Por @Ruiz_senior
En su último artículo en este blog, @Jorge_MaxPower aludía a Bogotá, ciudad en la que se crio, con estas palabras: "... la lógica de esa maravillosa ciudad es un cúmulo muy particular de intentos por demostrarse intelectual desde la ignorancia". Bueno, eso se podría decir de medio mundo, al menos de casi todo Occidente, sobre todo del de influencia mediterránea; es decir, el esnobismo es moneda corriente. Pero en Colombia ese despropósito produce un efecto grotesco por la realidad de primitivismo y aislamiento, amén de la estrechez de miras, el servilismo y el cortoplacismo de la población. De ahí que en una encuesta de la revista Foreign Police en español resultaran Piedad Córdoba y William Ospina como los intelectuales iberoamericanos más influyentes (muchos chavistas, seguramente siguiendo alguna consigna, los eligieron): ambos son más o menos de la misma categoría intelectual y moral, baste pensar que el poeta y novelista presentaba el libro de Sigifredo López y elogiaba a Chávez, que lo recompensó con el premio Rómulo Gallegos, pero para que alguien los considere intelectuales influyentes hace falta que ese alguien forme parte de una chusma tosca, ignorante y pretenciosa que lógicamente termina agrupada en torno a asesinos, sean los garzones del gobierno, los "progresistas" de Petro o los propios dinosaurios estalinistas del Partido Comunista Colombiano y su brazo armado. El que quiera atender al encanto de la prosa de Ospina, le recomiendo este comentario que escribí sobre unos párrafos de Ursúa.
Algo que nunca se dice demasiadas veces es que el nivel de Colombia en literatura y humanidades es muchísimo peor que el que ostenta en matemáticas, física y tecnología, pero es algo difícil de evaluar, por lo que se abre la veda para que cada cual piense lo que quiera, que siempre termina siendo lo más complaciente. ¿Alguien recuerda algún autor colombiano de obras de filosofía, historia, teoría literaria, psicología, etc., que sea conocido fuera del país? Los autores famosos fuera del país lo son por el poder político, por su relación con el comunismo, que fue durante el siglo XX la gran logia de poder, sobre todo en los países "latinos", razón por la que el lector probablemente haya leído u oído alguna vez algún verso de Mario Benedetti pero casi seguro ninguno de Gabriela Mistral o Salomón de la Selva, poetas mucho más reconocidos por los que entienden de poesía.
Ya puestos a pensar en esos figurones que la penosa chusma colombiana considera grandes intelectuales, voy a comentar una noticia reciente que me impresionó porque es difícil comunicar hasta qué punto puede llegar la idiotez del trópico. Así titulaba El Espectador:
Ya puestos a pensar en esos figurones que la penosa chusma colombiana considera grandes intelectuales, voy a comentar una noticia reciente que me impresionó porque es difícil comunicar hasta qué punto puede llegar la idiotez del trópico. Así titulaba El Espectador:
"Héctor Abad: Latinoamérica es menos violenta que Europa y Estados Unidos"
Insisto, es incomunicable. ¿Qué es "Latinoamérica"? El lector podrá creer que esa categoría geográfica es correcta porque la ha leído y oído mentar muchas veces. ¿En qué consiste esa región? Cuando la gente sólo ha oído mentiras terminan siendo las únicas verdades que puede concebir. Se trata de una falacia del comunismo que crea una América fracasada que habla latín (pero ¿no es el inglés también una lengua latina? ¿Hablamos latín?) y una América "opresora" que habla inglés. En la mente tosca del colombiano queda de lo más natural que haya alguna comunidad o aun alguna relación que una a México con Haití más que con Texas o Colorado, mientras que lo "latino" de Quebec se olvida sin dificultad.
Pero ¿de qué modo sería menos violenta una región que otra? Una vez se cree en esa comunidad unida por la relación con el Lacio, la historia se acomoda para interpretarla de cualquier manera. Los haitianos, hondureños y argentinos comparten rasgos de carácter que determinan la conducta de sus naciones respecto de otras, y al compararlas con Europa resultan más pacíficas. ¿No es fascinante? Mejor leer la noticia:
Pero ¿de qué modo sería menos violenta una región que otra? Una vez se cree en esa comunidad unida por la relación con el Lacio, la historia se acomoda para interpretarla de cualquier manera. Los haitianos, hondureños y argentinos comparten rasgos de carácter que determinan la conducta de sus naciones respecto de otras, y al compararlas con Europa resultan más pacíficas. ¿No es fascinante? Mejor leer la noticia:
En un acto en el consulado colombiano de Londres para presentar la edición inglesa de su "Tratado de culinaria para mujeres tristes", el escritor de Medellín destacó que, a pesar de la fama de la región, en materia de violencia internacional "hay mucho más de que avergonzarse en Europa, Estados Unidos, Asia o África".
