Por Jaime Castro Ramírez
Siempre que se propone un tema debe existir el correspondiente análisis secuencial de conocimiento, es decir que lo esencial es saber cuáles son los argumentos que lo sustentan y cómo se explica su verdadero contenido, pues de no ser así, quienes son espectadores obviamente no encuentran la razón de ser de lo que se pretende plantearles, y por lo tanto no aparece la forma de estructurar un raciocinio que fundamente las razones por las cuales se genere la credibilidad necesaria para una eventual aceptación del público.
La paz que pregona el presidente Santos
La campaña política reeleccionista de Juan Manuel Santos la ha estructurado en base a la expresión ‘paz’, pero sin embargo, a este concepto le hace falta agregarle lo más importante que es la verdad de su contenido. Como la verdad es la expresión de la conciencia a través del pensamiento para entender la realidad, en consecuencia, al tema de la paz le hace falta el elemento esencial de su caracterización que es la verdad.
La paz es un tema trascendental como para lanzarlo a la sociedad colombiana con cartas papadas, y más aún cuando se hace con propósito electoral como en este caso, pues nada menos que puede estar de por medio la transformación del futuro político, institucional, económico y social de la república.
Si se quiere lograr el apoyo popular que necesariamente requiere el proceso de paz para consolidar su legitimidad, para este propósito también se requiere la total trasparencia del presidente-candidato al hablarle a la opinión pública de la paz por haber convertido el tema en instrumento de campaña electoral.
En este contexto, los puntos a explicarle al pueblo colombiano sobre la paz son variados y de singular importancia, pues si se quieren lograr votos con la paz, esto debe ser en base a la perfecta claridad sobre su contenido, es decir, en qué consisten las concesiones que el presidente de la república le hará a las FARC en nombre del Estado colombiano.
Por citar unos ejemplos, al pueblo se le debe explicar si el gobierno comparte puntos de vista que se han conocido por parte de las FARC como algunas de sus propuestas y que exigen les sean aceptadas:
1. Que no paguen cárcel por los delitos de lesa humanidad.
2. Que se les entreguen curules regaladas en el Congreso de la república y en otras corporaciones públicas.
3. Que no entreguen las armas sino que hagan ‘dejación’ de ellas.
4. Entregarles ‘zonas de reserva campesina’ que queden bajo control de las FARC.
5. Disminución de las fuerzas militares de la república.
Por supuesto que deben ser más los puntos que el presidente-candidato debe explicarles a los colombianos sobre la paz para buscar su apoyo, pues insistimos en que no puede pretender que lo reelijan con cartas tapadas, y que después de reelegido salga a notificar al pueblo sobre lo que aprobó en la negociación de la paz. Si el pueblo está de acuerdo y le acepta su pensamiento sobre las concesiones que pretende hacerles a las FARC, pues lo reelegirán presidente de la república.
Se concluye entonces en que la campaña reeleccionista no puede limitarse únicamente a pronunciar la palabra ´paz’, pues el elector necesita saber sobre qué se va a expresar en las urnas.
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