Todos los días el gobierno Santos confirma que nuestras temerosas sospechas terminarán más temprano que tarde por hacerse realidad. Hace poco menos de un año el entonces Senador Roy Barreras, desmentía enérgicamente las declaraciones de Uribe sobre el Marco Jurídico para la Paz, argumentando que de ninguna manera las FARC podrían acceder al Congreso ni a ningún tipo de cargo de elección popular. Sin embargo, esta semana el camaleónico personaje que no es de aquí ni de allá sino de donde más le conviene, dijo que “sin duda, sí” podrán. Y es que a estas alturas ya debemos conocer el actuar de los miembros de la Unidad Nacional, quienes nos mienten de forma sistemática según les convenga.
Hace un año era necesario mantener tranquilo el avispero, no fuera a ser que se alborotara y les dañara el plan al presidente y a sus socios. Pero hoy, cuando cada día nos acercamos más a la época de campañas electorales y a las elecciones, las cosas cambian. Lo que llaman “paz” es el as sobre la manga de Santos para hacerse reelegir como presidente, razón por la cual al señor Roy Barreras le urge tanto que ésta sea firmada antes de que finalice el año. Quizás por eso también en días pasados el presidente propuso ampliar por dos años más su período presidencial para luego lanzarse a la reelección. Es posible que las FARC y al gobierno les haga falta tiempo para poder concretar sus planes, y de ahí surja dicha propuesta, pero al ver poco respaldo y tiempo, desisten y se enfocan en que la claudicación se dé cuanto antes.
Así que en La Habana se firmará cualquier cosa con tal de favorecer a los socios de Santos y la prisa por que los principales cabecillas de las FARC lleguen al Congreso no es gratis, y lo que sí es muy cierto es que este proceso es ilegal y por ende antidemocrático, pues los terroristas no ocuparán dichos cargos por la vía democrática sino por medio de cualquier leguleyada formulada a la carrera y aprobada sin haber sido leída previamente, como ya es costumbre.
Quienes me han leído con detenimiento, alguna vez me habrán visto diciendo que las FARC una vez indultadas no se conformarán con las curules que este Congreso aspira a otorgarles sólo porque sí, sino que desde el poder legislativo y con la gran ayuda del judicial estarían ya pensando en tomarse el poder definitivamente. Su meta es llegar directamente a la Casa de Nariño e implementar exactamente el mismo modelo que rige hoy en Venezuela y en Cuba. Ese mismo que Castro admitiera como un fracaso.
Se nos agota el tiempo, Santos y las FARC avanzan tranquilos porque saben que a día de hoy no existe una fuerza que los detenga. Saben muy bien que el mejor método para desmoralizar a los posibles opositores es el mismo utilizado por el castro-chavismo: la cárcel. El mismo Roy Barreras lo confirma aquí:
"hoy hay un Gobierno con la clara convicción de proteger esos acuerdos y unas fuerzas militares que a lo largo de estos 20 años se han depurado".
"Las fuerzas armadas de Colombia y el Gobierno están dispuestos a honrar esos acuerdos"
La depuración de las Fuerzas Armadas es clara. Por un lado los encarcelan con dudosos testigos y pruebas como al general Uscátegui y al coronel Plazas Vega, entre muchos otros, y por otro lado los que hoy día sirven a Santos ya están todos con él. Y así como en lo político las FARC aspiran a controlarlo todo, también lo harán con el ejército, tal como lo expresó alias “Andrés París” recientemente.
Ya para concluir, la realidad es inocultable y cada día Colombia camina a pasos agigantados hacia el abismo del Socialismo del Siglo XXI con una “oposición” prácticamente maniatada e inoperante. Si no se hace conciencia de que la única paz posible consiste en hacer cumplir la ley y que la justicia obre en derecho, será muy difícil que se retome el rumbo que Santos supo arrebatarnos.
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