En una entrevista publicada recientemente el coronel Luis Alfonso Plazas Vega alude a los infinitos atropellos de que fue víctima y a la infinita corrupción judicial que evidencian, y que todo el mundo puede comprobar. Voy a tratar de comentar esa forma de obrar del poder judicial (resistiendo a la tentación de reprochar al coronel su benevolencia con la corte que anuló su proceso porque las atrocidades del proceso eran demasiado evidentes; no hay que olvidar que es la misma caterva de hampones que condenó a Andrés Felipe Arias a 18 años de prisión en un juicio más infame si se quiere que la misma persecución al coronel) y a explicar de qué modo me parece que no es un fenómeno nuevo ni sin conexión con la cultura colombiana tradicional.
En 711 los musulmanes entraron en la península ibérica y conquistaron la mayor parte del territorio. Los frenó Carlos Martel, el abuelo de Carlomagno, en la batalla de Poitiers (732). En la península un caudillo de la actual Asturias creó un reino independiente a partir de 722. Desde entonces, los reinos cristianos surgidos en la región nororiental tuvieron como actividad principal y como mayor fuente de riquezas la guerra de "reconquista". Y los guerreros ligados a las cortes de los reyes fueron el grupo social dominante hasta la caída del último reino musulmán. Los descendientes de esos guerreros constituyeron la clase de los hidalgos, poco dados al trabajo y muy seguros de merecer privilegios por las hazañas de sus antepasados.
La conquista de América fue la ocasión para que esos guerreros-funcionarios mantuvieran su hegemonía en la sociedad y, junto con la contrarreforma católica, determinó un retroceso de la economía productiva: el país era rico pero la mayoría estaba excluida de esa riqueza, y el trabajo, además de delatar la condición social baja (el pintor Diego Velázquez pasó la vida intentando demostrar que sus antepasados no habían trabajado), proveía menos rendimientos que en otros países europeos a los que no llegaban directamente las riquezas de América, en una versión temprana de la llamada "enfermedad holandesa".
La conquista de América fue la ocasión para que esos guerreros-funcionarios mantuvieran su hegemonía en la sociedad y, junto con la contrarreforma católica, determinó un retroceso de la economía productiva: el país era rico pero la mayoría estaba excluida de esa riqueza, y el trabajo, además de delatar la condición social baja (el pintor Diego Velázquez pasó la vida intentando demostrar que sus antepasados no habían trabajado), proveía menos rendimientos que en otros países europeos a los que no llegaban directamente las riquezas de América, en una versión temprana de la llamada "enfermedad holandesa".
De modo que las ciudades españolas del siglo XVI estaban llenas de individuos "sin oficio ni beneficio", dedicados al "rebusque" para sobrevivir. Se los llamó "pícaros" y dieron lugar a un género novelesco muy importante. Hidalgos y pícaros fueron trasplantados a América y prácticamente siguen siendo los modelos de los colombianos actuales, cuya cultura procede de la emigración de ese siglo.
Jueces y señores
Entre 1549 y 1739, periodo que es más de un tercio del transcurrido desde el Descubrimiento de América, el territorio de la Nueva Granada estuvo administrado por un ente judicial, la Real Audiencia. ¿Qué administraban esos oidores? El saqueo del territorio y la esclavización de los aborígenes. Además de gobernar y juzgar, era obvio que tenían intereses particulares (los propios cargos se compraban), sencillamente, eran miembros de la casta de hidalgos y se hacían potentados en el nuevo territorio, a veces volvían ricos a la península, otras establecían su señorío en las nuevas tierras.
Es importante prestar atención a ese aspecto "informal" de la administración de justicia porque la división de poderes no es natural, fue concebida en el siglo XVIII e implantada en el XIX en los países avanzados. En Hispanoamérica nunca ha llegado a ser realidad, siempre hay un "gobierno" oculto que simplemente corresponde al interés de las castas de hidalgos. Los jueces son los parientes y vecinos de los legisladores y de los administradores y las leyes se cambian siempre que convenga o se interpretan como se quiere. Eso sigue ocurriendo y los movimientos revolucionarios SÓLO son, respecto a la división de poderes como respecto a toda forma de implantación de la ley "burguesa" (extranjera y disolvente del orden jerárquico) formas de resistencia.
