17 oct 2024

Hermano colomboamericano

Es posible que puedas votar y te plantees si vale la pena hacerlo. En ese caso, pregúntate cuál debería ser tu opción y qué clase de ciudadano estadounidense eres.

Mientras decides el sentido de tu voto, te convendría saber que el edil de Queens que invitó a Petro votará con toda seguridad por Harris, que es lo que también harán los activistas y dirigentes de las ONG que ayudaban a legitimar a los terroristas de las FARC, el M-19 y el ELN, los soñadores del poliamor y el transexualismo, los profesionales del victimismo y en general la gente que vive de la política. Baste recordar que en el distrito de Columbia, donde está la capital federal y viven los lobistas y las clientelas de los políticos, la votación por Hillary Clinton y Joe Biden en 2016 y 2020 fue superior al 90 por ciento.

Votar por los demócratas es votar porque Estados Unidos deje de ser el gran país que es para convertirse en otra república iberoamericana, que el modelo de ciudadano que predomine no sea el que trabaja duro para prosperar sino el avivato que se inventa algo para vivir del cuento. Esa clase de gente es la que siempre ha predominado en nuestros países, que por eso se mantienen la pobreza y el atraso, es decir, se mantienen en las condiciones de la esclavitud de hace tres siglos, con una parte de la sociedad parasitando a la otra.

Lo que debes plantearte es si quieres que tus hijos sean parte de Estados Unidos o que mantengan el tradicional rencor contra Estados Unidos, el país cuyo esplendor les da la posibilidad de tener una vida mejor. ¿Los estás educando para que presten un servicio a los demás o para que los despojen? Eso es lo que decides con tu voto. Si gana Kamala Harris, habrán ganado los think tanks y ONG que defienden los intereses de Narcoamérica.

Y sí, escribo este post para invitarte a votar por Trump. ¿Quién es más probable que suba los impuestos? Kamala Harris llegó a proponer el control de precios, medida que siempre ha fracasado pero con lo que engañan a la gente pobre y desinformada soliviantando su envidia.

Trump no le hizo daño a Estados Unidos, pero Obama y Biden le han hecho daño a Estados Unidos, permitiendo que en las universidades de los ricos afloraran los peores delirios antisemitas y manifestaciones que llamaban a la violencia y aplaudían los crímenes terroristas. Es lo que sigue a la propaganda con que se radicaliza a los jóvenes, ya engatusados con la diversidad sexual y el ecologismo. Las élites políticas corruptas, verdaderas mafias ansiosas de disponer del botín del erario, obran como titiriteros de esa propaganda y de grupos violentos como BLM.

El antisemitismo y el mito palestino son un nicho de mercado con un gran potencial. La propaganda llama a los que odian a Estados Unidos, a los negros que creyeron el discurso del Partido Demócrata ––que era el del Ku Klux Klan–– y a los hispanos apegados a sus antiguas identidades.

Conozco a mucha gente a la que no le gusta Trump. No se trata de simpatías personales, Kamala Harris representa a la casta política inepta que sólo sabe aumentar el gasto y compra apoyos con demagogia. Y ese camino de la multiplicación del gasto público es el del estancamiento y el dominio de los políticos.

No votar por Trump es votar por más adoctrinamiento woke y menos exigencia en la escuela, por la renuncia al trabajo en aras del parasitismo.

Es muy difícil vaticinar si con Trump como presidente de Estados Unidos habrá una crisis apocalíptica; lo que es seguro es que con Harris la habrá, bien por una crisis de deuda, bien por una agresión iraní o china, bien por una invasión del Transdniéster o por un sabotaje a las redes de información. El gobierno de Harris estaría ocupado en combatir a Trump; no podría prevenir nada. Los peores genocidios de las últimas décadas han ocurrido con gobiernos demócratas: Camboya, Ruanda, Yugoslavia, Siria, Ucrania. Incluso la masacre de la secta de Jim Jones —que era un demagogo socialista cercano a toda la rebelión de los años sesenta, muy afín a la llamada izquierda, que es parte del Partido Demócrata—, tuvo lugar durante la presidencia de Carter.

Con Biden, el papel de Estados Unidos en el mundo ha sido lamentable, fue un gobierno absolutamente incapaz de reaccionar a la invasión de Ucrania, a las agresiones iraníes o a la hegemonía del narcotráfico en las Américas. Biden liberó a los sobrinos de Cilia Flores y a Álex Saab, que eran testigos clave contra Maduro y su banda. No votar por Trump es votar para que siga esa complicidad, ese obsceno reconocimiento a Petro y a Santos, esa repulsiva persecución judicial que emprenden bufetes de abogados misteriosamente pagados contra el coronel Plazas Vega, cuyo delito fue vencer el golpe de Estado de la mafia y el régimen cubano y al que los colombianos de bien debemos gratitud.

¿Crees que Harris promoverá una evaluación rigurosa del caso? ¿Crees que Harris es una persona recta? La trayectoria de los gobiernos demócratas es la de una larga complicidad con la mafia narcocomunista de Iberoamérica, y el votante hispano en últimas vota por esa mafia o contra ella.

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