Por Jaime Castro Ramírez
Las cosas tienen su sentido de lógica que hace posible, o no, la compatibilidad de criterios cuando de buscar acercamientos se trata, lo que equivale a advertir que las circunstancias que conforman el contexto de un hecho, suelen ser variables en su contenido y en su afinidad. Entonces, la heterogeneidad de pensamiento puede hacer contradictorio el análisis para tratar de encontrar entendimientos en escenarios políticos donde se conjugan ideas disímiles.
Marcha del 9 de abril de 2013
Al pueblo que ha vivido en libertad democrática no se le puede invitar a participar de contubernios con tendencias políticas adversas cuya filosofía dista sustancialmente de la observancia de dicha libertad. Prestarse para ese juego significa que los demócratas pierden ante el engaño soterrado del mamertismo para obtener ventajas políticas que luego se convierten en sometimientos irredimibles para la sociedad.
La marcha del 9 de abril de 2013 fue ideada por el partido de las FARC “Marcha Patriótica” para publicitar políticamente ese movimiento. Hasta ahí se diría que en la democracia es perfectamente legítimo este tipo de actos. Lo contradictorio es que con el pretexto de ‘ambientar’ el tema de la paz, se sumaron a la marcha otras tendencias políticas, desde luego incompatibles con “Marcha Patriótica”, incluido el partido de la “U” como partido de gobierno, y como para no creerlo, con el presidente de la república Juan Manuel Santos Calderón encabezando la marcha, en un acto revestido con ornamentos de paz para disimular su contenido típicamente político. Pero esta actitud presidencial tiene un trasfondo impresentable y muy complicado de entender, pues oficialmente se supo por boca del ministro de defensa que las FARC financian la “Marcha Patriótica”, por consiguiente financiaban la marcha del 9 de abril, con dineros de muy oscura procedencia (narcotráfico, secuestro, extorsiones, etc.), y sin embargo el presidente promocionó esa ‘idea’ y la apoyó nada menos que con su presencia en la marcha.
Lo anterior solo tiene como realidad una explicación política que se puede esquematizar secuencialmente en el triángulo: FARC, proceso de paz, reelección presidencial. Con este perfil político el gobierno le permitió a las FARC y a su organización política “Marcha Patriótica” la licencia de involucrarse en la fecha histórica conmemorativa de los hechos del 9 de abril de 1948, para que desde esa tribuna les sirviera de vitrina para que promocionaran su causa política; buscando Santos seguramente reciprocidad en el sentido de que a cambio le compensen firmándole un acuerdo de paz que le garantice la reelección.
Cuentas de la marcha mal hechas
Lo más elemental que existe es la aritmética simple que no requiere ningún tipo de habilidades especiales para encontrar un resultado. Pues resulta que el ministro del interior Fernando Carrillo, en un artículo que escribió en el periódico El Tiempo el 13 de abril de 2013 titulado “La paz se asoma en el horizonte”, salió a decir que la marcha del 9 de abril había tenido una participación de ‘más de un millón de personas’. La aritmética elemental dice que las cuentas son las siguientes en las únicas ciudades donde salió gente a marchar:
1. Bogotá 30.000 personas (90% traídos en buses de alejadas zonas del país)
2. Medellín 500 personas (Al gobernador Fajardo le dio pena dar la cara)
3. Cali 300 personas
4. Bucaramanga 700 personas
5. Pasto 100 personas
6. Cúcuta 200 personas
7. Neiva 800 personas (Promocionado por alcalde y gobernador)
8. Pereira 50 personas
TOTAL 32.650 personas (Fuente: Escritor Eduardo Mackenzie)
Señor Carrillo: El rango de ministro requiere prudencia frente a la sociedad, pues engañar al pueblo es un pecado social grave. 32 mil, no es igual a 1 millón, de tal manera que hay que ser realista y admitir que el resultado de la marcha fue un absoluto fracaso. Aunque hubiera sido 1 millón de personas en todo el país, igual hubiera sido un resultado insignificante. El 4 de Febrero de 2008 marcharon 12 millones de personas en contra de las FARC.
Involucrando la fuerza pública en política
Lo que no se había visto en la historia de Colombia se vio el 19 de abril de 2013 cuando el gobierno Santos autorizó a las fuerzas militares a participar en los actos de significado político que reforzaban la marcha organizada por “Marcha Patriótica”. Esta es una acción muy audaz y peligrosa que riñe con la Constitución Nacional que prohíbe terminantemente la deliberación y la participación en política por parte del estamento militar, pues esto constituye justamente la garantía que avala la existencia del orden constitucional.
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