Por Wilfredo Moreno
Siento pesar por los que albergaban esperanzas de que el Partido Liberal renaciera de sus cenizas para hacerse grande y así ayudara a crear un camino de prosperidad para el país. No los culparé de pasarse de ingenuos porque los que secuestraron ese partido político hicieron pensar hábilmente que las cosas serían así, jugaron con los sentimientos de esa gente, la cual es una estrategia que vienen practicando hábilmente. Mentiría si dijera que era un partido político intachable antes del samperismo, pero el hundimiento moral que llegó de la mano de esa tendencia fue muy profundo, y en ese momento el partido mostró toda la putrefacción que se guardaba celosamente en las reuniones más secretas. Todo quedó al descubierto después de las escenas diarias que se vivieron durante ese funesto gobierno. No quedó nada para la imaginación de los colombianos, por eso hoy se muestran desnudos ante la opinión publica y la vergüenza que nunca tuvieron pero que aparentaron muy bien, la alejaron definitivamente de ellos.
Basta con ver las salidas de viejo zorro López Michelsen para comprobar que todo lo que estoy exponiendo es cierto. Al anciano político no le da vergüenza emular la escena bíblica donde Satanás tienta a Cristo en el desierto enseñándole todo lo poderoso que puede llegar a ser si escucha sus consejos. Por eso no duda en mostrarle la fruta prohibida a Uribe, lo acusa de querer violar la constitución si la corte que supuestamente la representa no aprueba la reelección pero al mismo tiempo, le hace ver que nada dramático le podría ocurrir porque cuenta con un gran apoyo popular; y también le hace ver lo inconveniente que podía ser unir a todo lo podrido del país en su contra, algo que fortalecería más a Uribe ya que esa unión sería la ecuación que lo llevaría a la gloria por mucho tiempo, como lo que Satanás le ofreció a Cristo. Una gloria corta y con un final fatídico, por eso Uribe no lo escuchó y en cambio afirmó su respeto por la democracia y la Constitución que la representa con todo y lo imperfecta y propensa a favorecer atropellos que es. Pero los principios del presidente le dictan que las vías democráticas son las que se deben utilizar para cambiar esas imperfecciones y no las traumáticas más parecidas a las revoluciones que López le seduce a seguir.
La desvergüenza del partido continúa cuando le hacen pensar a medio mundo que aceptarán la llegada de Gaviria para que modernice la colectividad y que ellos mansamente seguirán lo que dicte el ex presidente de la OEA. Con su suciedad no sólo se burlan de la buena fe de Gaviria –que se presta a su juego porque ha visto de cerca cómo hay naciones que se desmoronan por falta de partidos políticos serios y fuertes que representen a esos pueblos frustrados, y que éstos en su profundo desespero sólo encuentran en la destrucción y hundimiento mayor de sus sociedades el calmante a su ansiedad–, también se burlan de la buena fe de esos seguidores que, como lo dije antes, guardan esperanzas de un futuro mejor para su partido. Toman como descarte la transformación y se aferran a las viejas mañas, sólo ven como salvación cambiar de alias como los criminales más famosos del bajo mundo, optan por salir con falsedades, con shows montados, ponen “ultimátums” “condicionan sus candidaturas”, etc. Ayer fue Serpa con el cuento de la socialdemocracia y para “variar” esta vez lo acompaña su amigo ideológicamente más cercano, Gómez Méndez (ambos vienen del Partido Comunista) llamando a la aceptación del centro izquierda o él no va, pero en realidad sólo muestran lo falsos que son, dejan al descubierto la mentira con la que quieren envolver a los colombianos. El “salto social” pasado ya nadie lo quiere recordar porque hacerlo traería frustraciones aún mayores. Ese salto significó un empujón al abismo de la miseria y dolor para millones de compatriotas, que los siguen padeciendo y ese salto, mejor dicho, ese empujón, es lo que le siguen ofreciendo a los colombianos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario