Gustavo Petro siempre se ha caracterizado por ser un
político de carácter rebelde, revolucionario y polémico. Si bien como senador
ese papel aparentemente le quedaba bien en su ánimo de ejercer su derecho a la oposición
y a algunos les gustaba, ahora como alcalde estas características le están
jugando una mala pasada. Más aún cuando es obvio que el poder se le ha subido
a la cabeza y anda desaforado queriendo apoderarse de todo lo que represente
negocio para él, no para Bogotá. Es así, como a un año de haber asumido el cargo
de la alcaldía de la capital, su polémica administración no pasa del dicho al
hecho, excepto si es por salirse con la suya tras cualquiera de sus berrinches, así le cuesten
millones al distrito y, ¿por qué no?, al país entero.
Bogotá ya cumple un año bajo la pésima administración
de Petro, y 9 años sufriendo las malas administraciones provenientes del Polo
Democrático Alternativo. Recordemos que Petro fue candidato presidencial por
dicho partido político, pero estratégicamente, poco tiempo después de las
elecciones presidenciales fingió un rompimiento con éste para lanzarse como
candidato a la alcaldía de la capital. Estrategia que le sirvió para engañar
bobos, además de haber contado con la ayuda del presidente Juan Manuel Santos,
quien apoyó solapadamente las inútiles candidaturas de Gina Parody, David Luna
y Juan Manuel Galán, que servirían para dispersar los votos y así, darle la
victoria.
Lastimosamente, la mayoría de los bogotanos no quisieron
reaccionar en el momento de ejercer su derecho al voto (no me incluyo porque no
fui abstencionista ni voté por Petro ni mucho menos por los candidatos
dispersores de votos), por lo que durante este año todos los ciudadanos hemos
tenido que aguantarnos aún más el retroceso en el que se ha visto sumergida la
ciudad. Por esta razón, a través de este escrito quiero invitar a todos
los capitalinos inconformes para que dejemos la pasividad y la resignación a un
lado, y esta vez escuchemos y apoyemos la iniciativa que promueve el Representante a la Cámara, Miguel Gómez Martínez, por la revocatoria del
mandato de Gustavo Petro.
He leído y oído a varias personas decir que no creen
en las revocatorias y que prefieren que la contienda se gane en las urnas
dentro de 3 años. Sin embargo, me permito disentir con éstas, puesto que los
bogotanos ya tuvimos dicha oportunidad el 30 de octubre de 2011 y demostramos
no ser capaces de elegir bien, así como tampoco fuimos capaces de mover a más
del 60% de abstencionistas. Para quienes no saben, o no lo tienen muy claro,
quiero explicarles qué es y en qué consiste dicha iniciativa:
La revocatoria es un derecho político por medio del
cual los ciudadanos pueden dar por terminado el mandato, que mediante la
elección popular, dieron a un alcalde o gobernador. Es uno de los mecanismos de
participación ciudadana que están descritos en el artículo 103 de nuestra
Constitución, que permite a los colombianos ejercer el control y garantizar la eficacia en los actos del Estado y
puede ser solicitada al año de haberse posesionado dicho mandatario.
Ahora
bien, los ciudadanos que promuevan la revocatoria deben alcanzar un porcentaje
del 40% o más del total de los votos válidos emitidos en la elección de dicho
mandatario, y solicitarla argumentando las razones que los mueven a hacerlo con sus respectivas firmas ante la Registraduría del
Estado Civil correspondiente. Una vez se han presentado el total de las firmas
reunidas, la Registraduría cuenta con un plazo de 30 días para revisarlas y
comprobar que éstas superan el 40% de los votos emitidos para dicho mandatario.
Para que todo salga bien, las firmas no pueden estar repetidas y deben ser
válidas, por lo que se someten a un estudio grafológico. A los 30 días de
haberse presentado la revocatoria, la Registraduría expide la certificación que
aprueba la convocatoria y el registrador le informa sobre el asunto
directamente al alcalde dentro de los cinco días siguientes. Posteriormente, la
Registraduría debe organizar el calendario electoral y en un plazo de dos
meses, procede a convocar a la jornada de votación.
Para
lograr la revocatoria del mandato, durante la jornada electoral establecida por
la Registraduría, deben obtenerse el 55% de los votos válidos de la elección. De
ser así, el Registrador debe comunicar al Presidente de la República sobre la
remoción del cargo, en este caso del alcalde de Bogotá. Posteriormente, el
registrador debe convocar a elecciones para la alcaldía, dentro de los 30 días
siguientes a las elecciones de la revocatoria, y el revocado no podrá lanzarse
como candidato sucesor (esto parece obvio, pero es mejor aclararlo).
Tal
como lo vivimos durante la administración Moreno Rojas, en el período de tiempo
entre la revocatoria y la posesión del nuevo alcalde, el presidente debe
nombrar a un alcalde encargado que pertenezca al mismo partido político de
Gustavo Petro.
Por
último, pero no menos importante, debo aclararles que los bogotanos sólo
tenemos una sola oportunidad para llevar a cabo y con éxito esta iniciativa,
pues si no llega a buen puerto, tendremos que aguantarnos los 3 años que le
restan a Petro para que siga improvisando y acabando con el patrimonio de la
ciudad.
Parece que el asunto de las basuras
fue la gota que rebosó la copa, pero recordemos que en septiembre ya algunos
congresistas dejaban entrever sus intenciones de revocarle el mandato a Petro.
Ahora sólo nos falta apoyar la iniciativa de Miguel Gómez, organizarnos a
recoger firmas y si todo sale bien, habremos logrado poner un granito de arena a
favor de Bogotá. Podremos estar salvando a la capital de un colapso económico y
social. Animémonos todos y corramos la voz.
Por si todavía alguien cree
que Petro es capaz de gobernar o que está siendo víctima de un sabotaje, invito
a leer el siguiente artículo que escribí a principios del mes de agosto: “La Ley del avestruz”.
Nota al pie: Para todos aquellos que nos leen les deseo un feliz año 2013, lleno de prosperidad, salud y felicidad. ¡Felices fiestas!
1 comentario:
Excelente articulo me uno xq yo no vote x este sr petro revolucionario y rebelde que no cambia desde q era un militante del M-19. Claro que debemos unirnos +1. Solo deben decirnos los puntos a los q nos podemos acercar para firmar Ay varios conmigo
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