Como las palabras son tan baratas, la gente poco avisada tiende a darles poca importancia, y por eso hay tanta resistencia a aceptar que las guerrillas sólo son las tropas de la izquierda urbana e intelectual. Bueno, no sólo por eso, también por el arribismo social. Todo el mundo quiere sentirse parte de una clase privilegiada, y es tan fácil rechazar a esos zarrapastrosos que cometen las masacres. Tal vez todo el problema de acabar con las bandas narcoterroristas sea darse cuenta por fin de que sólo son la aplicación práctica de lo que se ha enseñado en las universidades públicas y de elite en las últimas décadas: eran la esperanza del movimiento estudiantil de los años setenta y han sido empleadas de muchas maneras por los grupos de patricios que publicaban la revista Alternativa, incluso para imponer una constitución. La renuncia del gobierno a todas sus objeciones a negociar un acuerdo «humanitario» con las FARC ha permitido demostrar que a la banda criminal (a sus mentores, quiero decir) no le interesa tanto liberar a sus presos cuanto explotar la situación de los secuestrados y la desesperación de sus familiares para desgastar al gobierno. Y el cinismo con que obran esos mentores hace casi respetables a los tristes niños sicarios que les hacen de peones. Claro, son sólo palabras, pero con ellas confeccionan el tejido de falacias que lleva a unos engañados a cometer los secuestros.
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2 comentarios:
Magnífico post. Que beneficio (politico o economico) podrian obtener al liberar los secuestrados? Ninguno. Retenerlos es la mejor forma de hacerse notar. Me em$%&/()=$#" que se tome la vida de un parroquiano y se la juegue asi, usando el mismo simil, como un peon de ajedrez en posicion de zugzwang.
Para El Juli:
Si se compara lo que es el secuestro en Colombia con un régimen comunista saldría como comparar los juegos de piezas de plástico para armar edificios con la industria de la construcción: algo insignificante, los países comunistas como Cuba y Corea del Norte mantienen secuestradas a millones de personas y la mayoría de los latinoamericanos los aplauden. La rentabilidad del secuestrado es el dinero que tiene su familia, el esclavo negro cubano tiene que cortar caña para ser rentable a sus amos. No puede negarse ni irse a otro lado. Mientras la gente sueñe con ese paraíso habrá secuestros.
Gracias por participar.
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