4 jul 2005

Más allá del ridículo

Por Wilfredo Moreno

Que un ciudadano amenazado chantajeado o que sufra otra clase de presión lo denuncie a la justicia es un deber cívico, no un acto de valentía como se ha querido hacer ver la actitud de Daniel Coronell (una de tantas joyitas que escriben en la prensa colombiana) .

Lo que pasa en Colombia es que recurrir a las autoridades competentes no significa que se conjurara el problema, por esa razón nacieron las AUC. Finqueros, comerciantes y campesinos que no encontraron respuestas del Estado para que les garantizaran su honra, sus bienes y, lo mas importante, su vida.

Daniel Coronell denuncia al supuesto antisocial por que se sentía protegido y más poderoso que de donde venían las amenazas. Si hubiera percibido lo contrario, sencillamente habría empacado sus maletas para marcharse del país en forma silenciosa, después sus colegas habrían hecho las denuncias desde sus columnas de opinión.

Coronel también tenía a su favor que el supuesto amenazador le había pedido al medio donde él escribe que lo despidieran por que era antiuribista, un “argumento” políticamente explotable.

La línea editorial de Semana, como de la mayoría de los medios, es antiuribista. Por eso sorprende que el ex senador acusado de amenazas de muerte contra Coronell se haya pegado de ese argumento para pedir el silenciamiento de lo que le era incomodo de forma personal, lo que no sorprende es que los medios y sus puntas de lanza en el terreno político lo hayan sabido explotar.

Un editorial de El Tiempo después de resaltar la "valentía” de Coronell comprometía al gobierno Uribe de forma directa con los hechos. De igual forma la ultima declaración de Serpa apuntaba en la misma dirección, la estrategia es explotar un hecho aislado y que no tiene nada que ver con el actual gobierno como la muestra de que el uribismo o la nueva fuerza política que puede salir de él es poco tolerante con los que le hacen oposición, algo que debe ser aceptado en toda democracia.

Es cierto que lo que se ha desprendido en el caso Coronell no fue el primer zarpazo, ya el presidente había dicho en un discurso que en el actual gobierno había tantas garantías que existía libertad hasta para calumniar, cosa que sigue ocurriendo y que lo demuestra el avispero que han querido crear a partir de un caso que compete exclusivamente a la justicia ordinaria.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo entendido que la valentía de Coronel es resaltado por que denuncio lo que estaba ocurriendo sin conocer de donde venían las amenazas y no por que lo sabia.

Ruiz_Senior dijo...

Respuesta al usuario anónimo:

Esto es lo que dice ese editorial:

"No podemos dejar de resaltar la valentía y el coraje del periodista Daniel Coronell, que no solo ha denunciado las amenazas que se ciernen sobre él y su familia, sino que ha ido más allá y, en una operación audaz, ha logrado desentrañar –al menos en parte– de dónde vienen algunas intimidaciones."

Lo que dice Wilfredo es que denunciar es un deber ciudadano, y que denunciar a Nader tiene que ver con el hecho de sentirse más fuerte que él. Más protegido.

En Colombia quien de verdad está siempre amenazado es el que combate a la guerrilla y a sus socios. De hecho varias personas me han dicho que han recibido amenazas por escribir críticas a Garzón y a Chávez.

Pero los dueños de los medios tal vez sean los mismos que ordenan las amenazas.

Anónimo dijo...

Jorge.


Completamente de acuerdo con el comentario de Jaime. Daniel Coronel sabia de donde podían venir las amenazas motivados por sus escritos mucho antes de que salieran publicados y que tendrían que ser de Personas con poco poder.

Eso fue lo que motivo a hacer la denuncia, mas para obtener protagonismo Político que por que en verdad se sintiera amenazado, Coronel escribe contra el Uribismo como tantos otros por que sabe que su vida no corre peligro, mas bien gana favores con los oligarcas y denuncia a los que cree cercanos a los Paramilitares y ciertos Narcos por que son dos organizaciones combatidas y que están en la luz publica.

Anónimo dijo...

