11 jun 2014

La otra traición de Juan Manuel

Por @Camilofz45
Es conocido por muchos  el espíritu traidor del señor Presidente Juan Manuel Santos.  Santos ya traicionó al Partido Liberal, a Álvaro Uribe, a nueve millones de colombianos,  a Andrés Pastrana, a Petro, entre otros cientos de traiciones y fraudes.
Pero una de las peores traiciones del señor Presidente Santos fue la que afectó a un ciudadano ecuatoriano, el señor Fernando Balda.
En marzo de 2008, en los esplendores de la seguridad democrática en la que Santos fungía como ministro de Defensa, ese gobierno decidió bombardear el campamento terrorista de las FARC en Ecuador dando de baja al terrorista Luis Édgar Devia.
Indignado con la violación de la soberanía, el presidente Rafael Correa decidió romper relaciones diplomáticas con Colombia. Un año después el juez ecuatoriano Daniel Méndez Torres emitió una orden de captura contra el ministro de Defensa Juan Manuel Santos.
El gobierno de Colombia inmediatamente expidió un pasaporte diplomático al ministro Santos quien se encontraba fuera del país, esto con el fin de evitar que fuera detenido en algún aeropuerto extranjero.
Santos y los de la cúpula militar y de policía solo tenían un defensor  público en el proceso judicial que les seguía el juez penal de la provincia de Sucumbíos, el señor Daniel Méndez. Ahí es donde aparece Fernando Balda –opositor furibundo al régimen de Rafael Correa–, quien contrató a varios abogados –entre ellos uno muy destacado y costoso– para que defendiera a Santos  del proceso penal que se le seguía en Ecuador.
La actuación de Balda y los abogados que contrató logró que se revocara la orden de captura contra Santos y la cúpula militar y de policía y posteriormente logró el archivo de la investigación. Salvado Santos de las garras de la justicia ecuatoriana, solo le quedaba a este la gratitud con Fernando Balda, pero…
Siendo asambleísta Fernando Balda, quien se encontraba en Colombia desde finales de 2009, fue condenado en el año 2010 por el delito de injuria no calumniosa grave por denunciar la corrupción y la mafia de un funcionario cercano a Rafael Correa que manejaba una entidad adscrita a la presidencia.
Con las críticas ácidas de Balda en un blog en Wordpress.com a Correa, su gobierno y la corrupción que lo rodeaba, el gobierno de Correa decide espiar a Álvaro Uribe y a Fernando Balda en Colombia.
Agentes de inteligencia ecuatoriana se hicieron amigos de Balda diciendo que manejaban una ONG opositora a Rafael Correa. Así infiltraron a Balda y Álvaro Uribe. Asistieron a una reunión de la fundación de Uribe, Fundación Internacionalismo Democrático y tomaron notas y fotos de todo lo que hacía Balda.
Y luego el gobierno de Correa y sus agentes iniciaron la operación Balda, que no fue más que el intento de secuestro de Fernando Balda en Bogotá.

La revista Semana publicó que el 5 de julio de 2012 varias personas disfrazadas de policías lo abordaron en un taxi y lo llevaron a migración para lograr su deportación, pero Balda quedó en libertad a las pocas horas. Este hecho gravísimo muestra la persecución criminal del gobierno de Correa.
Pero el 13 de agosto del mismo año en las horas de la noche varios hombres lo abordaron y lo subieron en un vehículo a la fuerza. Sí, señores, Fernando Balda fue secuestrado en Bogotá. Para fortuna suya, un taxista vio la situación, informó a los taxistas y a la policía, la cual, en una heroica persecución, logró la liberación de Balda, pero los secuestradores huyeron. La investigación determinó que agentes ecuatorianos secuestraron a Balda con la intención de llevárselo a Ecuador por orden de Rafael Correa.
Pero la diplomacia colombiana qué hizo? Nada, guardó silencio cómplice con la situación, con la clara violación de la soberanía nacional solo por el gobierno de Ecuador.
Pero la desfachatez mayor no fue el silencio cómplice de Santos con el gobierno de Correa y su intento de secuestro en territorio nacional, sino que luego por temor al supremo Correa, Santos ordenó la deportación de Fernando Balda, léase bien, la deportación de Fernando Balda.
Fernando Balda fue deportado de Colombia el 10 de octubre de 2012 por la cancillería Colombiana quien justificó la deportación alegando que Balda tenía una condenada por el delito de injuria. Válgame Dios, la injuria es un delito menor, mínimo, a nadie extraditan, deportan por una injuria, que para iniciarse se necesita de querella previa.
Es así como Santos entregó en bandeja de plata a Fernando Balda al régimen de Rafael Correa. Por un delito de injuria. El gobierno Santos debió concederle a Balda asilo territorial en razón del delito –mínimo– por el que era perseguido, por ser víctima de espionaje en Colombia y por los dos secuestros de los que fue objeto, pero no, el gobierno Santos contemporizó con el régimen de Correa y le entregó a Balda para que lo encausaran a las buenas o a las malas, para que lo metieran preso solo por criticar un régimen corrupto y represor de las libertades y la prensa.
Santos olvidó lo que decía Correa de él cuando era ministro de Defensa, olvidó Santos que los computadores de Devia, alias Raúl Reyes, y los 100 mil dólares que le dieron las FARC a la campaña de Correa a través de los intermediarios Larrea y Chauvín; olvidó Santos los computadores de alias el Mono Jojoy y olvidó el video verificado en que el malhechor reafirma que las FARC le dieron 100 mil dólares a la campaña presidencial de Rafael Correa.
Santos olvidó los valores democráticos que defendía en sus columnas de El Tiempo, olvidó sus críticas y acusaciones a Rafael Correa, olvidó que Fernando Balda lo ayudó cuando Ecuador la emprendió contra él.  Gracias a Fernando Balda el señor Juan Manuel Santos no está en la cárcel.


Santos olvidó lo que Balda hizo por él. De lealtad, gratitud y coherencia entiende muy poco. Eso es claro.

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