8 sept 2012

La hegemonía terrorista


La hegemonía terrorista

Las FARC, que son a la llamada izquierda, o sea, a los comunistas, o sea, a los que usufructúan al Estado (políticos, periodistas, funcionarios de todo tipo, maestros, estudiantes universitarios y demás gente improductiva), lo que el cuchillo al atracador, empezaron a resurgir desde el momento en que Santos anunció que las premiaría, el mismo día de su posesión. Es un proceso natural, como quien contrata a alguien para que haga algo a cambio de un salario. El cambio de rumbo de Santos fue aplaudido por los columnistas y por sus lectores, el mismo grupo social que domina el país desde siempre.

Ese mismo tipo de personas es hegemónico en las redes sociales, en parte porque representan a la vieja casta de explotadores, en parte porque el ascenso de la banda de asesinos anima a sus partidarios a acompañar moralmente las masacres calculando ascensos y subvenciones para la cultura cuando la revolución se consume gracias a los anhelos de Santos de ser reelegido y complacer a los viejos socios de su hermano mayor, los Castro, en parte porque la extorsión deja mucha plata y así hay con qué pagar a revolucionarios profesionales para que hagan tareas de Agitprop en Facebook y Twitter.

Pero además esos criminales cómodos dominan las redes sociales por la indolencia de los colombianos, que no tienen ni idea de lo que les espera por permitir a Santos premiar el crimen de forma tan descarada. El caso es que hoy era la gran noticia que al cómplice de los secuestros Hollman Morris lo investigaba el DAS durante la presidencia de Uribe, y no que él hiciera entrevistas a los secuestrados a los que iban a soltar en las que se los chantajeaba para que contestaran lo que convenía a los terroristas. ¡Ahora el crimen es vigilar a un personaje así y no lo que hacía él y sus socios!

A eso se ha llegado, a que el crimen sea tratar de impedir los secuestros y masacres y vigilar a quienes los cometen. Los terroristas de las redes sociales no vacilan en presentar todo eso como lo justo, y el populacho no tiene decisión ni para hacer un clic. La tiranía será en Colombia mucho peor que en Venezuela en apenas dos años, y nadie puede compadecerse de gente tan despreciable.

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