Marcelino Menéndez Pelayo, un reconocido erudito
español sin siquiera conocer Bogotá, mencionaba en su libro “Antología
de la poesía latinoamericana”, que la cultura literaria tan arraigada en nuestras
gentes tenía destinada a la ciudad a ser “la Atenas de la América del Sur”. Es
posible que para ese entonces la capital colombiana gozara de un elevado nivel
cultural gracias al cual surgieron grandes poetas y escritores de prosa
costumbrista y moderna, y quizás eso inspiró al erudito español para calificar
a Bogotá como cuna de la cultura latinoamericana. Por supuesto, los bogotanos siempre
se han sentido orgullosos de este honroso calificativo, así no sepan cómo ni por qué se lo ganaron. Menéndez Pelayo no conocía, él sólo veía que lo que leía
poseía una riqueza del lenguaje inigualable, pero seguramente si hubiera
profundizado un poco más sobre la idiosincrasia bogotana, hubiese pensado dos
veces antes de ponerle ese honorífico calificativo a la ciudad.
Hoy, Bogotá está lejos de parecerse
a la Atenas de la edad de oro a la que hacía referencia Menéndez Pelayo, no
sólo por el manejo del lenguaje, que no es de mi incumbencia tratar en este
escrito, sino porque cada día la ciudad está más deteriorada pese a que genera
el 24,5% del PIB de Colombia. Los imponentes montes de Monserrate y Guadalupe que
custodian desde lo alto a la capital son testigos silenciosos del deterioro que
ésta ha sufrido al pasar de los años, al mismo tiempo que se expande
descontroladamente en todas las direcciones. La cultura corrupta de las
administraciones distritales sumada a la incultura del bogotano común, han derivado
ese orgullo de antaño en desidia, agresividad, suciedad, etc. La ciudad es
anarquía total, pues a nadie le importa qué tan sucia, mal oliente y
deteriorada se vea, ya que hace falta desarrollar no sólo sentido de
pertenencia sino un ambiente cívico que reeduque a los bogotanos, bajo la
administración de un líder que cuente con un buen plan de gestión y de
desarrollo.
Hace no mucho tiempo, Bogotá
empezó a tener una cara más positiva y amable porque se empezaron a implementar
proyectos de talante urbanístico con proyección a futuro. Fue bajo la alcaldía
de Enrique Peñalosa cuando se implementaron cambios importantes como la puesta en
marcha del Sistema Transmilenio, que eventualmente ayudaría a sacar de circulación
los obsoletos buses de la guerra del centavo, y que organizaría mejor el
transporte bogotano. Peñalosa también recuperó espacio público por las
principales vías de la ciudad, rehabilitó zonas deterioradas que pasaron a ser
bonitos parques o plazas que invitan a los ciudadanos a hacer deporte, construyó
ciclorrutas, y dejó trazado el proyecto de construcción de la ALO. Desde hacía
mucho tiempo, quizás desde Mazuera Villegas, Bogotá no veía ejecutar proyectos
de gran envergadura, así que poco a poco la ciudad se volvió caótica y agreste,
sin que su expansión fuera eficientemente controlada. Fue así, como bajo la
administración de Peñalosa la ciudad empezó a adoptar una cara más cosmopolita,
más amable y agradable, tanto para los miles de ciudadanos que la habitan, así
como para los otros cientos de extranjeros que aterrizan en la capital con
múltiples intereses. Durante ese período la ciudad empezó a resultar más
atractiva para todos.
Sin embargo, las posteriores
administraciones, a excepción quizás del segundo mandato de Antanas Mockus, han
sido un completo y total desastre sumiendo a Bogotá en todo lo que ya he
descrito antes. Basta con salir a caminar para darse cuenta de ello.
