7 oct 2023

Greta

Por @ruiz_senior

Todo el mundo recuerda lo que estaba haciendo cuando se enteró del ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, del mismo modo, cada uno debería preguntarse cómo llegó a tener noticia de la existencia de Greta Thunberg. ¿Por qué una muchacha de quince años que decide ir a protestar por confusos motivos ambientalistas o ecologistas se convierte en noticia? El que quiera probar puede salir con una pancarta a ver cuántos periódicos de todo el mundo se hacen eco de su proeza.

Luego, conocemos a la joven activista porque los medios se dedicaron a divulgar su historia. ¿Por qué hacen eso? ¿Cómo llegaron los periodistas de Madrid o de Omaha a saber que la muchacha había dejado sus estudios para salir a protestar? Hoy se sabe que sus padres son personas destacadas de la élite sueca y que, ya puestos a cargar con una hija defectuosa, hacen de la necesidad virtud y le encuentran un destino como protagonista de una gran farsa.

Esos poderes de algún modo están conjurados y no hace falta caer en conspiranoias para hallar obvia la conexión entre las castas políticas, universitarias y mediáticas europeas y estadounidenses, sea que la fabricación de una heroína para la generación nacida en este siglo haya sido idea de un pequeño conciliábulo sueco que dio en el blanco y colocó su producto a escala global, o que surja de un acuerdo de poderes presentes en todas partes, con Soros y algunos reyes de los medios, las universidades, las grandes empresas tecnológicas, los grandes partidos "progresistas", etc., lo que no se puede no ver es que el protagonismo de Greta Thunberg es una maquinación interesada con fines ideológicos característicos.

La ocasión del trastorno que sufre la chica es perfecta: las últimas generaciones han visto triunfar a los típicos nerds, niños y adolescentes más interesados en estudiar que en divertirse y a veces con dificultades de integración, que al cabo del tiempo consiguen graduarse en carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y prosperar, en algunos casos notoriamente. La ignorancia generalizada hace que se asocie esta condición con el síndrome de Asperger. La chica que no podría trabajar ni casarse ni formar parte de un grupo humano normal resulta descrita como alguien parecido a Einstein, una mente prodigiosa que hace frente a la amenaza del cambio climático y se vuelve la líder de su generación (para eso los conocimientos de la escuela secundaria sobran, y es de temer que ella no los haya adquirido ni siquiera superficialmente). 

La verdad es que ni la neurociencia ni la psiquiatría han explicado muy claramente qué son los trastornos del espectro autista ni cuál es su origen, se los diagnostica a partir de sus signos y síntomas pero certezas sobre lo que ocurre en el cerebro de las personas que los padecen no hay. Dado que el síndrome de Asperger a veces se presenta en personas inteligentes, proliferan las habladurías que se lo atribuyen a figuras importantes, vivas como Bill Gates o Messi, pero sobre todo muertas, como algunos genios reconocidos, sin que se conozca ningún profesional calificado que haya emitido esos diagnósticos. Para crear el mito esas limitaciones no importan, la gente cree que las víctimas de ese trastorno son genios (la mayoría de ellos tienen un cociente de inteligencia medio similar al del resto de la población) y el alud de propaganda hace el resto. 

Y lo maravilloso es que funciona, lo que nos lleva a pensar qué mundo es este que habitamos.

Se suele ver la historia del siglo XX como la de la autodestrucción de Europa en las guerras imperialistas y el ascenso de los totalitarismos, historia que concluyó con el triunfo de la democracia liberal y las sociedades de mercado. Ésa fue la tesis que predominó en los noventa con el nombre de "Fin de la Historia" a partir de un libro de Francis Fukuyama (entendía la historia como la búsqueda de modelos de organización social pero en el lenguaje de los tontos pasó a ser el fin de los acontecimientos, y fueron multitud los periodistas o políticos que salieron a proclamar que la tesis había sido refutada por los atentados del 11-S). Hoy en día podemos considerar superada la tesis de Fukuyama, no porque sigan pasando cosas, ni siquiera porque el comunismo siga dominando vastas regiones y tenga una superpotencia de repuesto, sino porque la democracia liberal no ha triunfado y más bien está seriamente amenazada en todo el mundo por un retorno a la tiranía, sólo que a una tiranía más eficiente sobre una población cada vez más sometida.

Se podría arriesgar la tesis de que la expansión de una organización que se adueña de todo y cuyos jefes lo son de toda la sociedad va acompañada de determinadas tecnologías, tal vez recordando a Marshall McLuhan de quien se hablaba mucho en los años sesenta y setenta y que se hizo famoso con la frase "el medio es el mensaje": la propaganda crea el poder, que depende de la eficiencia tecnológica con que se produzca aquélla. La Reforma protestante es hija de la imprenta, las revoluciones del siglo XVIII, de los periódicos, y el totalitarismo del siglo XX de los avances en la producción de papel, de la radio y del cine. La distopía actual cuenta con recursos mucho más potentes, aunque hay diferencias entre Occidente y el régimen comunista chino.

Lo importante es entender que el comunismo y su variante pagana, el fascismo, no fueron experimentos que fallaron dejando a la humanidad a salvo de ellos, sino la forma brutal que adquirió un fenómeno mucho más importante que ellos y que ahora quizá es más amenazante que nunca: la expansión del poder estatal. El dominio de una casta que concentra los recursos de propaganda e intimidación y somete a la sociedad a punta de mentiras y de violencia. La clave de esa dominación es el conocido hecho de que "cada segundo nace un idiota", de que a las personas nuevas se las puede moldear hasta convertirlas en lo que se desee, siempre y cuando se tenga el control de los medios apropiados: la escuela y los medios de comunicación.

