¡Qué alivio, menos política!

Contrario a lo que pretenden aquellos que califican de incendiario al presidente Uribe, casualmente los mismos que divulgan como un documento veraz el infumable informe de la infame ¡Comisión Colombiana de Juristas!, su respuesta enérgica a la campaña de calumnias y manipulaciones de la gran prensa y los demagogos que la representan en las instituciones sirvió para apaciguar los ánimos: nada resultaría más lesivo a la izquierda democrática que un examen ciudadano a la labor del temible Cobramasacres del Frac en la Corte Constitucional, y a la propaganda de sus socios del Partido Comunista. La portada de la edición digital de El Tiempo hoy es casi de antología.
______Para quienes soñamos con una Colombia asimilada al Occidente y distante de la triste olla de grillos en que se ha convertido el vecindario, ésa es una buena noticia por dos razones, que si se mira bien son la misma. Por una parte se contiene la orgía de mentiras, por la otra se alivia la fiebre de política. Hace décadas un amigo europeo que ya murió me describía el camino que deberían seguir los países atrasados para acceder al bienestar en esos términos: prestar más atención a la economía y menos a la política. Bueno, al respecto los testimonios serían inagotables, un historiador británico al que leí hace poco describía la tragedia de la guerra civil española, mucho más lesiva para España que la segunda guerra mundial para Europa, como el resultado de que la gente no hablara de otra cosa que de política.
______Lo mismo se podría decir de los años de la violencia en Colombia: la retórica de los demagogos y las ambiciones de los parásitos ofrecían los pretextos para que en todas partes las rencillas personales o los pleitos por la tierra terminaran en cortes de franela o en mutilaciones que ya anunciaban las castraciones pedagógicas que conocimos en tiempos del Caguán. Si las sufridas mayorías hubieran buscado su bienestar en el trabajo y no en el sueño de forzar el decreto que las haría prósperas, a costa de los del otro partido, claro, puede que esa tragedia no hubiera tenido lugar. Y en muchos sitios en Colombia ocurrió tal cosa. De hecho, se puede considerar a los muníficos apóstoles de la izquierda democrática como almas en pena de esa guerra, como huérfanos a los que se podrían aplicar las palabras del poeta:

Cada sordo giro del mundo tiene tales desheredados,
a quienes ni lo anterior ni tampoco lo que sigue pertenece...

______Desgraciadamente nuestra indigencia intelectual hace que predomine el mismo espíritu, la misma aspiración a prosperar haciendo la revolución o redistribución o justicia social, que el crimen no podría existir sin la mentira y la nominación ingeniosa sólo es una de sus formas más características. Por eso no se condena a todos los asesinos ni a quienes los alentaron, sino que la doctrina unánime de la prensa y las universidades legitima a unos y condena a otros en el más descarado ejercicio de promoción del crimen que sea posible reconocer.
______La tradición de la línea central del pensamiento europeo moderno al respecto es casi taxativa. Para Nietzsche llegaría el día en que a la política y a los negocios sólo se dedicarían los que tuvieran tiempo para eso, tal como ocurría ya en su tiempo con la caza y la pesca. Thomas Mann dedicó un larguísimo ensayo, Consideraciones de un apolítico, a analizar las diferencias entre los conceptos de «cultura» y «civilización», entendiéndose el primero como el medio de la tradición del Hansa y el segundo como el modelo que floreció en Europa a partir de la Revolución francesa, con el endiosamiento del Estado y el protagonismo de las masas. Ese protagonismo termina siempre en «acción directa», es decir, en violencia, según denunciaba José Ortega y Gasset. Este pensador madrileño registró su asombro ante el hecho de que sobre los dos temas que él como filósofo encontrara más difíciles, la política y el amor, todo el mundo se considerara entendido.
______La fiebre de las últimas semanas sólo obedece al interés de los dueños de los medios y de sus socios por dificultar la desmovilización de las AUC y por aprovechar el episodio de la parapolítica para debilitar al gobierno y de paso encontrar alguna legitimación para sus tropas. A fin de cuentas durante décadas la doctrina oficial de las clases acomodadas en Colombia ha sido ese mito según el cual las FARC merecen el derecho a imponer leyes porque otros asesinos entraron en su juego hace varias décadas. Y a fin de cuentas, sobre todo, la clientela de esos medios y de esos políticos es el núcleo duro de la tradición esclavista colombiana, las redes de lagartos, los señoritos ociosos acostumbrados a sus sinecuras y sobre todo a su prestigio en un peladero remoto en el que bastan ciertos tics y cierto acceso a la manicura para atribuirse un gran nivel intelectual. Es apenas obvio que busquen agraviados y envidiosos a los cuales soliviantar para salvar a su tropa de un previsible declive y de paso aprovechar la ayuda generosa del comandante Hugo Chávez para enrutar a Colombia de nuevo hacia el siglo bolivariano.
______Pero los demás colombianos deberían anteponer su trabajo y su crecimiento espiritual y no dejarse manipular por quienes nunca producirán otra cosa que atrocidades y despojos.