16 sept 2006

El mal momento de Uribe

No es sólo la campaña de los medios o la desvergonzada traición de algunos políticos cuyas ambiciones echan a perder su futuro, sino sobre todo la falta de un programa claro lo que ha hecho descender la popularidad de Uribe y puede terminar afectando la economía. Aceptando la desafortunada metáfora de la luna de miel de los gobernantes con la sociedad, la de Uribe duró cuatro años, como un matrimonio feliz, pero ahora se percibe por todas partes un gran desencanto. No tanto porque los opositores sí saben qué quieren, pues no les resultará fácil convencer a la sociedad, sino porque ni el gobierno ni su contraparte exhiben una gran coherencia en sus aspiraciones o en sus conductas. Todo eso alienta el fervor de la izquierda democrática, que puede convertirse en una orgía de sangre al final del periodo, pues nada alienta más a esas almas justicieras que la percepción de una institucionalidad débil, deslegitimada o desorientada.

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