12 mar 2013

Venezuela post-Chávez


Por Jaime Castro Ramírez 

De por sí, lo hecho por humanos lleva consigo la posibilidad intrínseca de tener un resultado bueno, regular, o malo, dependiendo de variables que en ocasiones se apartan de la voluntad y se convierten en imponderables, es decir, que tal resultado depende de circunstancias difíciles de prever; lo que de alguna manera refuerza aquello de que ‘errar es de humanos’. Sin embargo, también existe la acción premeditada de querer afectar modelos establecidos, a sabiendas de que es posible incurrir en excesos que pueden resultar traumáticos para el bienestar de la sociedad, como suele ocurrir en la política y el poder.


Venezuela después del caudillo
La Venezuela que deja Chávez está precedida de 14 años de ensayo socialista que ha desmantelado la historia democrática tradicional venezolana para convertirla en un régimen autoritario que ha monopolizado todos los poderes, con la funesta consecuencia de que al no haber independencia de poderes, ni independencia de organismos de control, el gobernante procedió entonces a manipular los derechos fundamentales ciudadanos, como por ejemplo: restringir la libertad de expresión y la libertad de prensa, atentar contra el derecho a la propiedad privada a través de la expropiación de los bienes, cierre de empresas nacionales y extranjeras, encarcelamiento o destierro de opositores políticos, etc.

De este escenario, donde lo que se ha logrado es propagar el odio y una profunda polarización de la sociedad venezolana, dividida entre ‘revolucionarios’ (camisas rojas adoctrinados por el régimen), y los llamados ‘oligarcas’, bien se puede concluir en que: el poder en pocas manos está en las peores manos. Infortunadamente para el pueblo patriota venezolano, estas condiciones oprobiosas son el legado que le queda…

Como la realidad no se puede esconder cediendo el espacio a la insensatez, hay que decir con conocimiento histórico, que el socialismo ha fracasado en todas partes del mundo con su teoría de la apropiación y estatización de los medios de producción como argumento de la esencia política del comunismo. En esta clase de aventura política, el resultado obtenido siempre ha sido la distribución de la miseria.

El nuevo gobierno
Se dice que a grandes males, grandes soluciones. El asunto está en que en Venezuela es tal el grado de desbarajuste político, social y, peor aún, económico, que se hace difícil encontrar esas grandes soluciones. Al nuevo presidente Nicolás Maduro (impuesto por Chávez, ‘con elecciones o sin elecciones’), le será enormemente difícil ordenar la vida de la república a partir del estado en que la recibe.

Aparte de los mencionados desequilibrios de orden institucional generados por la inexistencia de la independencia de poderes, a esto hay que agregarle algunas consideraciones:

- El agravante de una economía destrozada por el despilfarro y la corrupción, y con una gigantesca deuda que algunos analistas estiman en más de 200 mil millones de dólares.

- Muy poca producción nacional que obliga a importar el 75% de los bienes de consumo, y aun así ya se presenta desabastecimiento.

- Si no hay producción nacional, ocasionada por el cierre de empresas por parte del gobierno, la consecuencia es que se restringen en forma muy significativa las fuentes de empleo y por consiguiente se afecta sensiblemente el bienestar social. Y la solución a este problema no es regalarles mercados a los desempleados para que la mitad de la gente viva de lo que produce la otra mitad que trabaja.

- La producción de petróleo cuando Chávez recibió el gobierno en 1999 rondaba los 4 millones de barriles diarios, y hoy escasamente llega la producción al 55% de esa cantidad, lo que quiere decir que si no fuera por los altos precios en el mercado internacional, la situación económica de Venezuela fuera totalmente inviable porque depende solo del petróleo.

- Desequilibrio monetario y una tasa de cambio muy irregular, pues mientras el dólar oficial vale 6 bolívares, el dólar negro que se negocia en la calle vale 25 bolívares. Aparte de la política de devaluación acelerada del bolívar que encarece el costo de vida.

- En la medición sobre la capacidad de competitividad internacional, es decir, la confianza para hacer negocios como atractivo para los inversionistas, Venezuela está en los últimos lugares.

