La reciente concesión del Premio Nobel de Literatura al dramaturgo británico Harold Pinter ha reavivado la polémica acerca de la calidad de quienes obtienen ese premio, polémica que acompaña siempre al otro Premio Nobel que no trata de cuestiones científicas más fácilmente mensurables, el de la Paz. Da la impresión de que la frase de Friedrich Nietzsche «Yo no soy un hombre, soy dinamita» se puede atribuir más bien a este premio, pues, como el otro invento de Alfred Nobel, se está usando como explosivo para sembrar la discordia y alentar a toda clase de valedores del terrorismo y la tiranía.VER POST Y COMENTARIOS