Por Jaime Castro Ramírez
La postura de un gobernante frente a decisiones de Estado, necesariamente tiene que reflejar verticalidad y firmeza en la aplicación de las políticas conducentes a mantener incólume la institucionalidad y la autoridad que regulan la vida de una sociedad, pero además ejerciendo una obligación fundamental que consiste en aplicar patrióticamente la facultad de defender la soberanía nacional sobre el territorio.
Los caprichos expansionistas de gobiernos vecinos llevados a demandas ante organismos internacionales, como la Corte Internacional de Justicia, y que luego se traduzcan en fallos de despojo de territorio (en pleno atentado contra la soberanía colombiana), no pueden ser aceptados y merecen el pleno rechazo y desconocimiento del gobierno colombiano.
No puede ser que por fallos arbitrarios de unos togados el país tenga que entregar el territorio que históricamente le corresponde. En este caso tiene que imperar la defensa patriótica de la soberanía nacional.
Opinión del presidente Santos respecto al litigio con Nicaragua
La realidad dirá sobre lo insubstancial del discurso presidencial televisado sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia que despoja a Colombia de 75 mil kilómetros cuadrados de mar y se los entrega a Nicaragua. El fallo de la CIJ es del 19 de noviembre de 2012 y Santos esperó hasta septiembre de 2013 para pronunciarse. Sin embargo, la demora no fuera tan preocupante si el sentido del pronunciamiento presidencial hubiera sido invocando la firmeza en desconocer dicho fallo, lo cual no ocurrió.
La frase central del discurso de Santos fue decir que “el fallo es inaplicable”, frase que contiene tal grado de ambigüedad que no permite asignarle significado alguno en defensa de la soberanía nacional. No dijo una sola palabra sobre qué significa ‘inaplicable’ para el gobierno en favor del país, si es que Colombia seguirá ejerciendo la soberanía sobre esos 75 mil kilómetros de mar que le pertenecen, si va a hacer retirar los barcos nicaragüenses que ya se apoderaron de la zona, si va a defender el derecho de los pescadores colombianos en ese mar territorial colombiano, etc. Es decir que solo se trató de retórica política sin ningún significado práctico para los intereses nacionales.
Lo único que dijo Santos fue que eso se hacía a través de un Tratado, a lo cual el dictadorzuelo Ortega le contestó diciendo que está listo para que suscriban ese Tratado, pero advirtió que el contenido del mismo tiene que ser exactamente igual al fallo proferido por la Corte Internacional de Justicia, o sea que Nicaragua no está dispuesta a ceder un ápice en cuanto a las concesiones que le hizo la CIJ, de tal manera que solo se confirma que lo de ‘inaplicable’ del fallo es simplemente un decir que no significa nada para Colombia.
Distinción entre OPINION y DECISION de gobierno
Aquí se configura una grande diferencia entre estos dos conceptos, pues se gobierna con decisiones y no con simples opiniones. Lo que efectivamente expresó el presidente en su discurso fue una ‘opinión’ sobre el fallo de la CIJ que no compromete su contenido, tanto que la canciller Holguín salió después a decir que lo que dijo el presidente no significaba desconocer el fallo, luego se confirma que no dijo nada importante y que por lo tanto fue insubstancial lo expresado, a lo cual además quiso darle un tono patriótico.
Si tal discurso hubiera sido realmente patriótico, lo que hubiera expresado tenía que haber sido con impronta de estadista, es decir, a través de una ‘decisión de gobierno’ desconociendo el mencionado fallo de despojo de un derecho colombiano, y reivindicando la defensa de la soberanía colombiana en esa zona marítima.
El gobierno subestima la capacidad de análisis de la gente
Es tal la preocupación del gobierno Santos por causa de su enorme descolgada en las encuestas que entonces pasa a creer que a través de un rodeo engañoso de palabras de tono populista, con eso arregla el problema de popularidad que lo afecta políticamente. Eso fue lo que ocurrió con su salida a la televisión a hablar del fallo de la Corte Internacional de Justicia que afecta a Colombia y favorece a Nicaragua, y a traducirlo en la mencionada frase insulsa de “fallo inaplicable”.
Lo que sí era inaplicable era pretender convertir un problema de Estado en una simple ‘opinión política’ para tratar de conmover engañosamente a los colombianos a apoyar la favorabilidad de la imagen presidencial.
7 comentarios:
Lo digo y no me cansare de decir que es una actitud sospechosa, la forma de reaccionar del ex-guerrillero Ortega en foma conciliadora da mucho en que pensar; creo que algo se mueve en el fondo
Mucho cuidado Colombia, cuidemonos de Santos.
Tienes toda la razón, Santos siempre es ambiguo en sus comentarios no tiene carácter ni claridad para expresarse y de acuerdo con el comentarista anterior para mi y ya lo había comentado en Tw no es de confiar la actitud tan tranquila de Daniel ortega. Algo esconden santos y él. Muy buen artículo
Ortega no es un bruto bien asesorado, y esa asesoría pretende dejarnos sin mar, Colombia siempre ha ejercido soberanía sobre San Andres y su Mar y obviamente es un delito el que una corte internacional disponga de un territorio soberano. Santos en medio de su estúpida amistad con estos gobiernos de izquierda es capaz de hacer una tremenda brutalidad.
Quise decir,,,Es un bruto bien asesorado
No, no es nada bruto y está bien asesorado
El y sus asesores manipulados por un guerrillero sin valores humanos!. Recuerden de donde salio Daniel!..Patetico seria aceptar la frialdad de nuestros lideres!..
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