Sinceramente no comprendo a esos “orgullosos” bogotanos que dicen que la ciudad
les resulta agradable incluso para dar un paseo a pie, pues a mí me resulta
todo lo contrario. Camino todos los días un trayecto de 40 minutos y encuentro
lo siguiente: ruido, inmundicia por doquier, andenes rotos, olores pestilentes
de desechos humanos y caninos, agresividad, y lo peor, encuentro en todos los
habitantes una actitud de desbordante apatía hacia lo que se encuentra a su
alrededor, que está muy lejos de ser agradable. Entonces me pregunto, ¿será que
a los bogotanos nos agrada vivir entre la basura y los excrementos y por esa
razón nos hemos convertido en entes repletos de rabia e indiferencia? Y digo
que los bogotanos tenemos rabia porque somos agresivos por naturaleza, es
imposible que nos reclamen algo sin responder de mala gana o peor aún, con
insultos. ¿Será que pensar en que lo que hay alrededor no es nuestro problema
nos quita la culpa y así podemos vivir más tranquilos? Sinceramente me resulta
difícil creer que a alguien le guste vivir así, pero según veo, ningún bogotano
está realmente comprometido con el desarrollo de la ciudad, ni con su limpieza
y orden; así que se me antoja pensar que es posible que sí nos guste vivir en
un muladar que alguna vez tuvo la honra de parecerse, así sea en el ámbito
literario, a la Atenas que resplandeció en la edad de oro. Las últimas
elecciones lo mostraron, ¿o no es así? Tras dos fatídicas administraciones del
Polo Democrático los bogotanos deciden repetir y premiar a los mismos, pero
presentados con disfraz diferente.
¿Será que Bogotá es una
ciudad echada a perder? ¿O más bien sí tiene solución, pero a sus ciudadanos les
tiene sin cuidado lo que pase con ésta? Estoy harta de caminar esquivando
basura derramada, tropezando con adoquines mal puestos o salidos de su sitio,
de tener que aguantar la respiración por los malos olores y de soportar la mala
leche de los bogotanos. Personalmente, yo merezco algo mucho mejor, ¿y usted?
15 comentarios:
Viví algún tiempo en Bogota y siempre pregunté cual era la razon de su orgullo, y la respuesta fue básicamente simple, Bogota es la capital y lo demas es provincia, hay mucho que hacer y nada que hacer en otras ciudades... El promedio de los bogotanos afirma que los males de bogota los traen quienes llegamos allá a buscar un nuevo futuro, yo creo que eso es falso, hay personas de ciudades mas limpias, de gentes mas amigables que llegan a bogota y lamentan (lamenté) que Bogota no estuviera a la altura de su historia y del reto que tiene.
Bogota debe reinventarse, pero no como respuesta a lo vivído sino mas bien para responder a su futuro, tienen una oportunidad fantástica de convertirse en la ciudad que todos quisieramos mostrar como gran capital, solo requiere de su voluntad.
No pudo Venir mejor la queja que de una BOGOTANA. Es así Y aquí vivimos otros que a veces vemos y callamos Y a pesar de no ser de aquí BOGOTA nos abrió sus puertas. Y al igual que ud no me agrada verla a veces tan deteriorada. EXCELEnTE queja ahora toca ver que se hace así sea aportando un granito
Yo no veo el conflicto de comparar a la Bogotá moderna con la Atenas de Pericles. Realmente son muy parecidas en sus sistemas de alcantarillado y acueducto, en sus vías y cada vez más en la indumentaria y el olor de sus habitantes. El que dijo eso era en gran medida un profeta, no nos engañemos.
Totalmente de acuerdo la ciudad de los oportunistas que solo le sacan lucro para sus bolcillos a consta de el deterioro total.
Totalmente de acuerdo la ciudad de los oportunistas que solo le sacan lucro para sus bolcillos a consta de el deterioro total.
Yo me permito hacer unas observaciones:
La primera observacion, es que por mas comunista, chavista, facista, y despreciable que la ola verde, y su cabeza llamada Antanas Mockus me parezca, lo cortez no quita lo valiente. Entre Mockus y Peñalosa se arreglo Bogota. Que mockus sea un demente aliado de Chavez en la componenda de Santos con las Farc, es otro tema, pero al cesar lo que es del cesar, sus administraciones fueron maravillosas. Por lo que haya hecho despues ya no respondo.
