17 dic 2005

Una opinión cualquiera sobre la negociación de La Habana

Una opinión, y también un vaticinio: no servirán para nada. Sobre todo, no conducirán a la desmovilización del ELN. Por parte del gobierno era imposible no buscar la foto para no dejar a los adversarios electorales todo el campo de la paz, pues a fin de cuentas no tiene a nadie por su derecha y sí hay sectores amplios de la población que creen que la lucha contra las guerrillas se puede abaratar cediendo. Al igual que con el salario mínimo, lo que intenta Uribe es impedir que se forme una mayoría «pacifista», del mismo modo que sería muy peligrosa una mayoría partidaria del aumento de sueldos.
______Es que todo remite a la inmadurez de nuestra sociedad. Basta con ver las discusiones que han surgido en la prensa alrededor del tema del salario mínimo para comprender que hay mucha gente que cree que imponiendo leyes correctoras del mercado se favorece a los pobres. Y claro, son los mismos que por lo demás suelen tener buenos sueldos derivados de un decreto, y a menudo relacionar esos buenos sueldos con el salario mínimo legal, como explicaba ayer Rudolf Hommes. La caridad empieza por casa, y con frecuencia hace falta hacerse el ciego para seguir mostrando la sonrisa del Dr. Jekill. Si la ceguera se vuelve algo de fábula, como en el apoyo al M-19, cuyos portavoces no vacilan en proclamar que Colombia está en deuda con ellos.
______Por parte del ELN, es obvio el interés de aprovechar esa necesidad electoralista del gobierno para obtener reconocimiento, para ganar algo de oxígeno y así reagrupar un poco las maltrechas fuerzas. El abrazo de García Márquez, tal vez el más obsceno de los colombianos, al asesino Antonio García ya es un logro del ELN que justifica la negociación.
______Es que el gobierno no puede permitirse pagar ningún precio político por la desmovilización del ELN: sería mucho mayor el que pagara a las FARC, y como eso significaría abolir la democracia, se puede asegurar que la mayoría de quienes votamos por Uribe estaremos en contra, como ocurrió en tiempos del Caguán. Y para desmovilizarse sin precio político los dirigentes del ELN no tienen ningún aliciente. No están amenazados de ir a la cárcel, pues fácilmente se van a Cuba, donde ya está Fabio Vázquez Castaño, y saben que están a salvo de cualquier persecución. ¿Qué gracia tiene dejar un negocio tan grato como el secuestro cuando es algo que simplemente hacen otros?
______Ojalá el interés del gobierno sea puramente electoralista. Nada haría más daño al futuro de Colombia que una «volteada» de Uribe. La negociación viable con las guerrillas es la que se emprende con los desertores o con los vencidos, todo lo demás es darles aire y en última instancia no hacer nada.

11 comentarios:

D. dijo...

Jaime, ¿pero en qué te basas para estar seguro de que de seguir la negociación, ésta terminará en el fracaso de la democracia?

Ruiz_Senior dijo...

No es "de seguir la negociación", sino una negociación que significara más que lo que hay en la Ley de Justicia y Paz, o "considerablemente" más. Por ejemplo leyes de cuya aprobación (por ejemplo en referendo) dependiera la desmovilización de las guerrillas.

Hablo de abolir la democracia porque ésta consiste en que la gente elige sus leyes y gobernantes. Si no hay tal sino una imposición de unos matones, no habrá democracia. Y para acogerse a la Ley de Justicia y Paz las guerrillas no tienen que negociar nada.

Y, como ya he dicho, si el gobierno se pliega a una Asamblea Constituyente sin delegados elegidos por los ciudadanos, es poco probable que eso traiga ninguna paz. Es decir, si la paz es el triunfo de las guerrillas la gente no querrá esa paz.

D. dijo...

Bueno, lo jodido es que las guerrillas vengan a someterse a la ley de Justicia y Paz porque sí o por pura buena voluntad que les nazca algún día.

Incluso el ELN, que es la guerrilla más debilitada, se niega aún a negociar su desmovilización a cambio de algo que no sea hacer reformas al Estado según su idiología. Tendríamos que esperar a que el ejército los debilite aún más para que renunciaran a reformar al país según su criterio, pero es muy probable que sus mandos altos y medios prefieran unirse a las FARC antes que rendirse, y sólo se desmovilizaría la carne de cañón para no seguir muriendo por quienes los abandonarían.

Y para llegar a ese punto tal vez, no estoy seguro, toque esperar a que Uribe lleve bien avanzado su segundo gobierno, pero si no lo logra dentro de 5 años, es posible que mucha gente se vuelque a votar por algún "candidato de la paz" y entonces el ELN resucitará, tal como ha venido pasando varias veces en gobiernos anteriores.

