17 oct 2005

¡La oligarquía no las tiene todas consigo!

Éste es un término que en el lenguaje corriente en Colombia es equivalente de "establecimiento", "clase dirigente", "clase alta" y aun "estrato 6". Según el contexto la gente lo usa para referirse a la casta que, digamos, se queda la mitad de la renta nacional y que en todo caso no llega a ser el 10 % de la población. Pero en un sentido más restringido se podría referir a la clase "superalta", a la crème de la crème, la flor y nata, la high society, la gente gentísima, etc. A unas pocas decenas de miles de colombianos cuya renta y cuyo patrimonio es cientos de veces superior al del promedio de los ciudadanos, a menudo gracias a inicuos privilegios.

______Durante siglos esa minoría ha hecho y deshecho en el país, pero se puede decir que le llegó su hora. El que tenga alguna duda sólo tiene que leer con atención las denuncias de Enrique Santos Molano, de Daniel Samper, de Antonio Caballero, de Daniel García-Peña, de D'Artagnan, de Alfredo Molano, de Álvaro Camacho Guizado, de María Jimena Duzán, de Laura Restrepo y de tantos y tantas que hoy enarbolan la bandera de la rebelión del pueblo contra su sempiterno dominio.
______¿O es que hay alguien que no haya notado el desprecio y la condena hacia esa casta que asoma siempre en los escritos de las personas mencionadas? Ya es hora de que la oligarquía ceda el paso a las clases humildes y trabajadoras, y a quienes las orientan, claro está. Porque estamos hartos de su eterno dominio.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen comentario, pero algo confuso o por lo menos para las personas que no entendemos muy bien las cosas.

Ruiz_Senior dijo...

Para el anónimo de las 11:48:

Bueno, hay cosas ante las que es inevitable el sarcasmo. Por ejemplo ante las diatribas contra la oligarquía de los oligarcas. Es una muestra de que ese discurso populista, veintejuliero, patriotero, antiliberal, mamerto, etc., no es más que una máscara de la misma camarilla que toda la vida ha estado despojando a los demás colombianos desde los puestos públicos. Es la historia de toda Latinoamérica, pero ocurre con esos señores que por una parte poseen los medios, y por la otra son muy respetados porque así como ellos mantienen sus viejos instintos predadores, tienen al lado a la masa de lambones que esperan prosperar sin trabajar sumándose a cualquier conjura.

Supongo que los lectores que conocen mejor a esa gente lo verán más claro.

Anónimo dijo...

Sebastián cabañas

Resulta curioso que mucha gente critique la falta de argumento de las personas que Usted menciona, el día en que argumenten pierden por que es muy difícil defender los atropellos con la razón, en esos casos es mejor recurrir a la prosa elegante y disuasiva como lo hace Antonio Caballero o a la queja constante que le hecha mano Daniel Samper o por que no al odio, arma que utilizan otros del mismo bando.

Ruiz_Senior dijo...

Para Sebastián Cabañas:

Bueno, a mí lo que me llama la atención es el nivel de servilismo de los colombianos. En todas partes la gente quiere asimilarse a las clases más altas y tiende a compartir las opiniones de los superiores sociales, incluso siendo con frecuencia falsedades o ridiculeces. Es un problema, creo yo, y es una opinión apresurada, de inscribirse en una comunidad, de que cada persona trata de definirse por unos modelos y ésos casi siempre son los de arriba. Hasta ahí normal. Al mismo tiempo en todas partes existe el odio a los ricos y poderosos, nacido de la envidia y del resentimiento, y la gente en general vacila entre la interiorización del modelo y el rencor por su condición subalterna, azuzado por demagogos. Todo eso es lo normal.

Pero en Colombia el mismo actor hace los dos papeles, el mismo patricio propone el odio a los patricios, como si dijera "ódiame" y los lambones lo siguen en algo que es obvio que es una farsa.

De hecho, lástima que haya tan pocos lectores. Seguro que no hay ningún dramaturgo. Porque sería el tema de una comedia. Tal vez sería ocasión de empezar el género de la comedia sangrienta.

D. dijo...

En realidad el colombiano no es diferente a la gente de cualquier país, incluidos los suizos, ingleses, alemanes o norteamericanos o japoneses.

La única diferencia entre el primer mundo y Colombia, son las proporciones: aquí el porcentaje de inútiles es considerablemente mayor que allá, y eso por supuesto incluye a quienes controlan todas las entidades públicas y privadas.

juglar del zipa dijo...

Igual... por más oligarcas que sean, lo que dicen no es necesariamente falso. Es rídiculo, dice mucho del clientelismo, nepotismo o lo que sea (es un solo fenómenos que es todas las cosas al tiempo) pero no hace falso lo que dicen, al menos a simple vista.

Ad verecundiam...

Ruiz_Senior dijo...

Para Juglar del Zipa: A ver, lo que dice un oligarca, digamos un privilegiado social, para excluir ese término lleno de afecto (m. Cualquiera de las pasiones del ánimo, como ira, amor, odio), es más probable que sea cierto por dos razones. Una porque a menudo tiene más conocimiento de las cosas, ha viajado más, ha visto más espacios vedados a los demás, ha tenido más oportunidad de instruirse, etc. Y la otra porque la mentira es un procedimiento que rebaja y normalmente el patricio no tiene necesidad de recurrir a ella. No faltaría más sino perder la honra que lo hace patricio. Es empezar a perderlo todo.

De modo que si alguien nos trajera el argumento ad verecundiam, "no le creas, es un oligarca", tal vez tendríamos más razones para pensar lo contrario. Lo que pasa es que en ninguna parte he dicho eso ni nada parecido. Ni tampoco lo ha dicho nadie en este blog.

Otra cosa es que lo que dicen sea precisamente el tipo de discurso demagógico llamado a soliviantar el resentimiento de la gente y desplazando la condición de "oligarquía" a quienes les dé la gana. Siempre a otros distintos de ellos.

Una vez, durante un gobierno liberal, hubo disturbios en mi barrio. La gente salió a tirarles piedras a los soldados. Y el dirigente local del Partido Liberal no tenía el menor escrúpulo en estar entre los que dirigían el tumulto.

Eso ya no me parece descalificar el argumento de alguien porque sea oligarca, sino denunciar un mecanismo perverso en el que el servilismo y el arribismo caricaturescos de la gente los lleva a sumarse a la campaña moralizadora dirigida por los ladrones (pues la "oligarquía" en un lugar como Colombia consiste en esas camarillas dedicadas a robar del erario, ¿o qué clase de intereses representan D'Artagnan y Santos Molano?).

Lo que resulta más bien triste es comprobar que todo lo que se dice se reduce a estereotipos baratos, a la manera de Procustes, ese bandido posadero que hacía caber a la fuerza a sus huéspedes en su cama, a los pequeños los estiraba y a los grandes los cortaba.

Anónimo dijo...

Cito: "Eso ya no me parece descalificar el argumento de alguien porque sea oligarca, sino denunciar un mecanismo perverso en el que el servilismo y el arribismo caricaturescos de la gente los lleva a sumarse a la campaña moralizadora dirigida por los ladrones (pues la "oligarquía" en un lugar como Colombia consiste en esas camarillas dedicadas a robar del erario, ¿o qué clase de intereses representan D'Artagnan y Santos Molano?)."
Pregunto: con su habilidad argumentativa y critica, podriamos sumar a ese par de bellezas a nuestro querido Presidente y su respectiva camarilla..?..mejorando lo presetne, diria mi abuelita...se anima a hacer el comentario o no le interesa entrar en nimiedades...?