Lo segundo y que es importante señalarlo, pero siempre que lo señalo me siento echando un discurso marxista, y ojala Jaime Ruiz lea este comentario y me ayude a centrar las ideas porque creo en lo que voy a decir, pero no me gusta ni cinco decirlo: ... Nota tu querida AdasOZ que los que defiende el grafiti como arte, atacan el TM y piden a gritos el regreso del cebollero, critican los andenes y prefieren las trampas mortales de antes, ... no son los pobres (porque algunos creen q a ellos les encanta la cochinada...) SON LOS RICOS! Mi teoria (y de nuevo espero que Jaime lea esto y me ayude a afinar la idea) es que los ricos bogotanos promueven la porqueria el desaseo y el desorden porque les permite afianzar su posicion de poder, es decir: Entre mas cochino este el barrio pobre, mejor el barrio del rico, ... entre mas feo el bus, mas bonito mi carro... entre mas inmundos los andenes, mas chevere se siente la silla de mi AUDI.
Y finalmente, la ciudad es un botin: el botin de los rentistas, es decir, en Bogota las economias de vivir de el estado deben ser las mas elevadas. Por lo tanto, pensaria yo que Bogota es proclive a los populismos, y al gobiernismo: Todos vivien de ello.
Super bueno tu articulo.
Estimado Anónimo:
Muchas gracias por su comentario. No creo que el problema de Bogotá sea la gente de fuera que viene a probar suerte, es más bien la falta de pertenencia y civismo generalizados, combinados con la corrupción rampante, que es también parte de la cultura de la ciudad. Soy bogotana de nacimiento, pero ni mi madre ni mi padre son bogotanos, así que para mí sería contradictorio decir que la gente que viene de afuera es el verdadero problema. Creo que al bogotano le resulta fácil culpar la gente de provincia para no sentirse responsable por los problemas de la ciudad.
Fanny, muchas gracias por su comentario.
Cordial saludo.
Jorge, creo que una intención tan perversa es más difícil de concebir que el mero hecho de que es más fácil que la ciudad esté sucia. Sencillamente el progreso material es odioso como perspectiva de sociedad globalizada y entonces se genera una solidaridad con los conformistas e indolentes. Pero no creo que se dé la tendencia de aprobar la suciedad como ocasión de lucirse. Sólo se da como ganancia residual.
Hoy conversaba con un amigo sobre la manía justiciera de los jueces colombianos. Cuando se ponen por sistema de parte del empleado contra el empleador o del arrendatario contra el propietario, se creen remediando la desigualdad pero sólo están reduciendo las posibilidades de empleo y vivienda. Lo fascinante es que esas actuaciones también les convienen como individuos ansiosos de poder. Si no pueden entender la lógica de la economía es porque obran colombianamente, de mala fe: a la hora de la verdad, si la entendieran, no la aceptarían. Un resorte de la mente les dice que esa sensatez los perjudicaría.
Eso mismo pasa con los parásitos tradicionales, que saben que en ciudades civilizadas se destruiría su jerarquía. Pero ¿saben? Intuyen, no podrían ni pensar que en realidad apoyan la suciedad, para eso tienen culpables.
Jaime, es cuestión de perspectiva. Yo veo la comparación de Menéndez Pelayo como si en Bogotá hubiese un resplandor cultural, urbanístico, arquitectónico, literario, económico, etc., cuando es evidente que eso no existe. Tu punto es claro, la Bogotá del siglo XXI involuciona cada día más, hasta parecerse a la Atenas de Pericles, apenas en el siglo V a. de C.
Gracias por tu apreciación.
Orlando, muchas gracias por su comentario. Es cierto que bogotá se convirtió en el gran premio para los corruptos. Veamos el alcalde que tenemos ahora, el de la administración anterior que no terminó su mandato, y el que comenzó el retroceso y la debacle: Lucho Garzón.
