Tocó volver a retener menores

Sólo aquellos que gracias a la experiencia alcanzan una comprensión amplia de los fenómenos sociales e históricos pueden permitirse acertar con las predicciones de un proceso electoral tan complejo como el colombiano. En ninguna parte leí que alguien sospechara que la votación por Uribe pasara del 60 %, pero me pareció plausible que así sucediera, y también que la suma de votos de los candidatos complacientes con las FARC apenas alcanzaría a un tercio de los votantes, como en efecto ocurrió. Me equivoqué en el reparto de ese tercio de votantes porque no sabía qué conducta tendrían las maquinarias (que finalmente encontraron más aprecio por parte de los mamertos mamertos), y también en el porcentaje que obtendría Mockus, porque no había leído los últimos renglones de las encuestas.
______¿Por qué salgo a fanfarronear con las predicciones de resultados? Porque ahora todos dicen que se daba por descontado el triunfo de Uribe en primera vuelta (y alguno hasta me señala imprecisiones, como si en alguna parte hubiera leído predicciones más exactas), pero muchos esperaban otra cosa, un resultado apretado, para lo cual por ejemplo promovían el voto en blanco (en una campaña dirigida por un ex militar que colabora desde hace décadas con la llamada izquierda). El voto en blanco finalmente obtuvo más del 2 %, lo cual demuestra que el recurso no era tan descabellado, sólo que de por medio estaba la fatalidad sociológica de que los recursos estatales apenas alcanzan a pagar el parasitismo de un 15 % de la población y el resto, por muchas bombas que le pongan, quiere vivir en un país normal.
______Ese 15 % de parásitos de que hablaba en un post reciente, multiplicado por el porcentaje de participación, da la votación sumada de Gaviria y Serpa. Pero como nadie evalúa con precisión el impacto de los medios de comunicación ni la acogida que tendrán las promesas vacías de equidad (por parte de los inecuos que ordeñan el erario y lo dejan seco) y salud y educación (que brindarían los profesionales de la protesta que llevan décadas negándoselas a sus víctimas), como nada era seguro, pues muchos albergaban la esperanza de que hubiera segunda vuelta y de que en tal caso una buena sucesión de masacres pedagógicas (si es que era posible reponerse de la catástrofe del Samper Mendoza y de lo de Liliana Gaviria) y de activismo de los medios permitirían poner al tinterillo amigo de las FARC en la presidencia. La barba blanca y los vestidos de Armani harían olvidar lo de Transmilenio.
______Pero, ay, qué tristeza, no pudo ser. Las embajadas seguirán en manos de los parientes de los políticos que ayudan al presidente y también los ministerios, y hasta puede que reduzcan el gasto público. ¿Qué harán ahora los que esperaban la justicia social? No hay que negarles humanidad, están muy molestos porque parece que tendrán que seguir ayudando a retener vástagos de la burguesía proimperialista. Si fueran de verdad malvados estarían contentos.
Ver perlas