Así se hace la carrera de estos próceres, a punta de talonario estatal. El consulado colombiano sirve para que el gran escritor presente su libro, tal como lo estaba en tiempos de Samper para promoverlo a él junto con William Ospina y otros figurones ligados al Partido Comunista.
Aquello de lo que hay que avergonzarse en Europa, Estados Unidos, Asia o África son por ejemplo las guerras mundiales, o las guerras que jalonaron la historia moderna. Tras esa belleza está la comprensión del mundo de un niño de doce años, que cree que Sudamérica se puede comparar a Europa, y aun resultaría más grande. ¿Por qué habrá quien compare a Groenlandia con Luxemburgo? Uno de esos países es mucho más importante en todos los ámbitos. En la historia Sudamérica es comparable a Europa apenas un poquito más que Groenlandia, también es un poquito más grande. La población de Colombia en la época de la Independencia era de 700.000 personas, mientras que sólo Inglaterra y Gales tenían 9 millones, 13 veces más. Ningún país de Sudamérica podría permitirse una guerra con otro porque ¿de dónde sacaría recursos para movilizar ejércitos en tales distancias? ¿Para qué?
Aquello de lo que hay que avergonzarse en Europa, Estados Unidos, Asia o África son por ejemplo las guerras mundiales, o las guerras que jalonaron la historia moderna. Tras esa belleza está la comprensión del mundo de un niño de doce años, que cree que Sudamérica se puede comparar a Europa, y aun resultaría más grande. ¿Por qué habrá quien compare a Groenlandia con Luxemburgo? Uno de esos países es mucho más importante en todos los ámbitos. En la historia Sudamérica es comparable a Europa apenas un poquito más que Groenlandia, también es un poquito más grande. La población de Colombia en la época de la Independencia era de 700.000 personas, mientras que sólo Inglaterra y Gales tenían 9 millones, 13 veces más. Ningún país de Sudamérica podría permitirse una guerra con otro porque ¿de dónde sacaría recursos para movilizar ejércitos en tales distancias? ¿Para qué?
Pero más gracia tiene la superstición creacionista, cruda, desnuda, impúdica. ¡Parece que el mundo hubiera sido creado con sus naciones y hubiera unos desaprensivos que se hubieran inventado las guerras, con lo que sus países terminarían culpables y deberían avergonzarse! El hecho de que haya una sola persona que no sienta desprecio y asco ante semejante idiotez ya muestra un nivel intelectual ínfimo, penoso, en los bordes de la condición humana. Pero entre los "intelectuales" bogotanos será la norma.
Si el ser violentos de una comunidad en el sentido de ser capaces de conquistar territorios e imponer su cultura fuera una culpa, "Latinoamérica" sería aún más culpable que Europa, porque ¿no somos los iberoamericanos descendientes de los conquistadores que despojaron y exterminaron a los pobladores nativos? Realmente es tedioso lidiar con tanta idiotez.
"Latinoamérica es un continente muy injusto con índices altos de violencia interna. Pero si lo comparamos con la historia de Europa y Estados Unidos, es pacífico. Eso se dice poco. Pero nosotros hemos tenido pocas guerras internacionales y poco cruentas comparado con otros continentes", apuntó Abad en una entrevista.
"Aunque haya escrito sobre la violencia, me parece que en ninguna parte nos pueden dar muchas lecciones de tranquilidad y de paz. En cuanto a entendimiento entre distintas naciones, nosotros hemos sido un ejemplo para el mundo", aseveró el escritor.
El que haya habido en la historia reciente pocas guerras internacionales tiene que ver con la insignificancia de la región en términos de dominio mundial y con la baja densidad de población. Pero las pocas guerras que ha habido son mucho peores que las de otras regiones. En la guerra de la Triple Alianza que emprendieron Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay mataron a la mitad de la población del país, al 90% de la población masculina. ¿Es eso ejemplar? ¿Cuál es el entendimiento entre distintas naciones cuando se comprueba la descarada intromisión de Cuba en la política de los demás países y el fomento de bandas criminales? ¿Es eso concebible en cualquier otra región?
Ser un ejemplo para el mundo porque no se hace la guerra contra otro país por grandes intereses, como ha sido la historia humana, sino porque los ciudadanos salen a asesinar a sus vecinos para robarles la ropa o la billetera, es algo que sólo cabe en la cabeza de "intelectuales" de tan cómica categoría: como ya lo señalé, en el borde de la humanidad.
Ser un ejemplo para el mundo porque no se hace la guerra contra otro país por grandes intereses, como ha sido la historia humana, sino porque los ciudadanos salen a asesinar a sus vecinos para robarles la ropa o la billetera, es algo que sólo cabe en la cabeza de "intelectuales" de tan cómica categoría: como ya lo señalé, en el borde de la humanidad.
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