Jorge, tienes razón, debí darle más crédito a las dos alcaldías de Antanas Mockus. Aunque no en todos los aspectos tuvo aciertos, ejecutó buenas ideas para generar conciencia de civismo ciudadano, que ahora ya no se ve.
Respecto a lo segundo, si bien es cierto que Bogotá es una ciudad de contrastes, yo encuentro que hasta en los barrios de los ricos se encuentran basuras desperdigadas por el suelo a merced del primer perro o gato callejero que la encuentre, o aún peor, de los pordioseros y recicladores. Lo mismo pasa con las heces humanas o de cualquier animal cuadrúpedo. Yo creo que en general los habitantes de Bogotá, en mayor o menor escala, nos hemos acostumbrado a la hediondez, a la desidia y al degenere, producto de la corrupción que existe.
He caminado casi todas las zonas de Bogotá, y cada día me encuentro con historias que se quedaran en mi memoria por el resto de mi vida unas agradables y otras no. Seguro que al caminar por la biblioteca Virgilio Barco,por la Candelaria, subir a Monserrate, caminar por modelia,por el norte de la ciudad etc etc es muy agradable y no s puede negar que la cultura ciudadana ha mejorado muchisimo.
Yo soy Bogotano y no soy agresivo y conozco infinidad de gente buena, honrada y amable y son bogotanos pero por supuesto esta la otra cara de Bogotá: el caos, el desorden,la inseguridad y creo que esos son los efectos del crecimiento de la ciudad pero el punto esta y en eso si estoy de acuerdo es en que no hay que ser indiferentes, desde algo muy simple como botar la basura en su lugar a acciones concretas que puedan contribuir al mejoramiento de la ciudad en conclusión: fuertes muy fuertes campañas de cultura ciudadana.¡¡¡¡
Estimado Anónimo de las 10:29pm,
No comparto su apreciación cuando dice que caminar por La Candelaria o subir a pie a Monserrate es "muy agradable". La suciedad que se encuentra, los malos olores y los excrementos, hacen de la visita un plan completamente desagradable. A menos que usted haga como la mayoría de los bogotanos, de tripas corazón, y se aguante la respiración y mire para otro lado para ayudarse a ignorar la desidia en la que está sumida la ciudad. De "cultura ciudadana" algo se aprendió mientras Anatanas Mockus y Enrique Peñalosa fueron alcaldes, una vez se apoderó el Polo Democrático del Palacio Liévano (le recuerdo que ya llevan ahí 9 años), todo eso se perdió. Hay que dejar de vivir del pasado y aceptar la REALIDAD. Bogotá retrocedió en lo poquito que había ganado, ¿entonces por qué engañarse diciendo que son paseos agradables? Claro, si usted va a la Biblioteca Virgilio Barco, obviamente va a encontrar limpieza por doquier, es un sitio a puerta cerrada que paga por permanecer limpia 24 horas, 365 días al año. Yo hablo del espacio público.
Si usted tampoco es conciente de la agresividad de los bogotanos, entonces lo que está es acostumbrado a la hostilidad de la ciudad. Al final, usted termina dándome la razon, la indiferencia de la gente ayuda a elegir pésimas administraciones. Hay que despertar y dejar ese "orgullo" bobo a un lado para ver la REALIDAD.
BOGOTA PUDIERA SER UNA CIUDAD MARAVILLOSA PERO LAS RATAS POLITICAS DE LOS UTLIMOS ANOS ESOS COMUNISTAS DEL POLO QUE SON CHUPA SANGRE ROBAN Y SAQUEAN NUNCA DEJARA DE SER OTRA ATENAS SURAMERICANA QUE NI LLEGUE A LA SER LA MEJOR NUNCA PORQUE EN LATINO AMERICA LOS POLITICOS SON RATAS INMUNDAS Y LOS COMUNISTAS ESOS DAN PENA COMO SAQUEAN LAS ARCAS COMO NI PLANEAN NADA ELLOS SOLO SABEN DAR PLOMO Y SECUESTRAR ASI QUE PODEMOS ESPERARA DE PETRO DE UN GUERRILLERO .
Publicar un comentario