- En materia de corrupción, fuentes venezolanas afirman que miembros de la familia Chávez y amigos se han enriquecido grandemente a través de contratos que les ha otorgado el gobierno.

Soluciones básicas
Se requiere verdadera sensatez política (seguramente difícil por parte de los dirigentes chavistas), y por lo menos las siguientes medidas para tratar de encontrar perspectivas que mejoren la situación actual del país: - Restaurar los caminos democráticos con las consiguientes garantías y libertades individuales.

- Cauterizar definitivamente la vena rota por donde han fluido durante años los recursos venezolanos regalados hacia Cuba, Nicaragua, Bolivia, Argentina, y otros destinos. Ese dinero debe ser aplicado a las grandes inversiones en obras de infraestructura nacional.

- Permitir el regreso de la inversión privada nacional y extranjera en la creación de empresas, lo cual significa empezar por restituirle a los empresarios la propiedad incautada, al igual que en el sector rural, y proceder a impulsar la producción de alimentos y la producción industrial.

- No regalarle las cosas a la gente (medida populista), sino crear medios de trabajo para generar empleo y que con el producto del trabajo las consigan. Lo que se requiere es una fuerza de trabajo productiva que contribuya al crecimiento de la economía venezolana y por consiguiente contribuya también a mejorar el nivel de vida a través del beneficio social que se obtiene.

La realidad es que el sistema político socialista cerrado impuesto en Venezuela por Chávez, se puede decir que aparentemente no dejó alternativas posibles para salir del atolladero en que se encuentra el país. Muy duro lo que le espera a los hermanos venezolanos que luchan por la democracia, a quienes los amigos demócratas les hacemos llegar un saludo solidario. No hay que desfallecer, la lucha sigue hasta lograr reconquistar la libertad democrática.

1 comentario:

mundochacalblogspot dijo...

No sé de donde saca lo de la ¨TRADICIONAL HISTORIA DEMOCRÁTICA DE VENEZUELA¨ Tal vez para los analistas del mundo bizarro, los militares de ¨derecha¨ los designados y los ¨senadores vitalicios¨ si son democráticos
Miremos la siguiente lista:
Isaías Medina Angarita 5 de mayo de 1941 – 18 de octubre de 1945 Elecciones indirectas Militar (general)
Romuulo Betancourt 19 de octubre de 1945 – 17 de febrero de 1948 Golpe de Estado
mulo Gallegos 17 de febrero de 1948 – 24 de noviembre de 1948 Elecciones directas (1947)
Carlos Delgado Chalbaud 24 de noviembre de 1948 – 13 de noviembre de 1950 Golpe de Estado de 1948
Marcos Pérez Jiménez 2 de diciembre de 1952 – 23 de enero de 1958 Presidente provisional (golpe de Estado), luego electo por la asamblea Nacional Constituyente
lfgang Larrazábal 23 de enero de 1958 – 14 de noviembre de 1958 Golpe de Estado de 1958 (Junta Cívico-Militar de Gobierno)
Carlos Andrés Pérez 12 de marzo de 1974 – 12 de marzo de 1979 Elecciones directas (1973)Su segundo mandato, a diferencia del anterior, estuvo marcado por escándalos de corrupción que culminarían con su separación del cargo, ante la declaración de procedencia de antejuicio de mérito por parte de la Corte Suprema de Justicia acusado de malversación de fondos públicos y fraude a la nación...
Octavio Lepage 21 de mayo de 1993 – 5 de junio de 1993 Presidente interino
Ramón José Velásquez 5 de junio de 1993 – 2 de febrero de 1994 Designado presidente constitucional por el Congreso
Rafael caldera
Ejerció como Presidente de la República de Venezuela, en dos ocasiones, la primera para el período 1969-1974, y la segunda entre 1994 y 1999. Fue además Senador Vitalicio de la República entre 1974 y 1994, ejerciendo nuevamente dicho título en 1999,
Pedro Carmona Estanga1 12 de abril de 2002 – 13 de abril de 2002 Golpe de Estado de 2002