que ahí estamos viendo el futuro de las FARC. Pasarán unos años de presión militar contra esa guerrilla para poder debilitarla y forzarla a desear la desmovilización, pero finalmente renunciarán a convertir al país en un paraíso marxista.

Ruiz_Senior dijo...

Para Respondón: no puedo ni quiero defender la vinculación orgánica del Cinep con el ELN, sobre todo porque tampoco resolvería nada. Lo que sí digo es que negociar con el ELN puede ser inútil y contraproducente mientras haya alguien tan poderoso legitimándolos. Lo que no puede ser es que el mundo mire para otro lado respecto a la abierta legitimación del terrorismo que hace esa gente. Alguien debería decir que el Cinep es una organización ligada a la Iglesia que alienta y justifica a los terroristas. Ya sé que lo digo yo, pero me refiero a alguien con poder, como el presidente o alguien así. Un buen regaño del papa o una recomendación al general de la Compañía realmente favorecería una negociación de desmovilización.

Nietzsche decía que quien tiene un qué encuentra un cómo. El combate contra la guerrilla debería ser ante todo crear conciencia de los que la promueven. Es que hay cosas que se leen y se repiten y uno no sabe si las cree realmente. Pero hay cosas que uno ha comprobado con absoluta precisión. Como que todo lo que ha hecho la guerrilla desde hace 15 años, digamos, es exactamente lo que se gritaba en las universidades hace 15 años. La relación orgánica carece del menor interés, salvo para la policía, es que hay una mano invisible que hace realidad los sueños de la gente influyente, y parece que esa misma mano les tapa la boca a los que podrían contestar.

Sí, invitar a negociar al Cinep es poner a la sociedad ante el hecho de que esos sacerdotes apoyarían a otra guerrilla si el ELN desapareciera. Y que si la guerrilla triunfara tendrían con gente que los apoyaría.

Ruiz_Senior dijo...

Para Diegoth: no estoy de acuerdo contigo, no creo que el ELN se vaya a desmovilizar. Sólo intentan ganar tiempo para ser protagonistas en política.

Para desmovilizarse y quedar impunes tienen la puerta abierta, pero no lo aceptan. Esperan recibir recompensa, y resulta que si el gobierno la da, ellos pedirían más.

Anónimo dijo...

Prueba 1