La indecisión parece ser una constante en el gobierno
distrital, y tanto es así, que por momentos parece recordar a Antanas Mockus en
tiempos de campaña presidencial cuando en más de una ocasión se contradijo
hasta el punto de llegar a ser motivo de burla en las redes sociales con el
hashtag #peroyano. ¿O acaso alguien olvidó ya cuando dijo que la segunda vuelta
electoral era una pérdida de tiempo y de dinero, pero luego se retractó? ¿O
cuando se calificó como ateo, pero luego se arrepintió y dijo que creía en Dios
y hasta se hizo filmar en una misa? Bueno, ejemplos de ese estilo hay varios y
no es mi intención recordarlos todos. Mi punto es que al alcalde Gustavo Petro
parece sucederle lo mismo que a su colega del Partido Verde, y todavía más
ahora que las firmas de la revocatoria fueron avaladas por la Registraduría.
El alcalde de Bogotá, siempre asesorado por el destituido
“prócer” Guillermo Asprilla, había solicitado hacer una veeduría sobre las
firmas, pues él estaba seguro de que eran muchas más las inválidas de las que la
Registraduría decía haber encontrado. Sin embargo, el martes pasado cuando
corría el rumor de que la revocatoria se había caído, el mismo alcalde
publicaba en su cuenta de Twitter lo siguiente (léanse de abajo para arriba):
Así que la revocatoria no se caía, tal como varios lo
sostenían en Twitter. Lo que en realidad sucedió fue que el argumento de
apelación de Petro fue aceptado por el Tribunal de Cundinamarca, que
consistía en revisar las firmas de los formularios de la revocatoria. Increíble
la mala fe de los petristas cuando salieron a esparcir el rumor de que ésta había
sido tumbada. Pero como si fuera poco, el mismo alcalde desmintió a sus
defensores al decidir luego que no accedería a hacer el escrutinio que le había
sido concedido sino que ahora aceptaría el curso normal de la revocatoria: el
proceso electoral.
Hasta sus detractores quedamos estupefactos y a la vez
confundidos con esas declaraciones tan democráticas de Petro, ya que siempre
dijo estar seguro que la mayoría de las firmas eran inválidas y que solicitaría
una veeduría para comprobar dicha afirmación. Algo o alguien que no conocemos lo hizo
cambiar de opinión, y fue entonces cuando salió con las siguientes perlas:
¿Qué mensaje es el
que nos quiere enviar a los ciudadanos el alcalde Petro? ¿Así que continuará adelante con la veeduría de las
firmas y al mismo tiempo admite la contienda democrática? ¿Acaso pretende
confundirnos a todos para desmotivarnos y así no salgamos a votar? ¿O simplemente
él mismo no sabe qué hacer ahora que siente pasos de animal grande acercándose día
tras día?
Lo cierto, es que ahora que ha admitido la contienda
electoral de la revocatoria se encuentra en campaña exaltando de todas las
formas posibles los “logros” de su administración, que más que eso, son en realidad
proyectos anteriormente acordados y que él no puede incumplir, como con la
implementación del SITP, que pudiendo convertirse en un excelente sistema de
transporte para la ciudad, no ha tenido la divulgación adecuada para darlo a conocer
y el manejo de las tarjetas sigue siendo un problema porque no sirve en todas
las troncales de Transmilenio. Ese, señor alcalde, sigue siendo un pendiente en
su agenda.
El metro, cuya aprobación la había dejado lista la
administración Moreno, pasó a ser otra de las polémicas del burgomaestre
actual. Muchos viajes al exterior y nada que nos muestra los nuevos estudios, así como
tampoco sabemos qué va a pasar sobre la carrera Séptima, que como ya alguna vez
lo dije, no pasará nada diferente a lo que pasa hoy en día.
En fin, al mejor estilo de Antanas Mockus, Bogotá iba mal, pero ya no. Al parecer la
capital nunca tuvo mejor alcalde que Petro según se informa en la última
edición del Periódico Unidos Informados, y tal parece que lo que los bogotanos
vemos, es una fantasía producto de una alucinación permanente .
Nuevamente insisto en que no debemos confiarnos en
ningún momento, pues las firmas nos garantizan solo una parte del proceso de
revocatoria, pero el éxito de la misma radica en nuestra convicción de que los
bogotanos merecemos una mejor ciudad y en nuestro compromiso para lograr hacer realidad nuestro objetivo. Petro, por su parte, hará todo lo que esté a su alcance para mantenerse en la alcaldía y entonces, habremos perdido la oportunidad de oro para cambiar el rumbo de la ciudad.
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