Día de la indignidad

Por @AdasOz

El mal llamado “Día de la Dignidad” en Bogotá dejó la indigna suma de 71 personas detenidas y 8 heridos, así como múltiples locales comerciales y el sistema Transmilenio vandalizados. Nadie supo exactamente por qué protestaban los “indignados” porque además se juntaron varios sectores en la “movilización”, ¿pero es que acaso alguien sabe realmente por qué protestan estos vándalos?

Estas protestas son impulsadas nada más ni nada menos por Piedad Córdoba, quien lidera el movimiento Marcha Patriótica y que representa a las FARC de una manera legal en todo lo que tiene que ver con temas políticos y sociales. Mientras esta señora lograba que en la capital se fusionara el paro de ASONAL Judicial con las protestas de los pensionados, del SENA y de los sindicatos como la CUT, etc., en otros departamentos de Colombia como el Huila, las FARC obligaban a los campesinos a asistir a un paro que estaban organizando allí, bloqueando carreteras, etc.

Hábilmente, la señora Piedad Esneda Córdoba Ruiz, aplica a la perfección el derecho constitucional que garantiza a la sociedad la celebración de reuniones y manifestaciones públicas, pero como es de esperar, incumple descaradamente el deber de llevarlas a cabo de forma pacífica, tal como lo exige la Carta Magna. Ella está utilizando este derecho para llevar a la práctica el Movimiento de Masas que es utilizado en ideologías totalitarias como el comunismo para imponerse en la sociedad con el pretexto de “reivindicar” al pueblo.

Mucho tiempo antes de que Gustavo Petro ganara las elecciones para la alcaldía de Bogotá, predije que las marchas y las protestas aumentarían no sólo en Bogotá sino en el resto del país, pues para ese entonces el presidente Juan Manuel Santos ya había empezado a darles ventajas a los criminales y ya se temía que nos conduciría por la senda de los diálogos de paz. Luego, cuando Petro asumió las riendas de la capital, este grupúsculo de vándalos mimetizados como estudiantes, sindicalistas y demás, empezaron a darme la razón. Las protestas no sólo incrementaron sino que se radicalizaron cada vez más. No es coincidencia entonces que en todas las movilizaciones convocadas por la izquierda radical aparezcan banderas del M-19, y que efectivamente en Twitter haya jóvenes “estudiantes” que confirman que dicho movimiento continúa vivo por medio de las juventudes del M-19, así como también se ven resurgir banderas de la Unión Patriótica con consignas que traen a la memoria a varios de sus dirigentes asesinados. Todo el comunismo en pleno se une para darle la entrada triunfal en el país donde tanta sangre se ha derramado por su culpa a través del proceso de paz de Santos con las FARC.

Así pues, se utiliza la corrupción del lenguaje como medio para legitimar el desorden, la desidia, el odio y la intolerancia a la autoridad, que no es otra cosa que un llamado a la anarquía en el “Día de la Dignidad”. Nada más indigno que ver a unos parásitos profesionales de la protesta acabar con bienes públicos y privados sólo porque ellos quieren expresar su resentimiento social camuflado en un supuesto “descontento”. Siempre arremeten contra comerciantes, gente que incurre en gastos irrecuperables porque los “indignados” detestan todo lo que genere riqueza. Así mismo arremeten contra el ESMAD, les lanzan papas bomba y toda clase de insultos sólo porque representan lo que ellos aspiran destruir para salirse con la suya. Ya para rematar la jornada de la indignidad, la líder del despelote sale oronda a decir que la marcha dejó un buen balance. Claro, consiguió su objetivo, se salió con la suya como siempre logra hacerlo, a costa del caos, de la incitación a la violencia, a la rebelión y al vandalismo de bienes ajenos. Como ella no paga por los daños causados y los platos rotos los llevamos los honestos que pagamos impuestos, entonces ella queda más que satisfecha.

No es que yo esté en contra de las movilizaciones, no. Estoy es en contra de todas las formas de lucha de las que se vale el comunismo para hacerse con el poder en Colombia y estas marchas lideradas por doña Teodora, no son otra cosa sino eso. Este estilo de vida incivilizado y parasitario solo sabe generar destrucción y pérdidas. Los que sí deberíamos estar convocando una gran marcha pública y pacífica, como reza en la Constitución, somos todos esos colombianos que nos oponemos a premiar el crimen a través del proceso de paz que Santos ha adelantado con las FARC de espaldas al país, ya que así, quizás, logremos hacer valer nuestros votos.