Comentario por Espejo.
Repetir lo que dicen las Farc sobre su origen es sin duda un acto de propaganda. Repetir la cantaleta de las AUC (fundadas en 1996) es, entonces, propaganda deliberada de esa organización, usada por quienes mandan a los hijos ajenos a descuartizar personas vivas o muertas, a meter gallinas en úteros de mujeres preñadas, a "interrrogar" personas con bolsas plásticas en la cabeza o amarradas sobre un charco con caimanes, o meter indigentes en helicópteros de la Armada en Cartagena para después soltarlos sobre los tiburones. Mientras tanto, se mantiene la cómoda postura del intelectual trabajador y políticamente correcto.

Ruiz_Senior dijo...

Todas las acusaciones del último anónimo parecen chistes: ¿cuál es el verdadero origen de las FARC? ¿Cuál el de las AUC? Lo de los indigentes y los tiburones es la primera vez que lo oigo, y ciertamente suena a leyenda urbana. No creo que usen los helicópteros para eso.

Se trata de una persona que tiene un conocimiento profundo de las cosas y desprecia a quienes no lo tienen, a tal punto que no los considera merecedores de ese conocimiento. Aunque la fe en las leyendas urbanas hace pensar otra cosa.

Anónimo dijo...

Espejo contesta:
Jaime, mal lector, no ha notado que se parafraseaba el texto comentado para destacar cómo su macartismo permite sacar conclusiones tan disparatadas.
En algún tiempo pude comprar sin crítica la leyenda fundacional de las Farc, que unas sencillas comunidades en autodefensa fueron atacadas sin agresión previa en la operación Marquetalia. Luego supe que no eran tan planas las cosas. Tampoco tanto como para comprar las acusaciones de secesionismo esgrimidas por Álvaro Gómez Hurtado. Por años también fue dogma la supuesta continuidad entre sectores "progresistas" del partido liberal y los experimentos guerrilleros de los años sesenta. Hoy es más fácil encontrar un descendiente de pájaros conservadores en las filas de la guerrilla, que algún descendiente de los sectarios de los cincuenta. Hay quien dice que todo empezó por El Bogotazo y de ahí hasta la explosión cámbrica (sé de conservadores que denuncian haber sido expulsados de sus pueblos cuando el comienzo de la "República Liberal", en 1930). Las supuestas maniobras de Moscú detrás de esta historia son mayoritariamente risibles. Antes de que Castro se alineara con la URSS, del Atlántico para acá el Kremlin no metía mano, Estados Unidos sí.
Las AUC, si existen como una sola cosa, nacieron de un acuerdo entre facciones, formalizado en el 96 en una gran cumbre realizada en el Magdalena Medio. De ese acuerdo final se apartaron algunas que se consideran a sí mismas como históricas, constituidas bajo el amparo de la ley y libres de cualquier nexo con el narcotráfico. El liderazgo, por supuesto, fue de la cuerda de los hermanos Castaño y sus subalternos de Córdoba y Urabá; de los líderes más prestantes de Puerto Boyacá, La Dorada, Berrío y Salgar; además de los del Guaviare, poco conocidos pero solventes en narcodólares.
Lo central de conformar las AUC no era todo eso que dice la propaganda de dicho aparato. No era comenzar a "autodefenderse" cuando se reunían precisamente exitosos líderes que se preciaban de haber triunfado en la expulsión del enemigo de su territorio. No eran muchachos desarrapados, recién corridos de sus veredas, sedientos de una oportunidad para vengarse. Eran los chachos, los propios, los dueños del balón, urgidos de algo más apremiante.
El objetivo era iniciar la tercera gran fase del proyecto paramilitar, su legitimación. La edificación de una personería política, de la vocería de unos líderes, de la promoción de un proyecto social y económico distintivo. La necesidad de consumados asesinos de poder vivir en la legalidad y sin el rechazo público de quienes los aplauden en privado.
Si quiere leyendas urbanas le tengo una rural, más bien agreste, del país del orden público. Se dice que quienes fraguaban esto de antes buscaron como figura legal, como líder de mostrar, a Álvaro Gómez. Cuentan que la propuesta se la hicieron a propósito de la ola antisamperista del 95. Cuentan los mismos ociosos que Gómez, derechista consecuente, dio un contundente no a estas insinuaciones. Se dice que sabía demasiado.
Continúa la leyenda con el siguiente candidato, a quien prefirieron no pedirle el favor sino chantajearlo. Con el fantasma de Pablo todavía rondando por el Valle de Aburrá, muchos se conocían las caras, el temperamento y la puntería. Se dice que ese temblor en los "ojitos", esa ansiedad y la recurrente metáfora de la prisión (esgrimida por sus subalternos) tienen algo que ver con todo esto.
Hasta aquí la leyenda.
La breve selección de incidentes típicos de la gesta paramilitar, equiparables a los de su obsesión por la emasculación de soldados, hacen parte de numerosos compendios. El caso de Cartagena se lo presento así: digamos que es un invento mío (no lo es). Es plausible afirmar que la mentalidad de cierto sector de la sociedad cartagenera consienta la llamada limpieza social, especialmente a propósito del valor del activo central de la ciudad turística. Es sabido que para muchos habitantes de ciudades costeñas es normal esperar que un ladrón termine asesinado. Quien haya caminado Cartagena, especialmente cerca a las instalaciones militares o a los sitios preferidos de esparcimiento de soldados, marinos e infantes; sabe cómo se mueven, cuánto respeto tienen por los transeuntes, cuál es su actitud.
Ahora, lo noto a usted un poco tocado por la reinante distorsión de valores que acosa al país. Le resulta inverosímil la historia pero añade que no cree que usen helicópteros. ¿Propone entonces el uso de lanchas inflables o submarinos?
Lo central, repito, es que no es sano macartizar a alguien porque diga algo que parece coincidente con un grupo cualquiera. Si algún jefe guerrillero sentencia que le gusta sentarse bajo la sombra de un caracolí, no es como para correr a matar a todo el que se encuentre en esas, para luego talar todos los individuos de esa especie. Esa idealización de un enemigo, con el cual hay que diferenciarse al punto de convertirse en el negativo fotográfico, me recuerda los catecismos maoistas; pero ya no me da risa sino preocupación.

