Por @AdasOz
Ya faltan pocos días para que sea 10 de enero, fecha
en que Hugo Chávez, el presidente reelecto de Venezuela por cuarta vez, se posesione
y jure su cargo tal como lo establece la Constitución venezolana. Sin embargo,
su estado de salud lo ha mantenido durante los últimos dos años más ausente que
presente en su cargo, así que todo indica que no podrá cumplir con el mandato
constitucional. A estas alturas, si Venezuela no fuera una dictadura comunista,
lo lógico sería que la salud del presidente, que es un asunto de Estado, se diera
a conocer públicamente y con lujo de detalles con el fin de ir preparando al
país sobre su futuro más inmediato.
Aunque las noticias que se han ido publicando a
cuentagotas revelan que la salud del mandatario venezolano es bastante
delicada, no sólo por el cáncer que padece sino por las complicaciones presentadas
luego de la última intervención quirúrgica que se le realizara en Cuba, a la
fecha ya debería conocerse un parte médico que determine la gravedad de su
condición y que permita establecer el grado de incapacidad del mandatario, ya
que así se podría definir si se hace un llamado a elecciones o no.
Parece ser que la condición de Chávez es de extrema
gravedad, está en estado de coma inducido, con problemas de insuficiencia
respiratoria y parece no responder positivamente a los tratamientos que recibe.
Dicha condición incapacita por tiempo indefinido al mandatario, pero los chavistas
están dándole largas quizás para ganar terreno frente a la oposición que no se
ha querido espabilar frente a esta eventualidad, que de hacerlo, les permitiría empezar a
tomar las riendas sobre su país y quizás ayudarían a darle a la región un giro positivo. Si luego de 14 años de engaños y arbitrariedades
por parte del oficialismo la oposición no ha entendido que en las urnas tienen
todas las de perder, entonces ellos también están esperando a que los chavistas
y el régimen de Cuba decidan qué es lo que se hará de ahora en adelante en
Venezuela.
Para Cuba, la hegemonía chavista es clave no sólo por
el petróleo que se envía a los Castro prácticamente regalado, sino
porque asegura la salida de la cocaína hacia el Caribe, una de las rutas favoritas
para los narcotraficantes siendo Cuba una importante escala en su camino hacia
Norte América. Quizás por esta razón era tan importante para Santos la alianza
con las FARC, Chávez y los Castro. La mayor parte de la cocaína incautada por
las autoridades de La Florida proveniente de Colombia ha hecho escala previamente
en Cuba.
Ausente y agonizante, Chávez está dejando un país en
cuidados intensivos que estará cerca del colapso económico si no se asumen
medidas económicas serias que ayuden a frenarlo. Debido a la estatización y
nacionalización de las empresas en Venezuela, y a las grandes trabas que se les
presentan a los inversionistas extranjeros para entrar a dicho mercado, el
nivel de competitividad y de productividad es bastante deficiente, así como los
estándares de calidad en los productos y servicios. Y pese a que Venezuela sólo
produce y exporta petróleo, y que a la bonanza petrolera se le suman los altos
precios del crudo, la pésima administración de los ingresos recibidos por parte
del gobierno chavista han generado una escasez de divisas, que junta con la
escasez de productos, han llevado a Venezuela a ser uno de los países con más
alto nivel de inflación. Para quienes quieran profundizar y entender un poco
mejor qué es lo que pasa en Venezuela, les comparto el artículo de Moisés Naim
publicado por El País de España.
Y aunque algunas personas piensen que el problema de
Chávez es exclusivo de Venezuela, quiéranlo o no, también tiene un impacto
importante para Colombia y para el resto de países de la región. Recordemos la
deuda que tiene pendiente el gobierno venezolano con empresarios colombianos,
pero además, lo que ocurre en La Habana no se puede mirar por separado. El
mandatario venezolano se ofreció como garante del proceso de claudicación fruto
de la alianza de Santos con las FARC, lo que hace verdaderamente probable que
para Colombia exista un Pacto de La Habana igual al que ya existe para
Venezuela. Por lo tanto, lo que pase o deje de pasar en allí repercute
directamente en el nuestro y puede salvarnos o no de la misma debacle que hoy
se vive en el país vecino.
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