Sí, puede ser que la actitud del gobierno sea puro espectáculo electoral, pero también puede ser que Uribe de repente ve aún lejos ese punto de rendición que necesita para el ELN y prefiere apostarle a un resultado más cercano pero más cuestionable desde el punto de vista político. Sin embargo con eso también ganaría mucho respaldo entre sus enemigos. Sería como debilitar un poco el lado más fuerte para fortalecer mucho el más débil, así que yo no descartaría que la intención del gobierno esté un poco más allá de las elecciones.

D. dijo...

Iba a decir "ideología", pero por pensar en idiotas se me fue la "i".

Debí haber dicho más bien "idiotología".

Anónimo dijo...

Bueno, el gobierno ya ha cedido bastante con los paramilitares para satisfacer intereses concretos de estos grupos haciendo sus solicitudes parte de las leyes de desmovilización. Por ejemplo, los lios sobre extradición son particulamente diseñados para los cabecillas de la AUC -aunque a la sazón terminen cobijando a gente de las FARC o el ELN-.

Yo tampoco tengo mucha fe en este proceso y también pienso que es motivado por las elecciones -al igual que la oferta a las FARC de despeje del caserío El Retiro-, pero no creo que el presidente sea tan idiota de lanzarse a la negociación si no ve, al menos, una esperanza de conseguir algo más que reconocimiento electoral. Es seguro que el presidente tiene que estar dispuesto, dado el caracter "sin agenda" de las reuniones, a ceder en algunos puntos. Lo más probable es que el resultado de una negociación con el ELN requiera una segunda parte de la Ley de Justicia y Paz que se acomode a lo que el ELN tenga en mente. Eso será tan "fracaso de la democracia" como lo es lo negociado con los paras. Finalmente, por la via de las armas, Mancuso, Castaño y compañía lograron limpiar penalmente negocios ilícitos, desaparecer sus asesinatos, ganar visibilidad política y tener la oportunidad, a futuro, de vincularse en buena posición al juego de votos y aspirar al congreso en por ahí cuatro años -como ya andan augurando-. Todo eso no son más que "imposiciones de matones", como las llama Jaime.

Ya veremos qué sucede.

Anónimo dijo...

Marcos.

El nuevo acercamiento con la Guerrilla del ELN no debe interpretarse como una apuesta Electoral, Uribe no tiene necesidad de copar el Centro por que ya lo tiene, no solo por que llena los requisitos de lo que esa tendencia Politica quiere sino tambien por que no hay ribales que convensan, en la CENTRO IZQUIERDA tendria mas problemas en otro ecenario con gente como Peñalosa y Mockus pero hay que recordar que el tema critico es la violencia y ahi Uribe es superior al Par, mas si se compara con Mockus que la gente vislumbraria como el mono jojoy lo convierte en su jugete.

Para mi Uribe esta precionado a demostrar que hay mano dura para todos los actores de violencia de la misma forma que se les puede extender el brazo si ellos aceptan ciertas reglas. La partida que le han sacado a la desmovilisacion Paramilitar los enemigos de este Gobierno a sido mucha y no se les puede seguir dejando quietos para que ganen mas, hasta ahora han precionado hasta casi acercarse al Canje y uno sabe hasta donde pueden seguir explotando la cuestion Paramilitar sino se les pone frenos.

El mensaje del Gobierno es claro, existen las mismas condiciones para todos los agentes que producen violencia.

Ruiz_Senior dijo...

Para Diegoth: lo que a mí me parece es que ya no hay lugar para un triunfo de las guerrillas. Sencillamente se institucionalizan, se vuelven parte del paisaje. Si el gobierno negocia, se envalentonan, si el gobierno los persigue, se esconden. Pero no creo que lleguen a tener nunca tolerancia mayoritaria.

Y si el gobierno está pensando en buscar la negociación haciendo concesiones políticas, fracasará. Por una parte envalentonará a las guerrillas, por la otra nunca podrá complacerlas. Yo creo que es una situación sin salida, que sólo admite reforzar más y más las FF AA, la Policía y la Fiscalía hasta que los guerrilleros tengan realmente pocos alicientes para seguir en el monte. Y confío en que el presidente y sus asesores sean conscientes de eso.

Ruiz_Senior dijo...

