26 feb 2013

Política monetaria y economía

Por Jaime Castro Ramírez

La política monetaria se define como la forma de mantener el valor del dinero a través de mecanismos técnicos que controlan la oferta monetaria, con el fin de prevenir procesos inflacionarios, y también mantener el equilibrio de la balanza de pagos respecto a la interacción del comercio internacional de importaciones y exportaciones. Para que el desempeño de la economía sea adecuado debe existir un equilibrio entre el dinero en circulación y la oferta de bienes y servicios; pues si ese flujo de dinero es excesivo, el consumo puede exceder la capacidad de producción y entonces los productos se encarecen, generando inflación; y a la inversa, si el flujo de dinero en circulación es bajo, el consumo se disminuye, los precios bajan, y el mercado se deprime, produciendo el fenómeno de la deflación.

En Colombia, por mandato constitucional, le corresponde al Banco de la República el manejo de la política monetaria, para lo cual no depende del gobierno sino que tiene su propia autonomía que la ejerce a través de su junta directiva. El gobierno sin embargo tiene un escaño en esa junta, representado por el ministro de hacienda y crédito público, y es quien la preside.

Dificultades en el régimen cambiario
Dentro de la política monetaria, está incluido el tema del régimen cambiario, que consiste en la forma como se maneja la moneda nacional con relación a las divisas extranjeras, en lo referente a su tipo de cambio y la regulación del mercado de divisas.

Del tipo de cambio, específicamente del dólar, depende la dinámica del resultado en el mercado internacional, es decir, el resultado económico, pues una moneda revaluada frente al dólar, perjudica las finanzas del sector exportador porque obviamente reciben menos pesos por los dólares correspondientes a esa facturación. Sin embargo, una moneda revaluada beneficia a los importadores porque pagan menos pesos por los dólares de la importación, y también beneficia a quienes tengan obligaciones en moneda extranjera porque pagarán menos pesos en intereses y capital al hacer la monetización de los giros. Un gran beneficiado es el Estado Colombiano por los desembolsos para pagos de la deuda externa, por lo tanto, no se sabe hasta dónde será descabellado pensar que esta sea la razón para mantener una moneda revaluada.

Intereses de referencia
El Banco de la República fija las tasas de intervención en los intereses que maneja para los préstamos que le hace a los bancos comerciales, y por supuesto que estas tasas determinan también el costo para las operaciones del crédito de colocación del dinero por parte del sector financiero. El argumento es que al decretar tasas de interés altas se mantiene una inflación baja porque se encarece el crédito y así se desestimula el consumo masivo interno, aunque se corre el riesgo de auspiciar la desaceleración de la economía.

En el año 2012 el Banco de la República decretó tasas de interés hasta de 5.25%, cuando por ejemplo en Estados Unidos la Reserva Federal ha mantenido los intereses en tasas muy bajas, hasta del 0.25%. Lo que no han entendido en el Banco de la República es que esas tasas altas de interés incentivan el famoso mercado de inversiones de portafolio, que se denomina también capitales golondrina, cuyo efecto es llegar, ganarse grandes márgenes de rendimiento y luego regresarse. No se han dado cuenta tampoco que la entrada de esos grandes flujos de capital especulativo, atraídos por esas altas tasas de interés, presionan la revaluación del peso frente al dólar, que es lo que tiene en serias dificultades financieras a los exportadores (industriales, floricultores, cafeteros, etc.)

Tasas altas de interés versus inflación baja y la revaluación
El Banco Central no ha analizado el efecto contrario que se produce con tasas de interés altas frente a una inflación baja, pues lo que se gana con tal margen de inflación (2.44% en 2012), se pierde con el efecto oneroso del crédito, a lo cual hay que agregarle el efecto demoledor para la economía por la revaluación del peso, lo que ha generado la quiebra del sector exportador, pues una tasa de cambio que se ha revaluado hasta en 8%, indicaría que el dólar debería valer alrededor de $2.000.oo, y ha estado en una cotización por debajo de $1.800.oo. La moneda más revaluada de la región frente al dólar es el peso colombiano.

En estadísticas oficiales y privadas se encuentran datos que dicen que este fenómeno de la revaluación explica en buena parte por qué mientras en el año 2011 las exportaciones crecieron en 43%, en 2012 solo crecieron en total en 5.7%, pero considerando además que el mayor ritmo en las exportaciones (66.33%) está representado por petróleo y minerales que fue de US$40.200 millones, comparado con US$60.600 millones que fue el total de las exportaciones durante 2012. De ese precario monto de crecimiento de las exportaciones en 2012, las industrias de manufacturas solo participaron en 4.8%.

Es preocupante el déficit en comercio exterior en cuanto a la balanza comercial manufacturera, pues las importaciones y exportaciones por tal concepto en el periodo enero a noviembre de 2012 equivalen a las siguientes cifras: importaciones US$41.944 millones, y las exportaciones solo fueron de US$9.610 millones, presentándose un déficit de US$32.334 millones. Pero además hay que agregar que la industria colombiana en 2012 tuvo 0 crecimiento, y se sabe también que el crecimiento del PIB no llegará al 3.5%, dato que se conocerá en el mes de marzo de 2013; aunque se había planeado un crecimiento de la economía del 4.8%, lo que obviamente implica un muy mal desempeño de la economía colombiana durante el año 2012.

Además hay dos hechos muy dicientes que consisten, primero, que el crecimiento de las ventas a los Estados Unidos motivadas por el TLC fue nulo, y segundo, que las exportaciones a Canadá también con el TLC se disminuyeron en un 24%.

La conclusión es que la política monetaria colombiana ha tenido desaciertos por parte del Banco de la República en su orientación, y mientras no se logre estabilizar el tipo de cambio, la economía seguirá retrocediendo hacia la desaceleración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No, el desacierto es creer que uno puede controlar el tipo de cambio y al mismo tiempo controlar la oferta monetaria (y por ese medio, la inflación). El Banco no tiene porqué intervenir en el mercado cambiario a menos que tenga indicios de que por esta vía se va a generar inflación.

Y ese cuento de que los exportadores se están quebrando debido a la revaluación es una ridiculez cuyo objetivo es soliviantar a los "patriotas". Para eso hay un mercado de derivados de tasa de cambio al que pueden ir para cubrir el riesgo cambiario. ¿Con base en qué el Estado debe proteger a los exportadores a costa de los importadores y de los que consumen bienes importados?

¿No deberían ser los exportadores los que se vuelven más productivos en lugar de estar pidiendo protección? ¿Por qué debo pagar más por las importaciones? ¿Acaso mi consumo es menos importante que la prosperidad de los exportadores?

Lo que debe hacer el Estado es quitrse del medio. El Banco no tiene el mandato de mantener un tipo de cambio específico. No solo eso, cualquiera sabe que el Banco Central tiene que escoger entre controlar la base monetaria y controlar el tipo de cambio. Sugerir que el Banco debe hacer las dos cosas al tiempo es simplemente un error.

Los que abogan por la interveción del Estado en la econnomía ayudan a perpetuar la ideología mamerta y a justificar a los justicieros sociales, cuyos representantes están negociando en Cuba.