Ruiz_Senior dijo...

Conque la URSS no metía la mano en América antes de la Revolución cubana. Entonces ¿quién mató a Trotski? ¿Qué hacía el Partido Comunista chileno, uno de los más grandes de todo Occidente? ¿Por qué había guerrillas comunistas desde los años cuarenta?

Las FARC son sólo el resultado del proyecto del PC de alcanzar influencia en el campo para emular el ejemplo chino. Ese partido ciertamente tenía refuerzo soviético, pero ante todo era expresión de la intelectualidad colombiana. En casi todos los países católicos, la intelectualidad se agrupó tras la revolución soviética alrededor de los partidos comunistas. Colombia no era la excepción, sólo que había la masa de desplazados por el crecimiento monstruoso de la población (hace cien años no llegaba a haber cuatro millones de colombianos).

Las AUC serán lo que usted dice, pero eso no quiere decir que sus fundadores estuvieran tranquilos en 1996. La expansión guerrillera habría terminado por acabar con su poder local. Es la lógica de la guerra.

Sobre su leyenda rural sólo tengo que decirle una cosa: decenas de personas que conozco me dicen que el jefe del narcotráfico es Álvaro Uribe. Al mismo tiempo es un empleado de Bush. Con lo que el jefe del narcotráfico es en realidad Bush. Pero qué pendejadas, Bush sólo es un petrolero tejano. El verdadero jefe del narcotráfico es Bill Gates. Por algo es el hombre más rico del mundo, o casi. ¿Qué más querrían que encontrar un mundo ordenado así.

Acerca de la limpieza social, es un problema que no se puede combatir cuando todos los grandes poderes tratan de hacerle la zancadilla al gobierno. Porque el único motivo de que haya oposición a Uribe, por parte de gente casi abiertamente vinculada a las FARC, como Piedad Córdoba, María Emma Mejía y tantos otros es que el gobierno hace frente a sus socios y reduce la inseguridad. Les aleja la "solución negociada", de la que esperan lucrarse.

En Cuba no hay limpieza social porque no hay indigentes, es muy tonto dejar a los esclavos en la calle en lugar de tenerlos produciendo. Lo increíble es que a pesar de eso la mayoría de los cubanos viva en una miseria increíble.