Para J: lo que pasa con las AUC es que sus pretensiones eran más asumibles por un gobierno democrático que las de las guerrillas. Una cosa es que unos criminales que no se alzaron para destruir el Estado obtengan cierta impunidad y otra que a otros que sí pretenden imponer un régimen no democrático se les conceda una parte de sus aspiraciones. Por eso es seguro que si el gobierno cede en eso las guerrillas se llenarán de "moral", de esperanza en el triunfo, y volverá a empezar todo, incluido el paramilitarismo.

Mi opinión es que Uribe anda muy desconfiado después del Referendo. No quiere dejar ningún cabo suelto, no quiere que los que ganan el salario mínimo tengan la tentación de apoyar al candidato que promete doblarlo ni que una campaña de terror de las FARC "convenza" a mucha gente de las ventajas de la paz. Por eso copa al máximo el campo de centro, de la paz y la negociación, para que no se diga que por su intransigencia las FARC hicieron lo que hicieron. A fin de cuentas los medios sólo esperan la ocasión de verlo débil para emprender la campaña de desprestigio y presión por la negociación.

Pero si el presidente espera que el ELN negocie una desmovilización sin premio político está muy equivocado, y fracasará.

Para mí el problema es de moral: "mientras haya esperanza" se va imponiendo la disciplina, los jefes viven lejos, los que aspiran a jefes aplican la disciplina y los de abajo no se revelan porque sólo esperan ascender. Lo malo de negociar es alentar esa esperanza.

Ruiz_Senior dijo...

Para Marcos: no es tanto el "centro" en términos generales, sino en cuanto a la negociación con las guerrillas. Yo creo que el péndulo puede ponerse otra vez de parte de negociar. Por ejemplo si las FARC escalan su campaña de terror actual y los medios hacen eco con el cuento del fracaso de la seguridad democrática.

Es válido pensar que se trata de compensar la impunidad de las AUC. En uno y otro caso la jugada está bien. Lo que no estaría nada bien sería que el gobierno esperara realmente algún fruto de la negociación. Eso nunca se dará porque para negociar la impunidad sencillamente se plegarían a la Ley de J. y P. Si querrán una ampliación de esa ley es algo que me parece muy dudoso. Es simple: no quieren desmovilizarse sino ganar la guerra. En el caso del ELN la situación es más difícil, pero entonces se puede decir que quieren salir del aprieto. En última instancia no tienen ninguna diferencia significativa con las FARC, aparte de su tradición y sus estructuras organizativas. Podrían formar nuevos frentes de las FARC y seguir en las mismas.

Pero entre tanto aprovechan las necesidades del gobierno para legitimarse. Ojalá no haya gente incauta que crea que se va a alcanzar nada con esas reuniones. De momento sólo se ha conseguido que el colombiano más influyente dé al jefe del ELN tratamiento de estadista.

Anónimo dijo...

Negociación en el extranjero, sin despeje y sin condiciones, no me cae mal, y si representa una pérdida de tiempo y dinero siempre es más interesante que, digamos, una cumbre iberoamericana o el Tribunal Andino de Justicia, dos encuentros frívolos que seguramente cuestan más.

Ruiz_Senior dijo...

Para Respondón: claro, no tendría sentido negarse a negociar. Ése no es mi punto. Lo que me preocupa es que el gobierno realmente espere sacar algo de ahí, empezar a ceder, a prometer, a aceptar por decir algo la "convención nacional". La sensación de que el rechazo a la guerrilla es tan grande que no se pierde nada en complacerla, y algo más grave: en última instancia es más fácil aliarse con la guerrilla y repartirse el país con ella que aliarse con la sociedad distraída y frívola para combatir contra la guerrilla a sabiendas de que a la larga la gente termina creyendo que es fácil ahorrarse la guerra, que sólo hay que ceder un poco.

El mismo problema de por qué hay guerrilla. Si se tuviera claro lo ensencial, que el poder sólo puede surgir del consenso de la sociedad, hace tiempo que los partidarios de la guerrilla habrían renunciado a sus pretensiones. Pero es que ni siquiera se los condena. Ya está Rafael Pardo pidiendo una alianza con el PDA (PCC + M-19) para combatir a Uribe.

Yo creo que el único alimento de la guerrilla es esa incapacidad de la sociedad para rechazar sus pretensiones. Tal vez porque en última instancia encarna valores más arraigados que los de la democracia liberal. Y más: por fuerza el gobierno tiene que concebir la negociación como una farsa. Lo que moverá al ELN a negociar será el definitivo acoso militar, el cual está muy lejos por la necesidad de hacer frente a las FARC. Pero si se empieza a replantear el país para que se desmovilicen sólo se estará animando a las FARC a pedir más.