Una vez me enteré de que a finales del siglo XIX se había legalizado el aborto en Colombia. ¿Cómo llegó el país más pazguato del mundo a ser tan "moderno"? Sencillamente habría alguna urgencia en alguna familia importante; la ley es un disfraz, los que mandan hacen lo que quieren. El poder judicial es un instrumento de las camarillas del poder, que a su vez dirigen y representan a las castas de descendientes de los hidalgos. La iniquidad es un resultado obvio, por eso resulta ingenuo suponer que los jueces actuales se han "corrompido".
La herencia de Karl Marx
Una vez me enteré de que a finales del siglo XIX se había legalizado el aborto en Colombia. ¿Cómo llegó el país más pazguato del mundo a ser tan "moderno"? Sencillamente habría alguna urgencia en alguna familia importante; la ley es un disfraz, los que mandan hacen lo que quieren. El poder judicial es un instrumento de las camarillas del poder, que a su vez dirigen y representan a las castas de descendientes de los hidalgos. La iniquidad es un resultado obvio, por eso resulta ingenuo suponer que los jueces actuales se han "corrompido".
La herencia de Karl Marx
Por donde no puede haber una salida a la miseria y desesperación actuales es imaginando unas sociedades tolerables en Hispanoamérica antes de que llegaran el comunismo o la cocaína. Es al contrario, la cocaína reproduce las fuentes de riqueza y la forma de producción de los siglos coloniales, con esclavos cuyos cuerpos se destruyen en las labores de producción y sin la menor garantía para su vida. También el secuestro era una actuación normal en las primeras décadas de la Conquista.
Y el comunismo prospera porque cae en el suelo abonado por la esclavitud de siempre. El caso de Cuba lo muestra todo. La proporción de esclavos era mayor que en las demás colonias americanas y la abolición tuvo lugar después. La presencia estadounidense a partir de 1898 aceleró la integración en la economía capitalista y la desesperación de las castas de hidalgos. La insurrección de Fidel Castro poco tenía que ver con el comunismo por mucho que su líder hubiera tenido relaciones antes con los soviéticos. El Partido Comunista cubano era leal a Batista (con el que había gobernado antes de la dictadura) y sólo en los últimos meses de la guerra tuvo contactos con los insurrectos. Sencillamente, la dictadura se percibía como ilegítima y eso alentaba los sueños de miles de aventureros, y las castas de hidalgos tenían sobrados motivos para abrazar un discurso nacionalista que condujera a un "empoderamiento" de los cubanos (de los cubanos blancos y relacionados con el nuevo poder para tener empleos públicos) respecto de los estadounidenses. Si encontraron el comunismo fue sólo porque necesitaban protección a la hora de apoderarse de todo, cosa que agradó muchísimo a la mayoría que importaba en el país (los blancos).
Tampoco Chávez era propiamente comunista ni recibió votos como comunista. La alianza con los cubanos le proporcionó la organización y la tecnología de dominación, así como el apoyo de amplios sectores en todo el continente. Si consiguió ganar las elecciones en 1998 fue porque representaba a los militares, que son a Venezuela lo que los profesores universitarios a Colombia, el reducto nuclear de las castas de hidalgos. Muy pocos de esos militares tenían la menor relación con el comunismo, simplemente hicieron lo que siempre habían hecho y se aliaron con los cubanos que les ayudaban a enriquecerse como parte de un régimen dictatorial.
Lo mismo en Colombia: la hegemonía de los comunistas entre los empleados públicos no tiene tanto que ver con la "sociedad sin clases" y la "explotación" (por no hablar de la plusvalía) cuanto con los privilegios inverosímiles de los descendientes de hidalgos. No se trata de las ideas de Marx (que ciertamente son criminales) sino de la disposición al parasitismo de las clases afortunadas de sociedades esclavistas.
Lo mismo en Colombia: la hegemonía de los comunistas entre los empleados públicos no tiene tanto que ver con la "sociedad sin clases" y la "explotación" (por no hablar de la plusvalía) cuanto con los privilegios inverosímiles de los descendientes de hidalgos. No se trata de las ideas de Marx (que ciertamente son criminales) sino de la disposición al parasitismo de las clases afortunadas de sociedades esclavistas.
El bárbaro que todos llevamos dentro
Hay muchos colombianos que se oponen a Santos y a las FARC y que también son resueltamente anticomunistas, pero después de considerarlos amigos leales y afines ideológicos los descubro escandalizándose de mi rechazo a la "acción de tutela". Si son abogados es seguro que defenderán esa genial institución.
