Por Jaime Castro Ramírez
Las decisiones de un gobernante tienen que tener el sello de estadista, y de firmeza de criterio para encontrar el apoyo y confianza del pueblo. Esa firmeza significa el aval que garantiza que el gobernante respeta la constitución y la ley, y también respeta y cuida con esmero los principios de la democracia, pues estos son aspectos fundantes que conforman la filosofía política del reconocimiento histórico del Estado de derecho.
Peligro de la constituyente exigida por las Farc
Desde el inicio de los diálogos de negociación del proceso de paz, las Farc han puesto sobre la mesa la exigencia de una constituyente para refrendar (según sus intereses) lo pactado en esa negociación. En respuesta el presidente Santos siempre dijo que él de ninguna manera aceptaba ese procedimiento y que por lo tanto esa constituyente no se haría, por inconveniente para los intereses del país. Pues ahora resulta que Santos ya aparece echando reversa a lo dicho sobre el tema (como suele hacerlo), y entonces manda a su alfil el ministro del interior a que lance la especie de que ese asunto no es tabú y que se puede abordar la discusión.
Aquí hay que insistir en otro tema relacionado, y es que el presidente de la república había prometido que lo que se firmara en la Habana lo sometería a un referendo para que fuera el pueblo el que aprobara o improbara lo dicho en esos acuerdos, sin embargo, después echó para atrás lo prometido, y se genera entonces un grande contraste, pues mientras desecha la idea inicial del referendo, que era lo aconsejable y responsable frente al país, ahora accede a darle cabida a tratar lo de la constituyente exigida por las Farc que es inversamente proporcional a lo normal en cuanto a salvaguardar los intereses de la república. Con la constituyente las Farc lo que pretenden es un nuevo modelo (a su manera) de organización del Estado.
¿Estaremos en lo cierto en aquello que se menciona en los círculos sociales en el sentido de que en la negociación de paz se impone lo que digan las Farc frente a las tímidas propuestas del gobierno? ¿Si esto fuere así, entonces ‘desde ya’ los que mandan son las Farc? ¿Estaremos vislumbrando esta instancia aciaga para el país?
Características de una constituyente
En las circunstancias en que se encuentra Colombia frente al proceso de negociación de paz con los terroristas Farc, es pertinente analizar algunas características esenciales de lo que significa una constituyente:
1. Crea las nuevas formas de funcionamiento del poder y las nuevas reglas mediante las cuales opera la relación entre el gobierno y el pueblo que debe obedecer los preceptos establecidos.
2. Posee un poder constituyente sin límites que consiste en una autoridad soberana que predomina sobre el poder constituido, es decir, que está por encima de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que provienen justamente del poder constituyente.
3. Crea un nuevo modelo de transformación y cambios absolutos en la legislación constitucional y en la organización del Estado.
A partir de estos principios que hacen parte integral de los poderes ilimitados de una asamblea constituyente, fácilmente se deduce que aceptar la exigencia de las Farc es un procedimiento de una audacia grandemente riesgosa para el país si se parte de que una vez instalada la constituyente, de inmediato este organismo asumirá sus competencias y se considerará sin limitaciones para expedir una nueva constitución. Aquí no habrá lugar a agregarle arandelas al tema diciendo que se trata de solo actuar sobre temas específicos.
En este escenario, es simplemente imaginarse a los constituyentes-Farc exigiendo sin atenuante alguno toda clase de cambios institucionales, políticos, económicos y sociales, pues eso les garantizaría crear un sistema político socialista-comunista, de lo cual no puede haber ninguna duda.
Pareciera que el gobierno en principio advertía el mencionado riesgo, pero que ahora supuestamente cambió de opinión y que al contrario cree en la ‘buena fe’ de las Farc…
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