La labor de la prensa

Hace poco Enrique Santos Calderón me dejaba pasmado al atribuirse junto a la prensa escrita el destape de supuestos vínculos de políticos con autodefensas. Es una posición temeraria porque la cabeza de la Casa Editorial El Tiempo esta desconociendo por completo toda la secuencia de hechos que configuran el caso.
_______Está claro que la labor de la prensa colombiana es tratar de confundir a la opinión publica y a la vez caerle encima al que incomoda. También hostigan al adversario ideológico y tratan de eliminar a lo que les resulta un estorbo. En ese punto es donde puede encontrase la confusión que padece Enrique Santos.
_______Cuando alguien asegura que gracias a su labor se destapó el escándalo hoy conocido como «Parapolítica», está pasando por encima de la existencia de una negociación de paz entre el ejecutivo colombiano y una contraparte armada, y hace lo mismo con la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia, que están sirviendo como soportes institucionales en el proceso.
_______Mejor dicho, Enrique Santos pone a la prensa escrita por encima de toda la institucionalidad colombiana y desconoce un proceso de paz en el que el presidente Uribe se jugó una parte de su capital político.
_______Esta actitud más que temeraria es atrevida, porque lo único que ha hecho la prensa escrita hasta estos momentos es describir las consecuencias de la desmovilización de un grupo armado que, por cierto, en algunos momentos les resultó incómodo y en otros muy útil para tapar las atrocidades que cometían los aliados armados de Santos Calderón.
_______A raíz de la «confusión» mental por la que atraviesa el que parece ser jefe y punto de referencia de todo el que gasta tinta en Colombia, no es extraño toparse con editoriales, columnas de opinión o informes periodísticos que se presentan como las verdades absolutas sobre lo que se debe hacer con la parapolitica, una «confusión» que se extiende cada vez más hasta rayar en lo ridículo.
_______Buen ejemplo de eso es un editorial del periódico económico Portafolio en el que no les basta el juego en que han entrado sino que también se presentan como los héroes de una lucha contra la corrupción simulando ponerse el «escudo de honorabilidad» para evitar las tentaciones indecentes en que han caído muchos empresarios con la excusa de que no se dañe el buen desempeño de la economía. «¡No es hora de dejar así!», aseguran, porque si hay algo que le conviene al país es que ellos continúen con su labor.
¿Cuál? ¿La que se atribuye Enrique Santos Calderón?
_______Sí, ésa.