Bueno, se habla de la corrupción del poder judicial porque se considera que la "majestad de la justicia" se ultraja cuando se ven las conductas propias de pícaros (y no de hidalgos) que observan muchos jueces. Las concusiones, falsedades, prevaricatos y demás delitos de esos funcionarios indignan (más bien sólo a los perjudicados), pero eso ocurre porque no se presta atención al conjunto.
En alguna parte leí que la principal actividad de la mayoría de los jueces colombianos es resolver tutelas. La acción de tutela es algo mucho peor que todas las corruptelas baratas. Es sencillamente la abolición del derecho. Pero a los colombianos no les molesta porque corresponde a su tradición y a sus valores.
La esencia del derecho es la rigidez del lenguaje. Un contrato en el que se pudieran entender cosas distintas sería de por sí un fraude, al igual que un código ambiguo. La acción de tutela devuelve el orden social a la época de la Real Audiencia, en la que unos jueces-señores dictan, cambian y aplican las leyes que quieren. Eso porque los "derechos fundamentales" que reconoce la Constitución de Pablo Escobar y el M-19 son ambiguos e interpretables, y le permiten al juez decretar lo que le dé la gana, es decir, lo que le pide (y a menudo paga) su compañero de facultad, o su pariente, o su vecino. La casta de hidalgos tiene todo el poder para disfrutar de la esclavitud gracias a esa institución. El que tenga un conflicto con alguien más poderoso o mejor relacionado tiene todas las de perder, salvo que invierta buenas cantidades en el abogado que puede hacer entender al juez el "derecho a la salud" del modo que conviene. Si es el caso de un proveedor de servicios sanitarios, la eficacia de su gestión se verá reducida porque siempre habrá que pagarle un tributo al gremio de juristas que puede pasar tranquilamente por encima de los contratos firmados.
Bueno, se habla de la corrupción del poder judicial porque se considera que la "majestad de la justicia" se ultraja cuando se ven las conductas propias de pícaros (y no de hidalgos) que observan muchos jueces. Las concusiones, falsedades, prevaricatos y demás delitos de esos funcionarios indignan (más bien sólo a los perjudicados), pero eso ocurre porque no se presta atención al conjunto.
En alguna parte leí que la principal actividad de la mayoría de los jueces colombianos es resolver tutelas. La acción de tutela es algo mucho peor que todas las corruptelas baratas. Es sencillamente la abolición del derecho. Pero a los colombianos no les molesta porque corresponde a su tradición y a sus valores.
La esencia del derecho es la rigidez del lenguaje. Un contrato en el que se pudieran entender cosas distintas sería de por sí un fraude, al igual que un código ambiguo. La acción de tutela devuelve el orden social a la época de la Real Audiencia, en la que unos jueces-señores dictan, cambian y aplican las leyes que quieren. Eso porque los "derechos fundamentales" que reconoce la Constitución de Pablo Escobar y el M-19 son ambiguos e interpretables, y le permiten al juez decretar lo que le dé la gana, es decir, lo que le pide (y a menudo paga) su compañero de facultad, o su pariente, o su vecino. La casta de hidalgos tiene todo el poder para disfrutar de la esclavitud gracias a esa institución. El que tenga un conflicto con alguien más poderoso o mejor relacionado tiene todas las de perder, salvo que invierta buenas cantidades en el abogado que puede hacer entender al juez el "derecho a la salud" del modo que conviene. Si es el caso de un proveedor de servicios sanitarios, la eficacia de su gestión se verá reducida porque siempre habrá que pagarle un tributo al gremio de juristas que puede pasar tranquilamente por encima de los contratos firmados.
El terrorismo comunista y el tráfico de cocaína no surgen de las "ideologías foráneas" sino que EXPRESAN a la sociedad colombiana. La ligereza con que casi todos los funcionarios y casi todos los profesores y casi todos los periodistas y miembros de la farándula acogen una ocurrencia monstruosa como hacer legisladores a los asesinos lo demuestra. La tolerancia generalizada con la abolición de las leyes también. Pero es más fácil encontrar en el judío discípulo de Hegel la encarnación del diablo e imaginarse un paraíso en el que criaturas perfectas habitaban en armonía antes de la caída en la tentación que ese diablo maquinó.
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