Es decir, lejos de lo que se cree, cada persona está absolutamente indefensa frente a la intimidación del ambiente, baste imaginar una discusión entre un profesor de cuarenta años y un muchacho de catorce. El negro estadounidense no puede pensar acerca de cuál es el lado en que le conviene estar porque la muerte de Rodney King o de George Floyd genera iras alentadas desde instancias poderosas que hacen que cualquier lealtad a la ley quede aplastada por la mayoría, tal como la víctima de la educación colombiana, descendiente de un pueblo poco exigente a la hora de conocer la verdad, termina convencida de que le conviene unirse al clamor por los 6.402 inocentes asesinados y quien señale que eso siempre fue mentira, que las personas cuya muerte cabe en esa descripción podrían no llegar a seis y que se trata de intoxicación propagandística de la mafia narcocomunista será visto por todos como un peligroso fascista y perseguido.

Eso es Greta, un motivo de esa propaganda, esta vez con el cuento del cambio climático pero siempre en aras del pensamiento único que une en Europa a los comunistas con los restos de la socialdemocracia e intereses diversos, pero siempre en torno al Estado. Esa propaganda ecologista, con rasgos paganos en común con el nazismo, es el recurso de intimidación preferido en Europa, junto con el feminismo y los derechos LGBTIQ... (que con fervor casi cómico defiende el gobierno cubano). Los jóvenes europeos convertidos en "gretinos" son las nuevas SS y ciertamente no saben a donde los arrastran. Baste pensar que el cierre de las centrales nucleares alemanas favoreció las exportaciones de gas ruso, para lo que un excanciller alemán, casualmente socialdemócrata, resultó nombrado directivo de Gazprom, y que la "descarbonización" europea ha favorecido el crecimiento de la economía china, que usa carbón sin restricciones, pero cuyas élites compran automóviles de lujo alemanes. Eso por no mencionar los negocios fabulosos que se han hecho con las energías renovables, siempre favorecidas por el dinero público.

Se equivoca Elon Musk creyendo que se trata de una lucha entre humanistas y extincionistas, éstos son sólo extremistas de algo que ya está presente en las angustias climáticas de Greta y sus seguidores, discurso inseparable de todas las variantes actuales de socialismo: la idea de que hay algo superior a nosotros, sea el planeta, la naturaleza, lo que sea, a lo que debemos someternos.
Lo que es superior a nosotros es sólo el Estado, por eso tienen tanto en común todas las modas totalitarias, lo que amenaza al Estado son los ciudadanos libres, cuyas opiniones están controladas y perseguidas por las hordas de transexuales y adoradores de la Pacha Mama que cada vez en cada vez más países controlan el poder judicial después de dominar la educación y los medios de comunicación.

Ésa es la batalla y hay que pensar la cuestión mucho más allá de lo que fuera el comunismo. En los países escandinavos, primero, y después en toda Europa occidental, prosperó otra variante totalitaria que a la postre ha resultado casi igualmente funesta. La socialdemocracia terminó consiguiendo los fines del comunismo sin necesidad de crear campos de concentración ni asesinar a millones, bastaba con subir los impuestos y gastar más de la mitad del PIB. Las escuelas públicas, que copió todo el mundo, se encargan de ahormar el pensamiento y de seleccionar a los futuros funcionarios.

El futuro nos fuerza a ser conscientes de lo que ocurre con esa poderosa corriente, ya no se trata del comunismo sino de una dominación que no proclama los dogmas de Marx sino cualquier moda que pueda convenir a la casta del poder. Para eso fabrican héroes absurdos como la activista sueca y arrastran a la masa a la doctrina única so pena de persecuciones cada vez más brutales.

2 comentarios:

jesus moreno dijo...

Ante fenómenos tan extraños como son esas multitudes de creyentes en Greta solo se me ocurre pensar que la evolución es demasiado lenta. En Colombia mostramos ese estado primitivo votando por Petro.

Jose Casagrande dijo...

Pues muy oportuno el artículo, porque precisamente con el lio de Hamas (en el cual Petro participó) apareció de nuevo Greta.

Y aqui lo curioso:

Greta y Petro (y en general todo lo que se autopercibe como Izquierda) resultaron del lado de Hamas y dando voces de reprobacion a Israel.

Pero lo de Greta es interesante porque invita a aniquilar a Israel.

En la foto en la que aparece Greta lanzando sus consignas puede verse un juguete de un pulpo azul.

Algunos dicen que es una simbología en la que en la era Nazi se dibujaba a la banca judía como un Kraken de color azul.

Quizas sea coincidencia
Quizas NO.

Pero vemos que Greta representa pues un partido político fuerte.

Nos hicieron creer que era una niña que un dia se habia despertado inspirada a cuidar el planeta.

Y vean ahora, alineada con los más finos ideales Petristas.

Hoy 23 de Octubre de /2023 se escuchó la noticia de que Greta fue oficialmente cancelada en Israel.

Ya se dio orden de retirar su materia de distintas escuelas y organizaciones.

Exactamente

¿Que es GRETA?

¿Quienes se beneficia de esta chiquilla que ya no parece tan inocente?

¿Fundara doña Francia Marquez un pabellón "Greta" en pleno ministerio de la diversidad?

¿Cuantas atrocidades representa la marca "Greta"?